El PP, nosotros y nuestra incapacidad para acabar con el Parque temático de la derecha
La semana azul del PP viene siendo antológica: Murcia y su PAS, Rajoy citado a declarar, Rato en la UCO, Ignacio González detenido por corrupto, su lacayo Marhuenda a declarar, Esperanza Aguirre ídem de ídem… una sucesión de casos a sumar a los muchos que llevan en la mochila.
Los más optimistas dicen que poco a poco (corrupción a corrupción y voto a voto) se va notando una retirada del apoyo al PP, pero los porcentajes de electorado popular que aparecen en todas las encuestas, no dejan lugar a dudas: la derecha rancia y neofranquista no disminuye sustancialmente. Su electorado suele responder a la valenciana (donde en la última cita electoral mejoraron sus guarismos pese a la especial podredumbre del partido en esa Comunidad). Parten de la base que por encima de la corrupción están sus valores, esto es, el orden establecido, la Iglesia católica, la patria, la economía de Mercado, el anticomunismo furibundo, la monarquía, la U.E, la OTAN…. en una palabra, sus intereses de clase dominante.
Por eso, y como ese porcentaje de voto-apoyo es casi inalterable por más manifestación con manifiesto que se haga, lo que debería preocuparnos es nuestra barricada. La derecha cuando no gobierna (léase Venezuela o en su momento el Chile de Allende, por ejemplo) es implacable: crea caos, acaparamientos de alimentos, lock out empresariales, violencia callejera, golpes de Estado, boicots, bloqueo, asesinatos en las calles… .Al revés, no. La izquierda en la oposición discute reformas en el Parlamento, se manifiesta con extrema exquisitez y respeto y, en general, no hace excesivo daño al sistema entre cita y cita electoral. Aferrarse como se ha hecho en las últimas épocas al famoso “Sí se puede” en el actual marco “democrático” es una entelequia y un auto-engaño (que la izquierda no haya ganado jamás elección alguna en Europa en los últimos 50 años es más que una prueba). Que la COSA no pasa por hacer bien los deberes y en la próxima cita electoral sacar seis (o diez) diputados más que, unidos a los del PSOE y a cualquier otro que ande por ahí hacer un gobierno distinto al PP… al mejor estilo Grecia.
La base social del PP siempre tendrá un “Ciudadanos” para defender sus intereses, por eso el Ibex y los dueños del poder no deben estar muy preocupadas con esas ilusiones reformistas que se venden como el menos malo, a precio de saldo. El problema no está en ellos.