Estamos en alguna parte, aunque no sepamos bien dónde
He leído el articulo de Jesús García Blanca y tras metabolizar lo del mundo empequeñecido, la información plana y matrix -curiosa parábola- quiero intervenir. Un inciso: el poder, desde que existe, ha gestionado la información y la ha constituido en un arma de guerra imponiéndonos su versión de las cosas. Así que salvo por la tecnología, no hemos descubierto nada nuevo -me parece-.
Se ha dicho que lo importante no es ”dónde estamos”, sino ”lo que hacemos”. Pero la cuestión es -desde mi punto de vista- que en general lo que hacemos depende de dónde estemos. Un periodista de Al Yazeera que hable de ”invasión de Irak”, trasladado a TVE hubiese cantado las alabanzas de ”nuestros misiles”, y viceversa. El disentir no es solo una cuestión de libertad, ni de conciencia, ni de profunda reflexión. Es una cuestión de organización, de método para la acción colectiva, que incluiría la táctica y la estrategia para el cambio. Si eso no existe, no hay que esperar peras del olmo. El lugar dónde estamos es importante. Muchas veces no elegimos ese lugar, otras veces no podemos o no sabemos salir de él, a veces no nos da la gana de irnos, otras dudamos, hay muchas variantes... Se dice que hay que tener ética en el trabajo, hacer lo correcto y no meterse en profesiones perversas. Pero cualquiera que se ponga a pensar sobre su oficio, de criador de cabras a ingeniero, se encontrará rodeado de inquietudes, con escasas certezas, con dificultades para discernir lo correcto de lo no correcto, lo ético de lo que no lo es... Pero vamos al meollo del asunto, que de esto ya hablé algo (1).
Hay profesiones ”intrínsecamente perversas” -se nos explica-: según Reich la sanidad y la educación. Según nuestras costumbres los policías, carceleros...
Veamos la responsabilidad ética en el caso del sistema educativo, que se nos presenta en el artículo de Jesús García Blanca como un arma de poder de primerísima magnitud..., pero menos. Hay varios miles de maestros españoles que en estos momentos se dan cuenta de lo absurdo que es su trabajo, que perciben que todo cuanto hacen en la escuela, tanto a favor como en contra, es vano. ¿Qué tendrían que emprender quienes se dan cuenta de la culpabilidad muy evidente de sus cargos? ¿abandonar la profesión? Hay quien lo hace. Sin embargo encuentras gente, Jesús uno de ellos, que piensa que desde dentro del sistema educativo se pueden ”buscar las grietas”. ¿Por qué un maestro es menos intrínsecamente perverso que un cámara? ¿Dónde está la vara de medición ética? Según yo lo veo, un profesor puede destruir la vida futura de un alumno, algo bastante grave busque o no grietas. El artículo de Jesús García Blanca no deja claro lo del nivel de perversión de un maestro, porque él piensa que se puede combatir ”desde dentro” del sistema educativo en el que trabaja (2), pero no desde dentro de los medios de comunicación (3) dada su ”intrínseca perversión”. ¿Y eso?
Pero apliquemos la lógica: muy perversa es también entonces la primera parte del engranaje del sistema educativo, que son los padres, que inculcan y reproducen la cultura del sistema que nos ha tocado en suerte. Si se sigue el razonamiento de ”lo importante es lo que se hace” (los efectos últimos de los actos con independencia de la intención, que tampoco se sabe bien cuáles son porque la realidad no existe), culpables serían cuantas parejas traen hijos al mundo. Culpable el padre ”alternativo” que pretende trasmitir valores e ideologías para encontrarse dieciséis años después con un ser extraño que escucha rap, come pizza, se ha puesto una arandela en el escroto y carece de inquietudes sociales. Yo, la verdad, veo un tanto exagerada esta búsqueda ética de culpables. Pero esta es la dura verdad que hemos de admitir cabizbajos: si no follásemos, se acabaría el capitalismo. A fuerza de pensar se llega a esas conclusiones.
¿No hay dudas? Podría parecer que lo importante no es solo ”lo que se hace”, porque por hacer podemos hacer de manera objetiva decenas de tonterías con grandes y buenas ideas kantianas de ética irreprochable. Ejemplo: Reich, citado en el artículo de García Blanca como señalador de nocividades, aportó lo suyo a la comprensión de los mecanismos del poder y su luz nos ilumina luminosamente en lo de la perversión sanitaria, cierto, pero también inventó el ”acumulador orgónico”, trasto portentoso que por lo visto redistribuía la energía universal para curar cualquier enfermedad, y que nuestro siquiatra intentaba comercializar y vender (la pela es la pela) para contribuir a una sanidad alternativa. El pobre Reich murió con 60 años en la Penitenciaría Federal de Lewisburg, Pennsylvania, víctima de la justicia norteamericana que lo acusó de fraude y desacato. No pudo emplear su ”acumulador orgónico” (sin mencionar al disparador orgónico) para evitar su muerte o para cargarse a algún carcelero invirtiendo el mecanismo, lástima.
También los profesores de la Escuela de Frankfurt, los de la Escuela Francesa, los postmodernos... han predicado contra el poder desde las aulas de la Universidad y han montado sus tinglados editoriales en ella porque andaban buscando dolorosamente las grietas del sistema..., pero claro, es que son profesores con certeza y ética, y por lo tanto se les pueden perdonar los cates que pusieron a sus alumnos a los que cribaron, seleccionaron y forjaron como técnicos del sistema. Por el contrario la profesión de cámara de TV -nos dicen- es tan ”intrínsecamente perversa” como la de un policía. Jodeeer... ¡cuánto lío!
Pues yo no lo veo así. Igualmente Couso debió aportar lo suyo. Algo bueno haría el hombre. No podemos preguntarle qué porque está muerto. No podemos indagar en las enciclopedias porque era un currela anónimo. Es la cabronada de ser alguien sin nombre, que pasas la vida sin pena ni gloria. Hay que reconocer que la gente famosa lo lleva mejor... Vamos a imaginar a nuestro venerable maestro Agustín García Calvo investigando ”la Realidad” desde el Hotel Palestina (qué mejor que un filósofo del "no" para cubrir una supuesta guerra); vamos a imaginar que fuese él el que recibiese el bombazo del tanque de los gringos al atraer la atención del perverso artillero con sus vistosas camisas y sus pobladas patillas. ¿Estaríamos preguntándonos por las motivaciones e impulsos éticos de nuestro maestro?... probablemente no, porque el compañero García Calvo no es un subcontratado de mierda, sino alguien prestigioso que da conferencias, escribe libros, es original, inteligente, incisivo y pintoresco -aunque haya publicado en ”El País”-.
En fin..., ¿que qué es lo que pienso?: como miembro de una organización (Tele 5) Couso era un trabajador, y hemos de suponerle buenas intenciones porque además era un compañero según se nos ha dicho; como correligionario mío, como currante, debió situarse en su posición, en la disposición de ”hacer algo” a pesar de la desorganización que reina en nuestras filas. Esa es nuestra responsabilidad, la de todos y todas: hacer algo desde donde quiera que estemos, protegernos, informarnos, darnos ánimo, crear nuestro discurso, que sea un poco plano para que todos podamos entenderlo. No hace falta mucha profundidad para construir la realidad, sólo organización e ideas. Porque las revoluciones no se hacen arrojando libros mortíferos a la cabeza de los soldados ni describiendo mecanismos de dominación desde las aulas (que también está bien).
Hasta que se demuestre lo contrario, la revolución la hace gente motivada, corriente -como Couso-.
NOTAS:
(1) Jorge Gómez: ”Es necesario definir una nueva Biblia alternativo-libertaria”, en http://www.lahaine.org/internacional/medios/necesario_libertaria.htm
(2) Esto dice la breve biografía de Jesús García Blanca en http://www.lahaine.org/espana/quien_blanca.htm
”Hace 18 años que [Jesús García Blanca] logró burlar los dispositivos de seguridad del Estado y comenzó a trabajar en la enseñanza pública; pero como a la Bestia no sólo se la combate desde dentro, hace muchos, muchos años que resiste en las trincheras de los rebeldes.”
(3) Así se expresa García Blanca respecto a la profesión de periodista en http://www.lahaine.org/b2lharticulo.php?p=1546&more=1&c=1
”Creo que, en el mejor de los casos [Couso], habría tomado una decisión que personalmente no comparto: habría elegido ”luchar desde dentro” en un medio que considero forma parte de los que he calificado como ’intrínsecamente perverso’”. Esta opinión de Jesús contrasta con la suya propia acerca del sistema educativo. ”Los ejércitos o los cuerpos represivos policiales son el ejemplo más obvio de instituciones que fuerzan renuncias brutales e inmediatas de principios elementales. Sin embargo, la institución escolar -a pesar de ser infinitamente más peligrosa, y en esa medida, más valiosa para el Orden- permite un margen de actuación mayor aunque -lo sé por experiencia- pueda resultar doloroso el proceso de búsqueda de las grietas”.
Más información:
[Foro de La Haine]
Continúa el debate sobre José Couso y el papel de los medios en Irak