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Europa :: 01/08/2023

Curva de aprendizaje

Nahia Sanzo
El nivel de bajas ucranianas es, posiblemente, el secreto de Estado mejor guardado, en parte gracias a la completa ausencia de preguntas por parte de la prensa

Ucrania continúa encontrándose con enormes dificultades para avanzar hacia la primera línea de defensa rusa en el frente prioritario de Zaporozhie, desde donde aspiraba a avanzar rápidamente, gracias a sus tanques y vehículos blindados donados por los países miembros de la OTAN, hacia Melitopol, clave para poner en peligro el objetivo principal: Crimea.

Kiev y sus socios han justificado sus casi dos meses de fracaso a la hora de romper ese frente en los campos de minas y una resistencia que aparentemente no esperaban encontrarse. La realidad de la guerra, las imágenes que han podido verse durante estas semanas y la ausencia de avances muestran que el discurso ucraniano había simplificado la realidad hasta el absurdo.

Ucrania había creado toda una narrativa de victoria segura argumentando que la suma de la aplastante superioridad del equipamiento occidental frente a las obsoletas armas soviéticas y el coraje y fuerza de los bravos guerreros ucranianos frente a la baja moral de los reclutas rusos solo podían acarrear ese resultado.

Esta semana, sin ningún voto en contra -nadie se atreve ya a negarle la voluntad a Zelensky, teniendo en cuenta que, en guerra, cualquier disidencia es considerada traición-, la Rada [parlamento] ha prorrogado nuevamente el estado de excepción. Se mantienen la prohibición de salir del país a los hombres en edad militar, así como a los funcionarios, todos ellos sujetos a la movilización general que día tras día deja imágenes de personas atrapadas en las calles para ser enviadas al frente.

El nivel de bajas ucranianas es, posiblemente, el secreto de Estado mejor guardado, en parte gracias a la completa ausencia de preguntas por parte de la prensa y de los expertos que tratan de realizar un seguimiento a las pérdidas que sufren los ejércitos en la guerra, que únicamente parecen querer conocer la cifra de muertos y heridos en las filas rusas. Sin embargo, la intensidad de la guerra, la necesidad de movilización continua, las imágenes del crecimiento de los cementerios militares y el tiempo que se alargan ya las hostilidades implica necesariamente un elevado nivel de bajas entre soldados caídos en el frente y heridos graves.

En ese contexto, mantener elevada la moral de las tropas y de la población a base de promesas de éxito parece ser la única garantía de la que dispone Ucrania para mantener el nivel de reclutamiento en una guerra que se prevé larga y en la que continuará precisando de la movilización, especialmente si la actual situación se cronifica.

En estos momentos, Ucrania continúa intentando romper el frente de Zaporozhie en dirección Tokmak-Melitopol. La localidad de Rabotino, una pequeña aldea completamente destruida, es uno de los focos del enfrentamiento. En su preparación para la ofensiva, ni Kiev ni sus socios habían contado con la voluntad rusa de defenderse hasta el final ni con la capacidad de hacerlo.

Es especialmente relevante que no hubieran contado con la capacidad de aprendizaje que supone la guerra. Hace un año, Ucrania contaba con ocho años de guerra de trincheras de ventaja con respecto al ejército ruso, una ventaja que se ha mitigado ya con la experiencia que han supuesto los 17 meses de guerra. La curva de aprendizaje es visible en ambos ejércitos, pero es un aspecto que desde Occidente se ha infravalorado en lo que respecta a Rusia.

Aunque es peligroso extrapolar el significado de las imágenes aisladas publicadas por las partes en conflicto a todo el frente, un vídeo que se ha dado a conocer este fin de semana desmiente prácticamente todos los tópicos del discurso ucraniano y muestra la forma en que se está viviendo la guerra en esa parte del frente de Zaporozhie en la que los blindados ucranianos tienen que atravesar un campo abierto para avanzar sobre las tropas rusas.

En las imágenes publicadas, puede observarse la lucha entre un único tanque ruso, que, advertido por los operadores del dron de vigilancia que detecta el movimiento de la columna, se enfrenta, sin esperar a la llegada de refuerzos, a dos tanques ucranianos y ocho vehículos blindados.

Más allá de la inferioridad numérica y del resultado final -los dos tanques son destruidos, al igual que gran parte de los blindados-, es relevante observar la forma en que la vigilancia en tiempo real se comunica tanto con los carristas como con los artilleros, que realizan un trabajo de precisión prácticamente a modo de francotiradores.

Como ya mostraban los reportajes desde el frente publicados por reporteros de guerra rusos como Dmitry Steshin, la coordinación y precisión de la artillería ha sido un aspecto entrenado a lo largo de los meses que ha durado la fase de enfrentamientos de menor intensidad a la espera de la ofensiva ucraniana. En una guerra fundamentalmente terrestre, la precisión de la artillería y la coordinación con otras fuerzas es, como se está comprobando en la primera línea del frente de Zaporozhie, una de las claves para el mantenimiento de la defensa.

Este fin de semana, Volodymyr Zelensky ha querido compensar las imágenes de las pérdidas ucranianas con una visita al frente. El presidente ucraniano continúa utilizando a la perfección las herramientas de comunicación y en esta ocasión se ha acercado, según la Oficina del Presidente, al frente de Donetsk.

Zelensky no ha alegado esta vez encontrarse en Artyomovsk, ciudad cuya pérdida Ucrania no se ha molestado en admitir oficialmente, pero sí a sus inmediaciones y ha querido dar un toque de normalidad al reunirse con sus soldados en una gasolinera. La presencia de Zelensky en este sector es una prueba más que se trata de uno de los puntos que Kiev ha seleccionado para tratar de lograr algún éxito relativamente rápido con el que poder presentar a su población su discurso de victoria segura y seguir exigiendo más armamento y financiación a sus acreedores.

También en el frente de Donetsk, otro de los focos importantes es la pequeña localidad de Staromaiorskoe, capturada total o parcialmente por Ucrania la semana pasada y donde las tropas rusas intentan ahora elevar el coste de ese mínimo avance para las tropas ucranianas. La situación allí es fluida y es difícil saber cuáles son realmente las posiciones consolidadas. Sin embargo, los objetivos parecen claros. Así lo comentaba ayer Alexander Jodakovsky, fundador del batallón Vostok, cuyas tropas luchan en ese sector:

Pese a que la dirección Staromaiorskoe-Urozhainoe no es militarmente estratégica para el enemigo, cualquier victoria adecuadamente presentada en la prensa otorga dividendos a nivel general. Aunque los esfuerzos se concentran en el sector de Zaporozhie y se planea un golpe a Energodar, algo confirmado por la intensificación de las labores de reconocimiento en esta dirección, el oponente busca fijar nuestras fuerzas en otras zonas, impidiéndonos así enviar refuerzos a los lugares más importantes, donde se juega el destino de esta fase de la guerra según los resultados obtenidos.

Tras ocupar Staromaiorskoe, el enemigo no se ha atrincherado ni organizado una defensa sólida allí, sino que se ha dedicado a destruir nuestras barreras de ingeniería en dirección a Urozhainoe. Hoy [el domingo], la aviación enemiga ya ha realizado varias redadas sobre esta localidad, la guerra electrónica trabaja activamente para bloquear nuestras comunicaciones y la preparación de artillería está en marcha. Es evidente que se prepara un intento de asaltar Urozhainoe. Hace un tiempo, concentrando sus fuerzas en Novodonetsky, el enemigo estuvo a punto de capturar Urozhainoe, pero careció de la perseverancia. Después, al aumentar nuestra presencia en este pueblo, detuvo los intentos de asaltarlo de frente. Con la captura de Staromaiorskoe, el enemigo ha podido alcanzar Urozhainoe por los flancos, creando una posición amenazante para nuestra defensa.

La realidad de la guerra es compleja, como lo es también la situación política creada a su alrededor. En estos momentos, es visible que no hay salida diplomática a la vista ni tampoco la posibilidad de un alto el fuego. También es evidente el estancamiento en el frente que Ucrania esperaba romper rápidamente, pero sí hay avances de uno y otro ejército en diferentes sectores.

Rusia avanza de forma sólida en el frente de más al este, protegiendo así Svatovo y Kremennaya e intentando aproximarse al río Oskol y a Krasny Liman, mientras que Ucrania trabaja en los flancos de Artyomovsk y avanza con grandes dificultades y tras semanas de batalla en un frente secundario del sur de Donetsk.

Todos esos avances, menores en el caso de Ucrania, se producen en direcciones secundarias sobre las que potencialmente podrían construirse futuras ofensivas, pero que, por el momento, actúan con el objetivo de mejorar las posiciones propias y elevar el coste para el ejército contrario, movimientos que continuarán, ya que esta ofensiva es la principal apuesta de Ucrania y sus socios para este año.

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