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¿Otro Primero de Mayo?
x Profesor J
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Algunos celebran el Primero de Mayo, pero no hay
nada que celebrar, la lucha continua.
Los gobiernos astutamente cooptaron la fecha y declararon feriado de
modo que los centros de trabajo permanezcan vacíos ese día
y no sean vaciados por los propios trabajadores en lo que sería
una acción directa contra el capital.
Los partidos de izquierda también han decretado fiesta ese día
y se saludan unos a los otros, y los sindicatos envían postales
a sus asociados y algunos empresarios o gobiernos colocan avisos en los
diarios saludando a los esclavos, digo a los trabajadores. Partidos y
sindicatos realizan marchas y desfiles con banderas y shows con artistas
de destaque, para que venga el público y luego decir que llegaron
tantas personas.
Pensamos que la época exige otras actividades, de organización
y resistencia, por ejemplo ocupaciones de terrenos, predios urbanos y
tierras rurales, saqueos de mercados, trenes y camiones, o sea, a golpear
la propiedad privada. También el ejemplo de las jornadas de protesta
en Chile durante la dictadura, donde miles y miles levantaban barricadas
incendiarias en los barrios populares, puede ser una buena forma de incorporación
de masas a la lucha.
Pensamos que no hay que hacer grandiosos o no tan grandiosos actos centrales,
sino muchos pequeños encuentros y actividades en los barrios, y
que no es lo más conveniente levantar programas generales, sino
pasar a constituir y levantar programas locales que agrupen a la población
en sus territorios y que le otorguen contenido concreto a la incorporación
a tareas de lucha específica. No es más fuerte el programa
general que moviliza por conciencia o identificación ideológica
a millones en muchas partes, sino la acción conjunta de millones
que desde la realidad de sus problemas que sufren en la piel, se agrupan
y se apropian de sus espacios concretos estableciendo progresivamente
su control territorial y poder local. El capitalismo no será derrotado
por una fuerza homogénea, sino por millones de personas en diversas
luchas que en distintos lugares por diferentes motivos golpean al enemigo
en las modalidades que se presenta en concreto y no en abstracto. Es decir,
más que estar por el fin de la propiedad privada de los medios
de producción, parece más simple luchar por la apropiación
y administración de todos los recursos de cada localidad por parte
de consejos populares que decidan quien y cuando hace uso de las cosas
en la mayor libertad.
Las asambleas populares y los grupos autónomos por todas partes
representan el inicio de la emancipación y de la construcción
de la nueva sociedad sin explotadores ni explotados, sin opresores ni
oprimidos, y es allí donde hay que concentrar esfuerzos.
¡Todo el poder a los soviets! Era una buena consigna que
acabó en nada con la centralización en el soviet supremo.
Hoy sería importante avanzar en la construcción de condiciones
organizativas y materiales que permitan posteriormente levantar por todas
partes las consignas de todo el poder a las asambleas populares, todo
el poder a los grupos autónomos, todo el poder a los consejos locales,
todo el poder a cada comunidad originaria, en fin una multiplicidad de
poderes que en tanto capacidad real se constituya desde ya procurando
el control de territorios donde cada quien determina en libertad las mejores
formas de hacer las cosas, no más centralización ni homogenización,
sino coordinación de los diversos. Así desde los barrios
y los grupos autónomos convocar a los trabajadores a desarrollar
el poder popular y el control de los centros de trabajo, que las fábricas
y demás centros de la esclavitud moderna pasen a manos de las asambleas
locales.
Pero eso hay que conquistarlos en cada territorio, sin esperar a ver
si ganamos el poder central, pues así es que se acumulan fuerzas
sociales y materiales con capacidad efectiva de auto-gobierno local. Y
olvidarnos ya de una vez del poder central, pues la nueva sociedad no
tendrá estados ni centros de decisión, puesto que cada autonomía
se desarrolla como tal, y sin fronteras. De esa manera será necesario
comenzar a pensar en la autodefensa de esos espacios territoriales liberados.
Por eso entendemos que el primero de Mayo debe hacerse en muchas pequeñas
manifestaciones en las localidades, acciones directas, golpes al enemigo,
acumulación de fuerzas materiales.
¡Viva el primero de Mayo de lucha!
¡A generalizar la resistencia!
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