Principal
España | País Vasco | Internacional
Pensamiento autónomo
Antimúsica
La haine
Buscar
Internacional

Terrorismo y revolucionarios
El insurgente. Nro. 35 octubre 2001. Órgano de análisis y difusión del Partido Democrático Popular Revolucionario - Ejército Popular Revolucionario (México)

Mucho se ha dicho sobre el terrorismo después del 11 de Septiembre y lo mismo se tilda de terroristas a Estados progresistas, países pobres, socialistas o también a movimientos revolucionarios, como el ERI, ETA, las FARC, según Bush y Blair, pero nada se dice sobre y quienes verdaderamente han ejercido el terror de Estado en contra de los pueblos que luchan por su liberación, a través de bandas contrarevolucionarias y de delincuentes financiados por las empresas transnacionales y los Estados imperialistas.

Definimos como terrorismo la aplicación y el uso sistemático, indiscriminado e irracional del terror mediante actos de violencia o represión por grupos o regímenes políticos que buscan someter, mediante el ensañamiento y aniquilamiento físico al enemigo y a la población para defender sus intereses políticos, ideológicos y económicos.

El uso del terror y la violencia es utilizado por la clase en el poder desde la antigüedad. Esa actitud represora y retrógrada en la actualidad consiste en la actividad de los diferentes individuos que se asocian en grupos, centrales e instituciones con carácter destructivo, de represión y genocidio en contra de los grupos o pueblos que se oponen a los intereses del capital transnacional, los cuales están organizados y dirigidos por el aparato del Estado que responde a intereses oligárquicos y del imperialismo, quienes son autores de las principales matanzas y del genocidio de miles de seres humanos en el mundo.

En la historia de la humanidad se han dado guerras, en las cuales siempre la clase oprimida es quien ha pagado el costo de ellas. Esta "primera guerra del siglo XXI", es originada principalmente por los intereses económicos, políticos y territoriales de la oligarquía internacional y el imperialismo norteamericano e inglés. Los verdaderos intereses que están en juego en "la guerra contra el terrorismo" son el dominio de la producción petrolera en Asia y su distribución, pues quien lo haga le permite tener el control hegemónico mundial. En este contexto los dos países agresores buscan afanosamente erigirse en las únicas potencias que sometan al mundo a sus designios.

La guerra imperialista que presenciamos beneficia principalmente a la oligarquía internacional, a los monopolios más grandes de la producción y transformación del petróleo y de la industria militar, en donde la familia Bush es parte de ellos.

En ésto se juegan también los intereses de los demás potencias de la Comunidad Económica Europea, de la Cuenca del Pacífico y de otros países como Rusia y nuevos oligarcas que no han podido tener la hegemonía que desean o el poder necesario para expandir su dominio económico, político y territorial.

Los revolucionarios, los comunistas no luchamos separados del pueblo..., en esencia se es un transformador social

Ese es el verdadero carácter y origen de la guerra que se desarrolla, que sólo puede definirse como un acto de la peor barbarie, como una acción militar y política propia del terrorismo imperialista mundial, terrorismo de Estado y terrorismo oligárquico que se impone ante la impotencia de los pueblos que sufren las peores consecuencias de ésto.

Desde que aparece en la historia el sistema capitalista y el imperialismo el Terrorismo de Estado ha sido la historia de su política, el cual han cometido las más crueles y bárbaras masacres, asesinatos y genocidio en nombre de la supuesta libertad, de la democracia, la lucha contra el terrorismo y la defensa de la justicia, en el que victiman a miles de personas en el mundo con la complacencia de los Estados títeres del poder imperial.

No existe límite alguno para saciar los nefastos intereses de la oligarquía terrorista y del imperialismo más que el poder total, la supremacía sobre todas las cosas, a costa de la muerte, del genocidio y del sometimiento brutal de sus críticos, de sus opositores, de los pueblos del mundo que aman la libertad, la justicia y odian el terror político, económico y militar del imperialismo.

Los sucesos del 11 de septiembre están enmarcados dentro del contexto de la lucha por los intereses de la oligarquía y del imperialismo, el cual toman como pretexto para impulsar una nueva escalada mundial de represión y genocidio en contra de los grupos, organizaciones y partidos revolucionarios que se oponen a sus intereses y a las consecuencias de la globalización. El supuesto combate al terrorismo no es más que la guerra declarada en contra de las principales fuerzas comunistas y progresistas en el mundo.

No buscan combatir esencialmente al régimen del Talibán que engendró el mismo imperialismo yanky a través de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), los cuales se sustentan sobre las bases de la ideología burguesa de ultraderecha que exacerba la concepción religiosa retrógrada, que lleva a gente inocente a luchar por intereses que no le pertenecen, más que a los intereses oligárquicos y sus líderes.

Quienes impulsan y desarrollan el terrorismo son principalmente el imperialismo, los monopolios transnacionales y los Estados subordinados a los intereses de la oligarquía nacional e internacional, que toma su carácter de "Terrorismo de Estado" el cual está dirigido por el imperialismo principalmente el norteamericano, que no deja de intentar erigirse como el único policía y dueño del mundo, que se le antoja hacer lo que quiera sin que existan límites para aplicar su poderío y hacer prevalecer sus intereses.

El terrorismo oligárquico y de Estado toma diferentes matices y está en contra de los intereses populares. En las últimas décadas utiliza la represión, el asesinato, la desaparición y la violación sistemática de los derechos humanos, políticos y sociales de las personas. Argumentando su contenido ideológico burgués como el supuesto de "garantizar la seguridad nacional".

El terrorismo de Estado siempre justifica sus actos y a quien reprime, por lo regular es a quien se opone a sus intereses, a los inconformes con la situación imperante calificándolos como terroristas, es paradójico que quienes agreden y matan, asesinan a gran escala y a nivel internacional lo llaman contraterrorismo, que no es más que el terrorismo de Estado.

Los diferentes tipos de terrorismo de Estado y oligárquico imperial están dirigidos en varias dimensiones, a escala local, nacional e internacional, ya sea de tipo económico, político, militar, religioso, impulsado por grupos oligárquicos, de las transnacionales, de países imperialistas o grupos expresamente formados para tal o cual acción concreta. En este caso quienes están dirigiendo las principales acciones de terrorismo, quienes planean y llevan a cabo son las dependencias de inteligencia dirigidos principalmente por la CIA en el mundo, el cual se apoya de los gobiernos títeres, de grupos de derecha, religiosos, de la burguesías nacionales y de los diferentes aparatos del Estado. Han sido muchas las acciones de terrorismo de Estado, auspiciados, planeados y dirigidos por el principal aparato de inteligencia en el mundo que está destinado a garantizar los intereses geopolíticos y económicos de la principal potencia imperial; dar apoyo irrestricto a los gobiernos títeres y represivos para sostenerse a sangre y fuego en el poder; desestabilizar gobiernos y asesinar dirigentes en países que luchan por las transformaciones revolucionarias y luchas nacionalistas, como los golpes militares realizadas en Guatemala, Brasil, Chile; intervenciones militares a Cuba, República Dominicana, Nicaragua, el Salvador, Granada, Panamá, Irak, Yugoslavia, asesinatos y atentados contra jefes de Estado, líderes y revolucionarios como en el caso de Fidel Castro; y la lucha encubierta contra los países socialistas, esto sólo por mencionar algunos casos del terrorismo imperialista.

En este sentido la declaración de guerra contra el terrorismo va dirigida contra los países que luchan por tener una independencia real del imperialismo, los que construyen el socialismo y los que luchan por las transformaciones revolucionarias, es decir, que consumado el genocidio en Afganistán continuará contra sus supuestos enemigos en el mundo. El hecho de la declaración de "o están con nosotros o están con el terrorismo, no hay término medio", es sólo el preámbulo para poder lanzar su ofensiva en los países como Irán, Irak, Libia, Cuba, Corea, China, Vietnam, Colombia, España, Francia, México y el pueblo palestino.

Ante la inminente ofensiva en contra de las fuerzas comunistas, de los grupos globalifóbicos y gente que se opone al sistema, los nacionalistas y grupos progresistas, es necesario tomar una posición política, ante ello. Donde la mayoría no está de acuerdo con una guerra, pero la guerra existe independientemente de nuestros deseos, es real y cotidiano en el mundo, muchos condenan la acción violenta de supuestos grupos terroristas y revolucionarios, pero, ante la acción terrorista del Estado quedan callados y por mucho hacen una tibia crítica, por ello debemos anteponer y continuar con la resistencia comunista internacional, porque los comunistas somos parte de las fuerzas que pueden detener este tipo de terror oligárquico en nuestro tiempo.

Debemos diferenciar claramente de un acto terrorista con la acción revolucionaria, la diferencia esencial es que la acción revolucionaria y el revolucionario se apoya en el pueblo para llevar a cabo las transformaciones profundas de la sociedad y construir otra mejor, mediante un cambio radical de la misma, empleando todos los métodos posibles sustentados en una estrategia y táctica revolucionaria, obedeciendo a la interpretación correcta de la realidad.

La aplicación de métodos radicales en la lucha de clases son producto de la imposibilidad de transitar pacíficamente hacia los cambios que la sociedad demanda, como consecuencia de la resistencia de la clase que sustenta el poder, que en nuestro caso el actual régimen mexicano es un sostén de la política imperialista norteamericana.

El terrorismo como tal busca como fin el aniquilamiento físico de su enemigo, sin importar la muerte de civiles inocentes, la lucha revolucionaria es en contra del sistema de explotación capitalista. La acción revolucionaria construye política e ideológicamente en el seno del pueblo, es decir, destruye la ideología burguesa para construir la proletaria, destruye al Estado burgués para alcanzar la libertad, la justicia social, económica y ante todo, busca que el pueblo sea quien tome y ejerza el poder en beneficio de sus intereses.

En ese sentido, la acción revolucionaria es una respuesta que el pueblo explotado y oprimido utiliza para garantizar su sobrevivivencia y evitar que sea aniquilado por el Estado burgués el cual aplica esencialmente el terror contra las masas trabajadoras. Por ello, la acción revolucionaria es una respuesta legítima del pueblo y los revolucionarios ante los actos brutales del Estado burgués mexicano. Busca como objetivo destruir el sistema capitalista para construir el socialismo. Una acción revolucionaria nunca puede ser tal si no está acorde a las necesidades de la lucha por la transformación radical de la sociedad.

Los revolucionarios, los comunistas no luchamos separados del pueblo, somos parte de él y éste nutre nuestras filas con sus mejores hijos. Amamos la vida pero hemos cambiado nuestras herramientas de trabajo por las armas revolucionarias ante el terror y la explotación del Estado Burgués y la oligarquía mexicana.

¡¡ANTE EL TERRORISMO DE ESTADO, LA ACCION REVOLUCIONARIA CONSCIENTE!!

Principal | España | País Vasco | Internacional | Pensamiento autónomo | Antimúsica
Alizia Stürtze
| Reconstruyamos la historia |
La prensa al servicio del neoliberalismo
Kolectivo La Haine