Pablo Iglesias habría hecho en España lo mismo que Syriza hizo en Grecia

El "proscopito" de la dirección de Podemos - o según Juan Carlos Monedero, "el general mediocre"-, Iñigo Errejón, salió al paso de los rumores acerca de un hipotético distanciamiento por parte de la dirección de esa organización en relación con las últimas decisiones claudicantes del gobierno de Syriza.

"Apoyaríamos lo que apoye el Parlamento griego, que es quien está mandatado para hacerlo. Los griegos están pudiendo expresarse con más soltura y frecuencia de lo que nos podemos expresar los españoles y seríamos respetuosos con lo que aprobaran ellos"- precisó el lugarteniente del secretario general.

Por su parte, Pablo Iglesias, más hábil a la hora de jugar con la ambigüedad, precisó que "a mí, al igual que a Alexis, no nos gusta el acuerdo, lo que pasa es que era una situación límite en la que era ese acuerdo o la salida del euro".

Iglesias formuló estas declaraciones en el curso de su participación en la presentación del libro 'Redes de indignación y esperanza' que tuvo lugar en la capital del Estado. Curiosamente, según el secretario general de Podemos "de alguna manera el Gobierno griego ha ganado en estabilidad y al mismo tiempo ha logrado que se pueda hablar de reestructuración de la deuda y que en los próximos meses poco a poco va a poder aplicar su programa".

"Eso es lo que se llama tener optimismo histórico"- comentó por lo bajini un asistente a la presentación del libro. Su ironía fue acogida con menos discreción por las risas de quienes se mantenían en sus proximidades.

En el curso de sus declaraciones, Iglesias mostró su enfado y "desprecio" hacia quienes le preguntaban si Alexis Tsipras "tiene narices o no" y "si se vende o no se vende". "Los principios de Alexis están muy claros, pero el mundo y la política tienen que ver con correlaciones de fuerzas"- aseguró el "pantocrátor" de la organización Podemos para justificar la aceptación por parte del gobierno griego de la cascada de lesivas imposiciones de la Troika.

Iglesias trató de reforzar sus argumentos en defensa de su amigo Alexis Tsipras alegando que la situación era de "muerte o muerte", y el Ejecutivo griego tuvo que elegir entre "asumir un acuerdo malo y por lo menos hablar de la reestructuración de la deuda" o "hacer algo que la mayoría de los griegos no querían", que es abandonar el euro como moneda.

El secretario general de Podemos indicó que "lo que ha hecho el Gobierno griego es, tristemente, lo único que podía hacer".

Finalmente, en un descubrimiento tardío, Iglesias manifestó que "no hay democracia en Europa" . A su juicio, el problema de Atenas es que pensaba que la antigua 'troika' y los países del Eurogrupo iban a mostrar "respeto democrático" hacia los griegos y a hacer más concesiones. "Cuando en política no tienes poder, no tienes nada, porque no cuentan las razones", y "un Estado del sur de Europa tiene muy poquito poder", manifestó.

El rostro de desconcierto era patente en los simpatizantes de Podemos que tuvieron la oportunidad de escuchar los alegatos de Iglesias. Y es que sus reiteradas declaraciones acerca de la voluntad de Syriza de no dar un paso atrás son tan recientes que no se han podido olvidar de la memoria de los más despistados.

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