(Madrid) 13 de marzo: de nuevo el común en la calle (una reflexión necesaria)
13 de marzo: de nuevo el común en la calle (una reflexión necesaria)
(Comunicado repartido en la manifestación contra la ocupación de Iraq y la OTAN del pasado sábado 20 de marzo)
Se está hablando mucho estos días, se está haciendo mucho análisis precipitado, mucho intento de manipular los hechos para ocultar actitudes vergonzosas. Pero la verdad, la que conocemos, es mucho más evidente que todo eso: es la que el común de los ciudadanos, una vez más con su sentido común alerta, vio pronto.
No ha ganado las elecciones el PSOE, ni menos Zapatero. La mayoría del pueblo las ha utilizado para mostrar su rechazo a los que usurpan su soberanía. Mintiendo en los medios de comunicación, manipulando las informaciones y las manifestaciones, yendo ilegalmente a guerras criminales, sí, pero sobre todo despreciando una opinión mayoritaria en contra. Ese es el mensaje principal, y el PSOE también debe escucharlo:
La soberanía nacional, la soberanía del común, es inalienable: nadie puede ni debe actuar en su contra en su nombre, si siquiera con la excusa de un voto para cuatro años. Ellos deben ser en todo caso nuestros portavoces, y nada más. Nuestros servidores, y nada más. Somos ciudadanos, mayores de edad, pensamos y decidimos sobre nuestros propios asuntos comunes, la sociedad es del común y no de los gobernantes de turno, y sobre todo ante casos tan graves como la guerra y sus consecuncias, sólo nosotros podemos decidir.
Por eso este 13 de marzo fue fundamental, mucho más que el 14 de las elecciones. El sábado fue la respuesta política y social de todo el conjunto de los ciudadanos ante el zarpazo brutal de la masacre. Los atentados parecían haber detenido la campaña electoral; a ello se habían comprometido los principales partidos. Pero la gestión intencionada de la crisis así como el oscuro tratamiento mediático al que hemos asistido, hacían absolutamente necesario el esclarecimiento de los hechos para poder encarar las urnas. Y el pueblo, empezando por este pueblo de Madrid, que creen los que no creen en él que está dormido, tomó la palabra y salió a las calles. Esa fue la clave, y la respuesta en las urnas sólo una consecuencia más.
Pero el desenvolvimiento final del proceso electoral también debe hacernos reflexionar: el voto ha sido un voto mayoritario por el no a la guerra, por el diálogo como forma de encarar los conflictos, por la detención inmediata de esta dinámica irracional de agresiones. Y así se debe también interpretar la espectacular subida de Esquerra Republicana a pesar del acoso que ha recibido, apuesta por el diálogo como salida al conflicto vasco. Y algo más: si lo comparamos con los pobres resultados de Izquierda Unida, resulta claro por dónde debe ir la izquierda parlamentaria: por un programa rupturista con la socialdemocracia ambigua, por un planteamiento sereno, pero claro, y explícito, de que es necesaria la república, la soberanía de los pueblos -todos-, y plantar cara, con racionalidad, a la dinámica irracional del imperialismo y el capitalismo globalizado de consumo.
El mundo alternativo al del imperialismo yanqui y al subimperialismo español es el de los pueblos soberanos, el de las naciones hermanas y solidarias, autoorganizadas, adapatadas con sensatez y responsabilidad a su entorno, desde un concepto de ciudadanía activa, que busca su felicidad colectivamente, que empieza con la república y conduce a la autogestión. Es lo que algunos castellanos llamamos la alternativa comunera: nacionalismo, ecología, democracia participativa, racionalidad económica, ocio creativo, salud social en definitiva.
Hay que acabar con la lógica de guerra que alimenta el odio que se materializa en atentados de los que los pueblos somos las víctimas. Hay que retirar ya las tropas de Iraq y apostar por la autodeterminación de Oriente Próximo (Palestina, el Kurdistán, Afganistán o Iraq), así como otras zonas en conflicto en la Tierra. Hay que seguir denunciando que la invasión de Iraq respondió a oscuras necesidades económicas y geoestratégicas, que iban mucho más allá de la lucha contra el terrorismo, vil excusa para conseguir petróleo y dominio económico. ¿Qué sucede con las empresas que están reconstruyendo Iraq? ¿A dónde nos ha llevado la apuesta por el subimperialismo realizada por el PP? ¿Podrá cambiar ahora esta estrategia el PSOE sin cambiar las claves de su política económica? Nosotros debemos hacer que así sea, saliendo de la OTAN y cuestionando el sistema de producción capitalista.
Del mismo modo, en el alcance más inmediato, ha llegado también la hora de avanzar en la consecución de la paz en el actual estado español, creando las condiciones necesarias para la normalización de la situación con Euskadi.
"Y si no, y mientras, a la calle, que es nuestra. A la calle que ya es hora de pasearnos a cuerpo, y mostrar, que pues vivimos, anunciamos algo nuevo...". Algo nuevo, y tan viejo al mismo tiempo en nuestra tierra, en nuestras ciudades: la aspiración a ser dueños de lo nuestro, de lo común. La aspiración comunera a que seamos, por fin, ciudadanos y no súbditos ni vasayos de nadie.
Asamblea de Madrid de la Izquierda Castellana