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Nafarroa, Euskal Herria :: 12/10/2016

¿Ayuntamiento del cambio?

Murtziano

Cuando el movimiento revolucionario pasa por una de sus mayores crisis tanto políticas-ideológicas como organizativas, las pseudoalternativas socialdemócratas, con su “Realpolitik” aparecen como la única alternativa frente al capitalismo, como proyecto “emancipador”.


Tanto el municipalismo, como el “socialismo del siglo XXI” se hacen hegemónicas dentro del movimiento popular, movimiento de liberación nacional y en todos aquellos movimientos interclasistas sin dirección (proletaria) consciente. Estas “nuevas” tesis, aparecen como la única alternativa innovadora frente a los “clásicos” movimientos revolucionarios. El error fundamental consiste en interpretar el movimiento revolucionario en una de sus expresiones concretas que aparecieron dentro de un contexto histórico-social determinado. Esa vulgarización del movimiento revolucionario se basa en que para la toma de poder tiene que haber una vanguardia armada, como si el blanquismo fuese revolucionario. Puesto que el foquismo ha fracasado tanto en Euska Herria, como en el Norte de Irlanda, las contradicciones internas de los movimientos de liberación nacional se agudizan, hasta convertirse en otra expresión de la pequeña-burguesía y con ello a nuevas teorizaciones que no son más que las viejas tesis en una forma nueva.


Estas tesis se basan en que se puede derrocar al estado burgués mediante la dicotomía calle-instituciones. Según esto, mediante la presión que hace el movimiento popular y con la ayuda de las instituciones se podría conseguir que acabe la explotación, la opresión patriarcal etc, para que la “ciudadanía viva dignamente”. Lo único que se puede conseguir en las instituciones burguesas son mejoras que se pueden llevar a cabo dentro del marco democrático burgués. Es decir, los medios de producción siguen siendo las mismas, las relaciones sociales también. No se puede superar ninguna opresión sin antes superar sus bases materiales, y no menos importante, sin llevar una lucha consciente para que no aparezca bajo nuevas formas, como ya hemos visto en experiencias pasadas.


Cuando los marxistas afirmamos que cierto partido político no es más que la expresión política de cierta clase social o fracción, no entendemos como si en ese partido hubiese una elite conspirativa que controla todo el partido y su práctica política. Es algo mucho más complejo. Cuando afirmamos que EH Bildu sigue una línea pequeñoburguesa no pretendemos afirmar que lo ocurrido en la carga de Iruñea haya sido un acto consciente de esa coalición; si no que un acto “normal” debido a las limitaciones de las instituciones que el gestiona. Lo que si criticamos, es la arrogancia, el sectarismo y la superioridad moral de algunos de sus cuadros políticos, la mayoría militantes de SORTU. No se le puede echar la culpa a UPN, no se pueden echar balones fuera tildando de infantilistas a los que han criticado la postura de EHB, ¿Por qué? Lo primero, porque no ha sido un acto consciente de UPN. La policía, es decir, el brazo armado de la burguesía para mantener el orden establecido no es “mala” o “buena”, sino que es el producto de un desarrollo histórico-social, conlleva esa determinación; que en este caso juega un papel reaccionario. Su comportamiento tiene unas bases materiales, y por mucho que el Ayuntamiento de Iruñea trabaje para “cambiar el modelo policial” no lograra mas que un pequeño cambio (o ningún cambio) puesto que la policía seguirá reproduciendo esa ideología mediante nuevas formas.


Y lo segundo, porque no habría este malestar si EH Bildu hubiese hecho (por lo menos) un análisis de clase sobre la “táctica” de las instituciones y si hubiese explicado todos sus límites. Pero el análisis que hace sobre las instituciones no es esta, no ve en el Estado un enemigo a combatir, y a negar superándolo mediante El Estado Proletario; si no que lo ve como una entidad reformable; cosa que es imposible.


Al fin y al cabo, EH Bildu no ve el Estado como producto del desarrollo histórico-social (creada por las personas), sino que lo ve como un producto natural, esto se ve claramente reflejado en su comunicado al afirmar que la “actuación de la Policía Municipal ha sido totalmente desproporcionada”. Desde la ética de los oprimidos a esa “actuación” se le llama represión, y no señoras/es de EH Bildu, no existe represión proporcionada. Al Pueblo Trabajador le da igual si la “actuación desproporcionada de la policía” venga del sector mas reaccionario como del progresista, las hostias son iguales, la represión es igual.


Todos estamos hartos de la decadencia postmoderna de la sociedad burguesa, tanto en los grupos de amigos, en las inhumanas relaciones sexuales-afectivas que reproducen la lógica del capital, etc. En definitiva de nuestro día a día. Pero no por ello nos tenemos que conformar con las migajas que nos puede dejar la democracia burguesa (además, es inútil si no las superamos…) Tenemos que trabajar para lograr esa fusión dialéctica de la teoría revolucionaria con la praxis ligando al movimiento espontaneo. Únicamente superando las bases materiales de las distintas opresiones, mediante la praxis revolucionaria podremos al fin conciliar el hombre con la naturaleza, hacer del hombre lo que es, un ser-social.


El “cambio” no se da desde las instituciones ni se puede utilizar el movimiento popular para impulsar ese “cambio”. Una cosa es la táctica para lograr X fin en cierto contexto concreto, y otra muy diferente utilizar esa táctica como fin. En fin, las discusiones entre reforma y revolución deberían de estar superados, pero parece ser que algunos cuadros políticos no se quieren enterar o si, pero su identidad está por encima de los objetivos estratégicos.


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