Valencia: La manifestación del 4 de enero según los periódicos "Las Provincias" y "El Levante"

[Las Provincias]

Medio millar de manifestantes piden la libertad de los tres okupas encarcelados
Profirieron gritos contra la Policía y el Gobierno y llenaron las tiendas de pintadas

Medio millar de personas recorrieron ayer el centro de Valencia para pedir la libertad de los tres okupas encarcelados desde octubre en Picassent acusados de terrorismo. Durante la manifestación, que no estaba autorizada por la Delegación del Gobierno, efectuaron pintadas en varios comercios y profirieron gritos contra la Policía.

REDACCIóN (VALENCIA)

Alrededor de 500 personas se manifestaron ayer por la tarde en Valencia para pedir la liberación de tres jóvenes del movimiento okupaque fueron detenidos a mediados de octubre y que siguen encarcelados en la cárcel de Picassent acusados de supuestos delitos de asociación ilícita y desórdenes públicos, lesiones y daños.

El acto se inició a las 19 horas y los manifestantes, que portaban una pancarta en la que se leía "Libertad presos anarquistas", no contaban con la autorización de la Delegación de Gobierno, según fuentes policiales. Su avance discurrió durante una hora por diversas calles del centro, entre ellas la plaza de San Agustín y la calle Colón, controlado por la Policía Local y la Policía Nacional.

A lo largo de la manifestación, los participantes profirieron gritos contra la Policía, el sistema político, el PP y el actual delegado de Gobierno, Juan Cotino.

Varios manifestantes realizaron pintadas contra el Gobierno y su delegado en la Comunidad Valenciana en los escaparates de las tiendas y en las paredes de las calles por donde pasaron.

Los manifestantes repartieron un escrito en el que se denunciaba una "brutal represión a las personas que protestan contra los poderes públicos", que según indicaba, "ha provocado la detención de cerca de 100 personas en todo el país a miembros del movimiento okupa, antifascista y libertario".

Los okupas criticaron una "línea fascista de los políticos, jueces, policías y empresarios, medios de comunicación y la falta de libertad de expresión.

Los jóvenes okupas que se encuentran en la cárcel de Picassent fueron detenidos el día 15 de octubre, tras el desalojo de un centro social en Valencia, acusados de irrumpir en una inmobiliaria de Valencia y causar en ella destrozos.

El juez entendió que ejecutar acciones de este tipo para subvertir el orden constitucional podía ser considerado un delito relacionado con el terrorismo, por lo que remitió la causa a la Audiencia Nacional.

El movimiento okupa se ha movilizado desde esa fecha en Valencia en varias ocasiones más para pedir la liberación de sus compañeros encarcelados.

A finales del año pasado, el colectivo protagonizó un encierro en la Universidad de Valencia, que finalizó el 28 de diciembre con un desalojo por parte de la Policía Nacional después de que el grupo manifestante produjera altercados.

[El Levante]

Unas 1.500 personas piden la libertad de los okupas
Los tres okupas que aún permanecen en prisión recibieron ayer el apoyo de cientos de personas que se manifestaron por el centro de Valencia con total permisibilidad de la policía.

José Parrilla, Valencia

Alrededor de 1.500 personas, jóvenes en su inmensa mayoría, se manifestaron ayer en Valencia para pedir la libertad de los tres «okupas» que aún permanecen encarcelados por causar destrozos, supuestamente, en dos inmobiliarias del Marítimo después del desalojo del Centro Social Okupado «Malas Pulgas». Aunque la manifestación no tenía los permisos preceptivos de la Delegación del Gobierno, el discreto dispositivo de la Policía Nacional permitió a los convocantes hacer el recorrido que ellos eligieron, incluida la calle San Vicente, la Plaza del Ayuntamiento y la calle de Colón, que como el resto del centro estaba atestado de gente haciendo las últimas compras de Reyes.

Según explicaron los padres de los okupas encarcelados, «ni Cotino (delegado del Gobierno) ni la policía deben estar muy tranquilos con lo que está pasando con los chicos», que llevan en prisión desde el 18 de octubre, acusados de terrorismo y a la espera de que la Audiencia Provincial decida si el juzgado de Valencia puede inhibirse en favor de la Audiencia Nacional.

La manifestación empezó en la Plaza de San Agustín con gente procedente de distintos puntos de España. A través de la red varios movimientos alternativos habían hecho convocatorias en Bilbao, Barcelona, Madrid, Sevilla, Santiago de Compostela, Palma de Mallorca etc. y la respuesta fue importante.

Durante la marcha se escucharon las consignas habituales -«Libertad, presos anarquistas», «Abajo los muros de las prisiones», «La represión no es la solución», etc- y se cubrieron de pintadas escaparates, bancos y edificios públicos sin que la policía hiciera nada por impedirlo. «Aquí se roba» o «Muerte al estado» fueron algunas de las inscripciones más repetidas. Sólamente hubo conatos de enfrentamiento al pasar por El Corte Inglés de Pintor Sorolla, donde había un cordón policial protegiendo el edificio, y en el Banco Zaragozano de la calle Colón, donde también se impidieron las pintadas ante el abucheo general de los manifestantes.

La marcha terminó en San Agustín igual que había empezado, de forma pacífica. Lo único destacable fue la quema de un muñeco con la cara de Juan Cotino y una esvástica en el brazo y una corta sentada que interrumpió el tráfico durante unos diez minutos. Luego hubo una breve alocución para pedir a los presentes que no olviden a los presos y todos se dispersaron al grito de «Salud y anarquía».

La secuela más importante de la protesta fue el atasco de tráfico que se produjo en toda la zona centro y el asombro de los miles de ciudadanos que ayer estaban de compras y que aún se preguntan cómo se permitió una marcha de dos horas en la zona más comercial de Valencia y la tarde antes de Reyes.