Una experiencia de comunicación comunitaria
A manera de muestra del trabajo que hemos desarrollado con base en los elementos planteados en la entrega anterior, exponemos la experiencia desarrollada en dos pueblos situados en el extremo sur de la ciudad de México.
Proyecto periódico Nemilizpehua
Antecedentes
Los pueblos de la montaña conforman una comunidad diversa y compleja tanto por su rica y larga tradición histórica y cultural como por la diversidad de intereses que se han creado dentro y alrededor de ella en los últimos años. Así, los valores comunitarios, las costumbres, la historia y las relaciones entre los distintos grupos se han diluido o desdibujado para dar paso a distintas formas de división, confrontación, competencia e incomunicación.
Buena parte de las dificultades para estimular la participación de la gente en diversos proyectos o problemas radica en que los espacios y los medios para el diálogo y la comunicación se han deteriorado, lo cual deviene en un debilitamiento de los lazos comunitarios, apatía, desinformación y desinterés por las necesidades de la comunidad.
De ahí la importancia de crear un medio de comunicación que permita abordar diferentes aspectos de la problemática que enfrentan los pueblos, así como para tender puentes de comunicación y conocimiento de las experiencias propias por medio de fomentar la participación y la expresión de los miembros de la comunidad.
Objetivos
Desarrollar una publicación periódica implica construir una base sobre de la cual se sostenga por largo tiempo, además de buscar un grado de inserción y aceptación más allá de la pura comercialización. Esto es, pretendemos que sea un medio que pueda identificarse con toda la comunidad y no sólo con un grupo en particular.
Por ello es de primera importancia la formación de equipos de trabajo con base en la capacitación y el intercambio de experiencias y conocimientos. Esto es, cualquier persona interesada en participar o colaborar en alguna de las áreas de trabajo adquiere el compromiso de recibir y brindar los conocimientos necesarios para el buen desempeño de sus tareas.
En este sentido, uno de los objetivos esenciales es que sea la propia gente de la comunidad quien se involucre en la dirección, diseño, elaboración y difusión del periódico, así como en los trabajos necesarios para su sostenimiento económico. De esta forma buscamos que este proyecto sea, al mismo tiempo que un medio de comunicación, un medio para la enseñanza y la educación.
El inicio
A mediados de 1996, cuatro compañeros llegan a San Miguel y Santo Tomás Ajusco con el propósito de desarrollar algún tipo de trabajo político. La primer sorpresa es que el carácter rural de estas comunidades confronta nuestro ser universitarios, citadino, izquierdista, etcétera, etcétera. Por ello decidimos trabajar en una primera etapa de denominamos de diagnóstico e inserción. Segunda sorpresa, esa etapa que pensamos duraría unos cuantos meses se prolongó tres años en los que tuvimos que aprender a conocer y convivir con personas de "carne y hueso".
Un primer resultado de este choque fue la definición de una base de principios y métodos de trabajo: 1. Este es un trabajo de largo plazo que debe orientarse por objetivos a desarrollar en varias décadas; 2. Nosotros somos los que llegamos y por lo tanto somos los que aprendemos; 3. Todo compromiso se cumple; 4. No aspiramos a ocupar ningún cargo o puesto en la comunidad ni aceptamos ningún pago o beneficio personal; 5. La única posibilidad de construir una identificación es "fundiéndonos" con la vida cotidiana de la comunidad, trabajando como ellos, viviendo como ellos, compartiendo absolutamente todo con ellos.
La comunicación
Casi tres años después pudimos realizar la primera acción política incorporando a diversos grupos de la comunidad. El 21 de marzo de 1999 llevamos a cabo exitosamente la Consulta Zapatista por los Derechos y la Cultura Indígena y recibimos la visita de un grupo de delegados del EZLN. Para ese momento, el grupo que realizó la consulta superaba los 60 miembros y capturamos más de 5 mil participaciones.
Tal vez para muchos de ustedes estos números no signifiquen demasiado en sus ansias de llegar a unas masas posiblemente formadas por millones y millones de personas. Sin embargo, para Comunicación Comunitaria se habían sentado las bases para emprender nuevas y más audaces propuestas. De ahí surgió el periódico comunitario Nemilizpehua (el principio de la vida en náhuatl).
Este proyecto fue un periódico al servicio de los procesos de organización de la comunidad y un espacio para construir colectivamente una nueva forma de ver y de hacer el mundo. Nemilizpehua fue una tribuna para dar voz a los habitantes de los pueblos, a la palabra sencilla, a las opiniones y propuestas de la propia gente. Ningún miembro de Comunicación Comunitaria podía escribir en el periódico cuyas páginas buscaban recuperar la historia y lo mejor de las tradiciones y costumbres de la comunidad por voz de sus propios miembros. También fue una herramienta de lucha y defensa del carácter comunal de las tierras y de las estructuras políticas y representativas locales. Desde ahí se mantuvo un trabajo de organización comunitaria cuya mayor expresión era el propio periódico, pues éste era elaborado, diseñado, producido, distribuido y financiado por la propia comunidad. Sería difícil dar una cifra exacta de los cientos de personas involucradas en este proceso.
El desarrollo
Nemilizpehua desapareció en noviembre de 2002 una vez cumplidos sus objetivos en términos de desarrollo comunitario y se abrió una nueva etapa caracterizada por sus contenidos y orientaciones políticas, que en los sustantivo podemos exponerlas en los siguientes lineamientos: 1. La comunidad inicia el proceso de construcción de su autonomía política y administrativa; 2. Requerimos desarrollar formas, instancias y prácticas de poder popular basadas en la democracia directa; 3. Los nuevos instrumentos de comunicación se multiplican con base en las formas y agrupaciones existentes en la comunidad buscando construir la más amplia participación, organización y unidad interna; 4. Requerimos de medios de proyección externa que permitan crear diálogos, alianzas y coordinaciones con otras experiencias. A manera de ejemplo reproducimos el documento básico de presentación que hemos elaborado el pasado mes de septiembre de 2003.
San Miguel y Santo Tomás Ajusco, una experiencia de
organización popular y comunitaria
Presentación
La comunidad de los pueblos de San Miguel y Santo Tomás Ajusco viven un momento especialmente significativo por lo que hace a la construcción de nuevas y más efectivas formas de organización y participación, experiencia que deseamos compartir con otros actores de la vida social, política, económica y cultural como una forma primaria de dar a conocer nuestro proceso y nuestras experiencias. En torno a los procesos sociales de organización comunitaria y construcción de la autonomía política de los pueblos de Tlalpan.
Para quienes no conozcan nuestros pueblos, les comentamos brevemente el perfil histórico y social de ellos. San Miguel y Santo Tomás Ajusco forman parte de los llamados pueblos originarios del Valle de México cuya historia se remonta al siglo XIV y sus raíces de origen tecpaneca permanecen vivas a través del tiempo. Comparten un territorio de poco más de nueve mil hectáreas de bosques y montañas dentro del cual se asientan sus más de veinte mil habitantes, muchos de los cuales mantienen el carácter rural y agrícola de la región. A ello debe sumarse la riqueza de sus tradiciones y expresiones culturales, así como su memoria histórica revolucionaria entrañablemente ligada a la gesta agraria de Emiliano Zapata.
Antecedentes
En este contexto, a principios del presente año (2003) vivimos una grave escasez de agua que limitó de forma muy aguda el abastecimiento del vital líquido. De manera paradójica los montes y bosques del territorio ajusquense forman un importante sistema de captación de agua, sin embargo diversos fenómenos y problemas han provocado la falta de este servicio en el casco urbano, especialmente por lo que toca a la explotación que hacen los grandes ranchos de recreo de los acuíferos de la comunidad.
Ante ello, diferentes grupos de vecinos tuvieron la iniciativa de organizarse para solicitar el apoyo de la Subdelegación Auxiliar de Santo Tomás (representación política de la comunidad) para la solución del problema. Cabe mencionar que en las primeras reuniones donde se abordó esta situación surgieron propuestas encaminadas a analizar a profundidad la cuestión para intentar soluciones de largo plazo y no sólo de atención inmediata a la falta de agua.
En este sentido cabe resaltar que la Subdelegación Auxiliar jugó un papel de primera importancia al estimular y promover la organización y la participación de los vecinos como principio esencial de su tarea de gobierno. Esto no es casual, pues el carácter del cargo como una representación democráticamente electa a través del voto universal, directo y secreto, le dota de una representación y una legitimidad social y política que le demandan una responsabilidad y un compromiso ante su comunidad y no necesariamente ante otras instancias gubernamentales.
A lo anterior debe agregarse la presencia y el trabajo del Comité Organizador de Santo Tomás Ajusco, una organización surgida a través del trabajo voluntario de sus miembros, que en todo momento funcionó, como su nombre lo dice, a la manera de facilitador de los procesos de participación y organización de toda la comunidad en la medida en que ha sido un espacio abierto y plural para expresar opiniones, desarrollar propuestas y concretar acciones.
La experiencia de participación-organización
De esta forma, la iniciativa vecinal, el compromiso de la Subdelegación y el estímulo del Comité Organizador se conjuntaron para abrir nuevas posibilidades de atención a las necesidades de la comunidad.
A pesar de que podíamos haber promovido el camino de la movilización con marchas, bloqueos carreteros, mítines, plantones y demás formas de protesta para que las distintas instancias de gobierno atendieran un problema que por ley les corresponde resolver, decidimos caminar por la senda de la organización, la participación y la construcción de alternativas desde la propia comunidad con su propio esfuerzo, dedicación y trabajo. Sin embargo, esto no significa que relevemos a las instancias de gobierno de su responsabilidad, ni que renunciemos a demandar lo que del presupuesto y de las funciones institucionales le corresponda legítimamente a los pueblos con todas las formas y medios de lucha a nuestro alcance.
De ahí que se trabajara en dos sentidos. El primero fue desarrollar un proyecto integral de defensa del agua con base en la participación directa de la comunidad y bajo un principio de corresponsabilidad con las instancias de gobierno. La segunda vía fue crear y desarrollar las instancias vecinales de participación, información, toma de decisiones y realización de acciones prácticas.
El primer aspecto lo abordaremos sintéticamente más adelante. Con relación a lo segundo exponemos lo siguiente.
En casi cuatro meses de intenso trabajo se formaron noventa asambleas por calle, tramo de calle o paraje como la base para emprender las distintas acciones. En cada asamblea se nombró democráticamente un representante y su respectivo adjunto o suplente. Con ellos se integró la Junta de Representantes que es la voz de más de tres mil familias. La Junta de Representantes trabaja a través de una reunión plenaria y de tres comisiones: Censos y Organización; Técnica de Proyectos; y Finanzas y Administración.
A su vez existe la Asamblea General Popular que es la máxima instancia de toma de decisiones en la que participa toda la comunidad.
Con base en este desarrollo participativo y de democracia directa, se han emprendido los diferentes trabajos. Brevemente exponemos los más relevantes.
• Recorridos, inspecciones, mediciones y estimaciones técnicas para integrar el diagnóstico del problema del agua.
• Integración técnica del proyecto en su primera etapa.
• Realización de censos por calle y paraje.
• Edición de boletines informativos.
• Promoción de asambleas.
• Atención directa de conflictos y necesidades.
• Cinco faenas comunitarias en el monte para limpieza, mantenimiento y construcción de más de 10 mil tinas ciegas con la participación 600 personas en promedio en cada faena.
• Integración del censo general de la comunidad.
• Integración de un sistema de recaudación económica transparente y honesta.
• Avance de 70 por ciento en la recaudación de una cuota de $150.00 por familia para sufragar parte de la primera etapa del proyecto.
• Numerosas gestiones ante distintas instancias gubernamentales (Delegación y Gobierno Central).
Proyecto de defensa del agua
El primer paso fue estimular la participación directa de la comunidad en el conocimiento y análisis de las principales causas del problema. Como se mencionó anteriormente, grupos de vecinos efectuaron recorridos, inspecciones y mediciones con el fin de establecer la información básica.
Una vez integrado el diagnóstico se procedió al análisis de las distintas alternativas, con base en lo cual se decidió diseñar una primera etapa.
¿En qué consiste esta primera etapa?
De manera sintética se trata de recuperar las líneas de abastecimiento evitando el robo del agua por parte de los grandes ranchos.
• En la reubicación del tubo que proviene del Ojo de Agua y que abastece al tanque de almacenamiento llamado TL 2.
• El tramo es de aproximadamente 2 600 metros y arranca del kilómetro 32.5 de la carretera (rancho El Tordillo) y concluirá en Cruz Blanca.
• Esta obra tiene el objetivo de sacar dicho tubo de los grandes ranchos privados y aprovechar íntegramente el caudal de agua para beneficio del pueblo.
• Esta obra tiene un costo aproximado de cinco millones de pesos, de los cuales la comunidad aportará un porcentaje económico directo, material para las obras secundarias de soporte, la mano de obra y las labores de supervisión y seguimiento.
Organización para la construcción
Esta breve y sintética descripción de un proceso complejo y que apenas está dando sus primeros pasos, tiene el propósito de compartir aquellos aspectos esenciales que consideramos pueden ser una importante contribución en la construcción de una nueva cultura política y de organización social.
En nuestras comunidades, como en casi toda la sociedad mexicana, se viven fenómenos de dispersión social y comunitaria que no están siendo comprendidos ni abordados por las instancias de gobierno ni por los partidos políticos (incluidos los de "izquierda"). Más aún, muchas veces la acción del gobierno y de los partidos políticos se ha convertido en factor que propicia la apatía, la desconfianza, la confrontación y aun la división entre los grupos sociales.
Ante ello, este conjunto de cambios e iniciativas que hemos emprendido en los pueblos de San Miguel y Santo Tomás Ajusco son apenas la siembra de las semillas de un nuevo ejercicio de la política en cuya base están la democracia directa y los verdaderos intereses de pueblos y comunidades.
Esta siembra es una apuesta para el futuro. Estamos plenamente conscientes de las tareas y dificultades que hemos enfrentado y que habremos de enfrentar, pero lo cierto es que está germinando una nueva acción social lejos de las burocracias gubernamentales y de los intereses de grupos partidarios. Ante el fracaso de la política tradicional surge una nueva forma de hacer política, una nueva forma de hacer comunidad, un nuevo carácter para las instancias y las prácticas comunitarias en el que el espíritu, el principio y las prácticas de participación del pueblo organizado cobran una gran importancia.
No buscamos ser un nuevo membrete político o un nuevo grupo de interés en busca de posiciones, candidaturas electorales, concertacesiones, chamba o beneficios personales. Somos una comunidad organizada que ante todo está poniendo lo mejor del sudor de su trabajo; lo mejor de sus aún débiles finanzas; lo mejor del talento de sus hombres y sus mujeres; lo mejor de sus sueños y de sus aspiraciones. Sólo deseamos que nos escuchen y, de ser posible, nos acompañen en este difícil pero hermoso camino de la organización popular.