En respuesta al artículo "Periodistas en Irak: Soldados del imperialismo" de Roberto Delgado y Jotake publicado en La Haine x Javier Couso Permuy y Santiago Botana Hemos leído vuestro articulo de opinión y análisis, sobre los medios de comunicación en la guerra de Irak, y nos ha dejado helado la versión y el análisis que hacéis de los asesinatos de algunos periodistas en ese país ocupado por el imperialismo anglo-americano. Nosotros estamos trabajando para denunciar el asesinato de José, pues, sean cuales sean las valoraciones que uno haga del trabajo que él realizaba allí, FUE UN ASESINATO, un CRIMEN DE GUERRA cometido ante millones de personas y contra un centro dónde se reunía prensa no controlada por El Pentágono. Nosotros jamás hemos equiparado la muerte de Julio A. Parrado sucedida dentro de una unidad militar invasora, con los asesinatos de José, Taras o Taraq, que precisamente se cometieron el mismo día, por la misma división y como resultado de un ataque coordinado contra tres claros objetivos; las cadenas arabes Al- Yazzera y Abú Dhabi y el centro de la prensa internacional no empotrada en el Hotel Palestina. Muchos de nosotros e incluso muchos trabajadores de los medios, compartimos y formulamos continuas críticas contra el monopolio informativo de los ricos. Pero no llegamos al hecho de desmarcarnos de unos asesinatos imperialistas, según quien sea la victima. Por desgracia no hemos tenido informadores realmente independientes y/o revolucionarios excluyendo quizás la labor realizada por los compañeros brigadistas que luego nos transmiten sus experiencias desde sus revistas, webs, libros o actos. Pero nos debe hacer pensar en el daño que estaba haciendo está prensa “descontrolada” del Pentágono que, aunque no realmente independiente de los diferentes poderes económicos, escapaba a la realidad del diseño informativo del Gobierno de George Bush. Pensar que toda la dominación es la misma y que es monolítica es ser un ignorante y un irresponsable, pues la realidad nunca es blanca ni negra. La vida en cualquiera de sus manifestaciones, y más si son realidades sociales o políticas, es extremadamente compleja y variada. Quien piensa en mono jamás podrá hacer análisis en estero, ahora, quizás sí análisis radikales o incluso RADIKALÍSIMOS. A nosotros no nos gusta por lo general el trabajo de Reuters, pero denunciaremos bien alto los asesinatos de Mazen o Taras. Tampoco nos gusta lo que representa Al Yazzera pero haremos lo mismo por Tareq. Cómo decíamos antes, la gente del espectro político, llamémosle, revolucionario no tenemos informadores propios en el terreno, pero ¡que casualidad!, gracias a las informaciones de algunos periodistas de Al Yazzera o Abú Dhabi tenemos imágenes de la resistencia en Iraq o de la Intifada. Informaciones algo diferentes a la realidad del pensamiento occidental. Eso por lo menos. Por ejemplo, con ese tipo de informaciones se puede construir algo tan importante como el Diario de la Resistencia Iraquí que publica el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe en su página web. Además os olvidáis de la gente trabajadora, que no son
sólo las obreras, los camareros, los basureros, las taxistas...
o los “guays alternativos”, también está la
gente que trabaja en la prensa y que nos son los dueños ni deciden
las políticas de esas empresas. ¿O es que vosotros nunca
habéis trabajado en una empresa que pertenezca al capitalismo?
Vuestro artículo es un insulto a, por ejemplo, los compañeros y compañeras del Sindicato de Artes Gráficas de CNT que trabajan en el ABC o son cámaras de Tele Madrid o redactoras en Marca. Esa gente que además de trabajar en un medio burgués son verdaderos compañeros revolucionarios y anarquistas. Quizás pensáis que la sociedad se organiza sólo con gente que curra en trabajos “alternativos” o de los que jamás querría en su colectivo a un piloto, por burgués, o a una médico, por pija. Pero la sociedad es más compleja que las mentes obtusas y necesita médicos, pilotos, arquitectos, periodistas, escritores,... y ojalá algún día estén de nuestro lado (aunque con posturas cómo la vuestra huyan despavoridos). Por último una simple anécdota. Hace aproximadamente un año, en el verano del 2002, la asamblea de Nodo50 accedió a responder a una entrevista para Tele5. José Couso y su ayudante de cámara recibieron la orden de efectuar la filmación y se citaron con la redactora en el mismo local de Nodo50. Una vez allí, después de ver que se trataba de un proyecto de izquierdas, José llamó al productor para enterarse de como se iba a realizar la entrevista. El productor le dijo que la redactora iba a ir a saco, que se trataba de vincular a Nodo50 a "grupos violentos". Ante esto José dijo que entonces él no la filmaba, se plantó. Finalmente la redactora recibió la orden de bajar el nivel y la entrevista se desarrolló normalmente, sin intentar poner en un aprieto a los compañeros de Nodo50. Unas semanas después Nodo50 recibió de un periodista el aviso de que una productora de televisión intentaba filmarles con cámara oculta. Tanto la entrevista como la filmación clandestina eran para el programa "Infiltrados" que Tele5 emitió el 29 de agosto de 2002. Si Nodo50 no fue una de las víctimas de ese programa criminalizador fue, en parte, gracias a José Couso y a otro periodista anónimo. Teniendo cuenta la precariedad laboral y el entramado de contratas y subcontratas con que Tele5 disminuye costes y aumenta beneficios, a José Couso esto le podría haber supuesto el despido. ¿Es ese un comportamiento propio de un "soldado del imperialismo"? 09/09/03 |
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