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Asia :: 11/07/2006

Corea del Norte: Una vez más dispuesta a defender el socialismo con las armas

Radio Centenario
Uno de los grandes mitos del siglo XX, alimentado por Hollywood y por los creadores de opinión ibéricos, es la Guerra de Corea de 1950.

Según el mito, EEUU envió sus tropas para defender a la pobre Corea del Sur del ataque de los comunistas del Norte, venciéndolos en heróicas batallas. Este artículo nos muestra que la realidad fue, una vez más, exactamente al revés

Historia poco conocida

EEUU dividió la nación coreana en Corea del Sur y Corea del Norte, y muy pocos saben que a lo largo del Paralelo 38, EEUU levantó un muro de cemento de seis metros de alto que tiene cerca de 140 kilómetros a lo ancho de toda la península.

La Guerra de Corea del año 1950 marcó la primera gran derrota del Ejército de los EEUU, mucho antes que la de Vietnam, de cuya concepción de "guerra de todo el pueblo" obtendrían valiosas experiencias los guerrilleros del Vietcong.

Los norcoreanos fueron los primeros en ocultar a decenas de metros de profundidad, escuelas, fábricas, hospitales, depósitos, y refugios antiaéreos para la población. El propio metro de la capital Pyongang está construido a cien metros de profundidad debajo del basalto, y sus amplios andenes pueden albergar a casi toda la población de la ciudad. Corea del Norte podría sobrevivir varios años debajo sus montañas, algunas ahuecadas, que constituyen el 80 por ciento de su territorio y conforman un terreno de muy difícil acceso para un ejercito invasor.

Corea a lo largo de cinco milenios de su historia ha librado más de una vez luchas heroicas contra agresores extranjeros. Pero no había una página de esa larga historia donde el pueblo, el ejército y sus dirigentes combatieran unidos monolíticamente como la que se escribió en la Guerra de Liberación desde el 25 de junio de 1950 al 27 de julio de 1953.

Su líder y conductor de aquella guerra, el ex presidente Kim Il Sung declaró al final de la contienda que "La guerra de Liberación de la patria que libró nuestro pueblo fue una fiera lucha antiimperialista y antiyanqui contra las fuerzas coaligadas de la reacción mundial, acaudilladas por el imperialismo norteamericano, y una dura lucha de clases contra los enemigos del pueblo".

Geopolítica imperialista

Los estadounidenses deseaban ocupar un lugar estratégico en Asia en su estrategia anticomunista contra la ex Unión Soviética, China, Corea y varios países de Asia que luchaban por la liberación nacional y el socialismo. Atacaron sorpresivamente la parte Norte de Corea el 25 de junio de 1950 por la madrugada e instigaron a una camarilla títere sudcoreana para someter a toda la nación.

Los yanquis siempre se habían vanagloriado de su supremacía en el mundo y en esa época eran los únicos que poseían el arma atómica que recientemente habían arrojado sobre Japón. Los coreanos recién hacía cinco años que se habían liberado del yugo colonial japonés y habían proclamado la República Popular Democrática de Corea dos años antes.

Los agresores imperialistas buscaban arrasar a Corea en su cuna, para ello movilizaron un tercio de sus fuerzas terrestres, la quinta parte de sus fuerzas aéreas, la mayor parte de la flota del Pacífico. Fueron más de dos millones de efectivos incluyendo tropas de 15 países satélites entres los que participaron varios latinoamericanos, Brasil y Colombia entre otros. Además de las tropas surcoreanas introdujeron una cantidad enorme de equipo militar.

Sin embargo, los coreanos lograron vencer con la experiencia de su legendaria lucha antijaponesa. Ya en 1932 en los montes de Corea el general Kim IL Sung había organizado el Ejército Popular de Corea y emprendido una guerra antijaponesa en condiciones que no tenían las retaguardias estables. Los coreanos con sus propios métodos guerrilleros condujeron a la victoria de la guerra revolucionaria contra los japoneses y lograron el 15 de agosto de 1945 la liberación de su patria.

Después de la liberación las fuerzas Armadas se fortalecieron y convirtieron en el Ejército Popular de Corea, modernas fuerzas regulares, tomando como núcleo central a los hombres templados durante tres lustros de lucha armada antijaponesa. Fue precisamente ese Ejército Popular de Corea, experimentado en las tradiciones revolucionarias, el que durante tres años de Guerra de Liberación contra el imperialismo le asestó al agresor demoledores golpes y logró la histórica victoria.

Esa fue la manera como los combatientes del Ejército Popular de Corea acabaron con el mito del invencible ejercito imperialista yanqui. Los norteamericanos que no pudieron evitar su derrota militar política y moral en Corea izaron la bandera blanca y firmaron el 27 de julio de 1953 el Acuerdo Armisticio.

Estas fuerzas armadas de Corea del Norte son hoy un ejército listo para combatir uno contra cien, conforme a las nuevas exigencias del desarrollo y la preparación combativa. Además se ha terminado de armar a la Guardia Roja obrero campesina, a la Guardia Juvenil Roja y de todo el pueblo y se han completado los preparativos para frustrar a tiempo cualquier intento de tocar las conquistas de la Revolución Coreana.

Así se han construido inexpugnables fortalezas, capaces de proteger los efectivos, y las armas ante los modernos medios de ataque, no solo en las zonas fronterizas sino también en todo el país.

Preparación para la guerra de 1950

En los meses previos a la guerra los EEUU construyeron y ampliaron aeródromos y puertos militares y concentraron tropas en la zona del Paralelo 38. Para modernizar al ejército títere surcoreano en 1949 ofrecieron una ayuda militar de cerca de 110 millones de dólares de la época.

Luego de ubicar en Corea del Sur gran cantidad de fuerzas armadas el imperialismo norteamericano a partir de 1949 comenzó a elaborar el plan para provocar la agresión a la parte norte de la península. En esta tarea el cuartel de MacArthur en Tokio desempeñó un papel importante.

El famoso hombre de la guerra yanqui, Dulles, arribó a Corea del Sur para inspeccionar a las fuerzas en la línea de demarcación militar y analizó junto a los mandatarios surcoreanos el plan para provocar la guerra. Entonces continuaron concentrando más tropas en el Paralelo 38 y la tensión aumentó en la zona.

Mientras tanto el gobierno de Corea del Norte hacía esfuerzos para la reunificación de las dos coreas de manera pacífica. En los primeros días de junio de 1950 el Comité Central del Frente Democrático para la reunificación de la Patria había lanzado el "Llamamiento sobre el impulso de las medidas para la reunificación pacifica de la Patria" y lo hizo llegar a todos los partidos democráticos y organizaciones sociales del Sur de Corea y sus habitantes. Pero los cipayos surcoreanos no aceptaron ninguna proposición y por fin desataron en la madrugada del 25 de junio de 1950, instigados por los EEUU, la guerra contra Corea del Norte.

Más de cien mil efectivos de las tropas surcoreanas penetraron un par de kilómetros hacia el norte a todo lo largo del Paralelo 38. El 25 de junio de 1950 el presidente de Corea del Norte y líder de la revolución Kim Il Sung pronunció una histórica alocución radial convocando a "todas las fuerzas para la victoria en la guerra", para organizar y movilizar a todo el pueblo y el Ejército Popular en la lucha.

Durante los dos días siguientes al inicio de las operaciones las unidades combativas del Ejército Popular de Corea asestaron demoledores golpes al enemigo y liberaron varias zonas de la parte Sur de Corea. La liberación de la primera ciudad de los alrededores de Seul constituyó una gran ventaja para entrar en la capital, centro de la denominación del imperialismo yanqui y sus títeres. Allí se concentraban los órganos del mando administrativo y militar.

Para la defensa de la ciudad los yanquis agruparon a todas las fuerzas del ejército títere surcoreano. La aviación norteamericana bombardeó con frenesí para detener el avance de los soldados de Corea del Norte y los buques yanquis cañonearon sin cesar las costas de los mares del Este y Oeste. Pero nada podía impedir el avance de las tropas comunistas.

Tomar la capital

En la madrugada del 28 de junio de 1950 las unidades combinadas del Ejército Popular de Corea iniciaron la ofensiva general contra Seúl. El tanque Número 312 se acercó a importantes objetivos enemigos en cooperación con un destacamento que había entrado en la ciudad.
Aplastando la resistencia persistente de los surcoreanos, los tanquistas llegaron al Comando Central de Seul e izaron la bandera de la República Popular de Corea sobre el edificio.

Otros tanquistas ocuparon las cárceles y liberaron a más de ocho mil comunistas encerrados. Una unidad mixta de infantería avanzó junto con otra de tanques hasta el centro de la ciudad. El combate se tronaba más duro. Intentaron frenar la marcha de los tanques con tiro directo de los cañones ubicados en varios lugares y las ametralladoras no cesaban de disparar sobre los edificios altos y en las ventanas. Fueron organizados varios grupos de choque cuyos miembros avanzaron como balas humanas y aniquilaron a los focos de resistencia. Seúl fue liberada a las once y media del 28 de junio de 1950.

El ejército surcoreano expulsado de Seúl estableció en la ciudad de Taejon su capital provisional y levantó allí una fuerte defensa para mantenerla a toda costa. Los norteamericanos enviaron con rapidez a dicha zona a la Primera División blindada yanqui, desembarcada en Corea.

Los yanquis jamás podían suponer que el ejército comunista cortarían su retiro con tanta rapidez, avanzando más de 40 kilómetros en una sola noche. En la madrugada del 20 de julio fue dada la orden de ataque general. Los tanques entraron en la ciudad y la Primera División blindada de EEUU que se dirigía a Taejon fue abatida en una emboscada. La 24 División de EEUU que defendía a esta ciudad fue derrotada y su jefe Dean, que huía en uniforme de soldado, fue hecho prisionero por un joven soldado del Ejército Popular de Corea.

En poco más de un mes de iniciada la guerra, el Ejército Popular de Corea había liberado más del 90 por ciento del territorio con más del 92 por ciento de la población de Corea del Sur.

Prestigio perdido

Los EEUU, afincados en una escasa región del territorio, hicieron todo lo posible para recuperar el prestigio, involucrando la totalidad de las fuerzas terrestres, navales y aéreas del Pacífico, parte de la escuadra naval del Mediterraneo, la infantería traída de su territorio, ejércitos de países socios como Inglaterra, Francia, Filipinas y Turquía, incluyendo fuerzas japonesas y los barcos de guerra que tenían como reserva.

Lo que pretendían era hacer una gran ofensiva general y llevar a cabo una operación anfibia de gran magnitud. En esta operación fueron movilizados cientos de barcos, casi mil aviones y 50 mil efectivos de la primera división de Infantería de marina y la Séptima División terrestre del Décimo Cuerpo de EEUU y el Ejército sudcoreano títere.

El saldo de la guerra en su primera etapa, del 25 de junio al 15 de setiembre de 1950, fue que el Ejército Popular de Corea causó entre muertos y prisioneros 237 mil bajas a las tropas imperialistas. Les fueron hundidos 25 barcos y derribados 386 aviones y destruidos 357 tanques y mil cien tanques capturados.

EEUU, para tratar de resarcirse de sus derrotas, cometió inauditas masacres durante la Guerra y utilizó armas químicas y bacteriológicas. Lo prueba la orden del comandante del Octavo Ejército de las tropas invasoras yanquis. "Aunque sean niños o viejos quienes se encuentren delante de ustedes, no les debe temblar la mano, mátenlos. De esta manera podrán salvarse de la derrota y cumplir con su misión de solados de las tropas de las Naciones Unidas".

Con el rótulo de la ONU las tropas norteamericanas perpetraron imperdonables fechorías, asesinaron en masa a civiles, los quemaron en hogueras y los enterraron vivos. Sólo en una provincia del Sur mataron a 120 mil personas y en un distrito de Sinchon de la misma provincia a 35 mil hombres, ancianos, mujeres y niños.

Los yanquis realizaron desde un principio en Corea lo que hicieron luego en Irak: bombardeos indiscriminados en todo el territorio de la parte Norte de Corea. Cometieron las mayores atrocidades de destrucción a partir de la segunda mitad del año 1951 de acuerdo con la "Operación de estrangulación".

A principios de agosto de 1952 Mark Clark, comandante de las tropas de EEUU en el Extremo Oriente, dio a conocer el plan de eliminar por completo del mapa todas las ciudades del Norte de Corea. Sólo en 1952 los yanquis lanzaron mil bombas a cada kilómetro cuadrado de la ciudad de Pyongyang, cuya superficie era de menos de 52 kilómetros cuadrados. Sobre la ciudad de Kanggy, 16 aviones yanquis arrojaron más de mil cien bombas en un día, por lo que fueron destruidas ocho mil setecientas fábricas y dañadas 730 mil hectáreas de tierras cultivables.

Además se redujeron a cenizas en las ciudades y el campo más de 600 mil viviendas, 5 mil escuelas, mil clínicas y hospitales, teatros, cines y miles de establecimientos de servicio público.

Según el plan de "guerra bacteriológica" elaborado por el Estado Mayor de EEUU los yanquis emplearon desde el invierno de 1950 armas bacteriológicas en Corea. Esparcieron el virus de la viruela en las zonas de la parte Norte que habían ocupado y huyeron al Sur. Para conocer la efectividad de esas armas utilizaron a prisioneros del Ejército Popular de Corea como conejillos de prueba.

En las regiones en que cayeron las bombas bacteriológicas aparecieron numerosos enfermos de peste, cólera y tifus y muchas personas perdieron la vida. Junto al uso en gran escala de esas armas los yanquis emplearon hasta el gas venenoso en el frente y las regiones lindantes. Continuaron empleando esas armas hasta 1953.

Saldo de la guerra

Los tres años de ardua guerra de Liberación terminaron con la gran victoria del pueblo coreano. Los imperialistas norteamericanos sufrieron irreparables daños tanto en lo militar como en lo político y moral, no pudiendo continuar. El 27 de julio de 1953 EEUU firmó el Acuerdo Armisticio, rindiéndose ante el pueblo coreano.

Los muertos y presos por parte de las fuerzas invasoras alcanzaron a 1.567.128 combatientes. De ellos cuatrocientos cinco mil fueron soldados norteamericanos. Y fueron derribados casi dos mil aviones y destruidos dos mil seiscientos tanques de las tropas invasoras.

La agresión imperialista estadounidense en 1950 permitió al pueblo, el gobierno y el Ejército Popular de Corea aumentar su aprendizaje militar, político y moral.

En primer lugar pasaron largos años enterrándose debajo de sus montañas, para defenderse de la superioridad de las fuerzas aéreas del imperialismo y del uso de las armas químicas y bacteriológicas. Recién a fines de los años ochenta se puede decir que los coreanos emergieron a la superficie de su territorio.

La "guerra preventiva" fue utilizada contra la República Popular de Corea ya en 1950, por lo que el gobierno coreano no ha tenido otra alternativa que prepararse para la defensa armándose y multiplicando sus fuerzas militares.

 

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