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Estado español, Pensamiento :: 19/08/2005

El periódico CNT entrevista a La Haine, Nodo50 y Rebelión: Una manera distinta de mirar

Periódico CNT
Algunas arrancaron en los noventa, pero ha sido en los comienzos de esta década cuando se han afianzado como medio informativo habitual de consulta

Son las páginas de contrainformación eléctronicas, un medio que comenzó como consulta alternativa y que es hoy en día el vocero de la realidad que los medios consolidados se niegan a reflejar.

El sesgo ideológico varía dentro del espectro de la izquierda, pero todas ellas tienen algo en común: son portales con información que no puede encontrarse por otras vías, altavoces y testimonio de las corrientes de información que discurren superpuestas a los medios oficiales regidos por directrices empresariales. Todas se caracterizan por dar la palabra a colectivos que no tendrían otro medio de difusión en el primer mundo si no fuera por sus páginas. Con frecuencia sufren ataques y tienen confrontaciones con los voceros del poder y sus perros guardianes. Nodo50, Rebelión y La Haine han contestado a las preguntas de este periódico.

¿De qué fuentes os nutrís?

Nodo50: Medios contrainformativos casi exclusivamente, algunos nodos de la red Indymedia, páginas de colectivos que publican a menudo. Sólo en situaciones excepcionales, cuando la urgencia hace que no haya fuentes de organizaciones sociales y políticas, recurrimos puntualmente a algún medio convencional hasta que aparecen nuevos datos.

Rebelión: Con el tiempo han ido apareciendo buenas agencias alternativas en diferentes países que manejan una valiosa información. Nosotros seleccionamos lo que consideramos más relevante y más inteligible para el público internacional. Del mismo modo, se ha ido tejiendo una red de colaboradores, periodistas, intelectuales o activistas que nos merecen nuestra confianza y nos envían sus trabajos. Quiero aprovechar para reconocer el desinterés y apoyo de intelectuales de acreditado reconocimiento internacional que nos están enviando sistemáticamente sus trabajos desinteresadamente. Todos ellos han entendido la importancia de la información alternativa.

La Haine: Son varias y normalmente por este orden de prioridad: los propios grupos locales que conformamos La Haine (en varias ciudades del estado español que, evidentemente, es para nosotros lo más fiable por ser sus componentes, además de militantes de base, periodistas combativos); los propios movimientos sociales, que o bien cuelgan autónomamente en nuestra web sus informaciones a través de una clave de acceso o bien las publicamos nosotros; intelectuales y analistas combativos que nos envían sus trabajos; y otros medios de contrainformación como la red Indymedia, servidores como Nodo50, páginas como el diario Gara, A-Infos, A las barricadas... y si no queda otra, en ocasiones, también las agencias de prensa del Poder como EFE o Europa Press.

¿Qué objetivos tenéis a largo plazo?

N50: "A largo plazo, todos muertos", como decía Keynes. Nosotros pensamos a medio plazo: el primordial es mantener en pie el proyecto, poder dar servicios de Internet de manera profesional, garantizar la formación en GNU/Linux.

RB: Creo que somos conservadores en nuestra política de trabajo, nos da mucho miedo abordar nuevos proyectos que puedan comprometer lo logrado hasta ahora. Nuestra tesis es que hacen falta nuevas iniciativas pero que deberían ser afrontadas por otros colectivos, de nosotros pueden tomar la experiencia, los contenidos o cualquier tipo de asesoramiento que nos soliciten. Pero no nos atrevemos a afrontar experimentos que con frecuencia nos sugieren, como salir en papel o adoptar formatos multimedia.

LH: Consolidarnos como una herramienta de contrainformación fundamental para (y desde) los movimientos sociales que buscan destruir el capitalismo y construir una sociedad libre. Ir implicando a más gente en el proyecto y conformando más grupos locales de La Haine hasta tener bien cubiertos todos los territorios del Estado español (y poco a poco, otras partes del mundo). Provocar y generar debates serios y constructivos para fortalecer la lucha revolucionaria, difundir la acción directa, concienciar a grandes sectores de la población con las informaciones que difundimos, etc... En definitiva ser una página indispensable de los movimientos sociales y que la sientan como suya.

¿Cómo veis el panorama de la contrainformación electrónica en España en comparación con Europa y el resto del mundo?

N50: Para poder hacer algún tipo de análisis comparativo entre lo que hay en el estado español y lo de fuera deberíamos primero tener alguna idea fiable de lo que pasa aquí. En relación a lo estrictamente contrainformativo en Internet ha habido un desarrollo y un crecimiento muy importante en dos líneas: por un lado se han puesto en pie una serie de proyectos que cumplen una función de primer orden, como son los nodos de Indymedia (especialmente los de Barcelona, Euskal Herria o Estrecho), o como La Haine que en los últimos tres años se ha convertido en todo un referente para un sector muy importante de las redes sociales. Por otra parte, y lo analizamos como la otra cara de la misma moneda, las redes sociales han incorporado a la contrainformación en Internet como un espacio propio al que dotan de sentido aportando contenidos, volcando debates, movilizando en momentos de crisis como fue el 13 de marzo del 2004.

El papel de la contrainformación en esa coyuntura (especialmente La Haine, Indymedia Barcelona y nosotros mismos) fue determinante como espacio para la catarsis el día 11, el debate y la reflexión el día 12 y la movilización del 13 que contribuyó a la caía del PP. Cuando todos los canales informativos estaban cortocircuitados por el poder, la contrainformación se convirtió en una referencia obligada para la búsqueda de verdades alternativas y propuestas para la acción. Si damos el salto a la dimensión internacional sería interesante rescatar algunas experiencias en las que la contrainformación cumple funciones similares a las que nos tocó cumplir el 13M: ser un elemento en la movilización y la protesta y el canal de referencia comunicativa para el pueblo movilizado. Es el caso de Radio Luna en Quito durante las jornadas que llevan a la caída de Lucio Gutiérrez o, en otro contexto, la experiencia de Democracy Now, el proyecto de Amy Goodman en Estados Unidos con decenas de miles de oyentes.

En Génova, en la cumbre del G8 del 2001 el Centro de Medios Independientes fue asaltado por la policía en una acción de terrorismo de estado para destruir todo el trabajo contrainformativo que desvelaba la criminalidad policial durante dos jornadas de violencia y muerte contra los manifestantes. Las conclusiones que podemos sacar de esto son, primero, que el poder hegemónico de los mass media convencionales (la TV, la radio y la prensa escrita) es vulnerable en coyunturas críticas. Segundo, que su vulnerabilidad radica en una tremenda deslegitimación a la hora de generar relatos creíbles para poder cumplir su función legitimadora. Tercero, que las redes y movimientos sociales disponen de recursos técnicos y de la habilidad política necesaria para construir ingenios comunicativos capaces de mantener niveles elementales de cohesión y movilización en épocas de calma, pero perfectamente engrasados y preparados para pasar a la primera línea de combate comunicativo en situaciones críticas como a las que hemos hecho referencia.

En conjunto podríamos decir que las habilidades comunicativas de la protesta política y social convierten a las redes movilizadas en actores políticos de primer orden, como se demostró en las movilizaciones mundiales contra la guerra, en los días del Prestige o en las contracumbres del ciclo Seattle-Génova.

RB: No estamos en condiciones de comparar con otro contexto que no sea hispanoparlante. El desarrollo de Internet en América Latina está teniendo más incidencia de la que imaginábamos. Allí la gente, mediante las universidades, los cibercafés o las sedes sociales está teniendo un acceso abrumador a Internet. El problema, y al mismo tiempo el reto, es que hay que condicionar el esquema mental a la hora de escribir, pensar que en Internet se escribe para un público global. Un texto sobre Uruguay debe ser entendido en Barcelona, y uno sobre Euskadi ser inteligible por un hispano de Nueva York. Luego existen varios modelos de información alternativa, participativos como Indymedia o no tan participativos como nosotros. Todos se complementan.

LH: Se puede decir que tras la aparición a finales de los años 90 de la red de webs alternativas Indymedia, que se expandió por todo el mundo, los movimientos sociales han tendido a utilizar con mayor frecuencia Internet como una forma de expresión más. En cualquier caso lo importante de esto es no perder de vista que la población con ordenadores y acceso a Internet reside principalmente en el llamado primer mundo, y es ahí donde más influencia tienen en la lucha los medios de contrainformación virtuales.

En cuanto al panorama en el estado español, creemos que la situación es positiva. Los colectivos de contrainformación se esfuerzan cada vez más en responder con efectividad y eficiencia a las necesidades del movimiento social, si bien por ser un fenómeno relativamente nuevo aún queda mucho por experimentar.

¿Qué calado tenéis en la opinión pública española en general?

N50: El impacto de los medios contrainformativos es siempre muy limitado, funciona en un círculo activista pequeño. Rondamos, en circunstancias normales, las 4.000-5.000 entradas a la página principal de Nodo50, que corresponden a entornos militantes. Sólo en momentos excepcionales, como entre el 11 y el 13M, se rompió el cerco activista y las entradas se multiplicaron por siete, lo que da a entender que entraron a la página principal del Nodo muchas personas que normalmente no lo hacen. Nosotros trabajamos normalmente para activistas, aunque siempre con la esperanza de que más gente entre en páginas como la nuestra.

RB: Esa es la gran pregunta. Creemos que la influencia directa sobre el gran público no es fácil. Nuestros contenidos son densos y parten de un modelo ideológico muy concreto. Sin embargo, como siempre que sucede con la información especializada, podemos nutrir de datos y argumentos a una determinada élite de activistas y personas comprometidas, las cuales a su vez llegan a la población por otros medios más masivos y menos definidos políticamente y por su ambiente o contexto social o laboral. Y por supuesto somos un nudo de enlace entre todas esas personas.

LH: La Haine, como medio de comunicación anticapitalista, llega a la sociedad al mismo nivel que los movimientos sociales anticapitalistas. Nosotros entendemos que quienes comunican con la población no son únicamente los medios alternativos sino los movimientos sociales en su conjunto, tanto desde la calle como desde los medios. No se trata de que nosotros crezcamos como medio y seamos la web más visitada; se trata de que crezca la lucha social y nosotros crezcamos con ella. Esa es la única forma efectiva de romper el cerco comunicativo que impone el poder en todos los ámbitos. Siendo estrictos, deberíamos apuntar que tenemos incluso menos calado en la sociedad que el movimiento anticapitalista en su conjunto, ya que tenemos influencia en buena parte de él, pero no en todo (aunque por supuesto es nuestro objetivo a medio plazo). Actualmente rondamos los 5.000 lectores diarios.

Más información:
www.nodo50.org
www.rebelion.org
www.lahaine.org

 

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