México: Desempleo y obreros de la Volkswagen

El Insurgente
PDPR-EPR

El gobierno foxista al dar continuidad a la política económica neoliberal que se viene aplicando desde Miguel de Madrid, ha dejado hasta hoy en el desempleo a más de 1 millón 300 mil personas de diferentes sectores de la producción, como la textil, del calzado, automotriz, entre otras, pero principalmente la industria manufacturera.

Situación que se agravará aun más ya que cada año se suman 1 millón 350 mil personas a la Población Económicamente Activa (PEA) y el Estado únicamente tiene la capacidad de crear 150 mil empleos; qué desolador futuro depara a 1 millón 200 mil personas.

Para supuestamente dar solución al desempleo, Fox crea paliativos que no solucionarán los problemas de fondo – como Chambatel, Mi Chamba y más recientemente el Programa de Apoyo a Personas Desempleadas, asignando 100 millones condicionados a utilizarse para cursos de capacitación (quehacer que le corresponde a la empresa), para mal vivir no habría ningún recurso- y no es miopía o desconocimiento de la situación, es objetivo y consciente su proceder ya que defiende fielmente los intereses de los empresarios (sus estratosféricas ganancias).
Fox y los magnates industriales se culpan mutuamente, pero en los que sí coinciden es en responsabilizar del problema de desempleo a la crisis económica mundial, principalmente de E.U, tratando de diluir la responsabilidad propia por la política económica neoliberal aplicada en México y a la insaciabilidad de adquirir pingues ganancias de los emporios industriales nacionales y trasnacionales, sin importarles un ápice la situación de los trabajadores.

El hecho de que el gobierno foxista reconozca el crecimiento en el desempleo no es otra cosa que preparar las condiciones adecuadas para justificar un problema mayor que se avecina y así atenuar o desplazar el problema a segundo término.

Los factores que toman en cuenta los empresarios para instalar sus empresas son que los gobiernos federal y estatal les proporcionen todas las facilidades, desde mano de obra barata (salarios bajos), calificada, suficiente y no conflictiva (para escoger cual les va a dar mas ganancias), cero intereses de recaudación fiscal, terreno barato o regalado, agua y electricidad a bajo precio y demanda interna y externa segura para su producción. En conclusión todas las facilidades para tener la máximas ganancias; facilidades que los gobiernos en turno han proporcionado a los empresarios nacionales y extranjero.

El gobierno federal y el estatal de Puebla proporcionaron todas las facilidades para que la trasnacional alemana Volkswagen instalara la armadora del “vocho”, hoy estos empresarios aprovechan la “crisis” económica internacional, para obtener mayores ganancias, queriendo despedir a más de 2 mil trabajadores, bajar los salarios y suprimirles otras prestaciones.
Esta situación la aprovechan las empresas filiales para crear un ambiente de incertidumbre entre los obreros para despedirlos y bajar los salarios, como son los casos en empresas proveedoras de autopartes de Tlaxcala, Cd. Sahún, entre otras; así mismo los empresarios de Canacintra aprovechan la situación de VW para exigir al gobierno eliminar impuestos, se apruebe la nueva Ley Laboral; ya no se diga de las organizaciones corporativistas que la situación la aprovechan para ganar “prestigio”, irse postulando para la reelección en sus gremios, para buscar “alianzas” que los beneficie personalmente, aduciendo algunos que acepten las propuestas de la empresa de reducción global en salarios y prestaciones, reducir la jornada de trabajo, reducción de aguinaldo, eliminar el reparto de utilidades, prima vacacional y el despido de más de 2 mil obreros; en este tenor también les aconseja la Canacintra, que “no deben ponerse en huelga porque se ahuyentarían las inversiones y los perdedores serían los obreros”.

Los empresarios han tratado (y lo han logrado en parte) distraer la atención del pueblo de los problemas con los obreros, con “ceremonias, algarabía y nostalgia” por los 70 años de explotación de obreros de todo el mundo; utilizando esto también como publicidad para obtener mayores ventas del “famoso vochito”.

El verdadero significado es económico, ya que dicho vehículo ante la política económica mundial del neoliberalismo ha sido desplazado por nuevos modelos, por la lucha voraz entre las empresas automotrices de los países imperialistas; otro significado social importante es el proporcionado por los medios publicitarios, mercantilistas y gubernamentales al querer hacer creer que al comprar un “vocho”, adquieren un status “más aceptable”, una posición social “mejor” de los que los rodean; y hay algunos magnates que se atreven a llamarlo el “auto del pueblo” con “arraigo nacional”.

En 1973 la empresa alemana inicia con la explotación de 2800 obreros y hoy a 30 años de establecida, desangra a 14 mil trabajadores. ¿A qué se deberá que la empresa va ha invertir 2 mil millones de dólares?, se dejarán de ensamblar “vochos” pero seguirán ensamblando modelos mas costosos y modernos para importar a E.U. y Europa; contratarán nuevo personal con salarios por debajo de los vigentes. Esa es la argucia de la empresa.

El obrero sabe perfectamente el costo real de los cerca de 2 millones de “vochos” que ha ensamblado, conocen las ganancias que el empresario se ha llevado a Alemania. No existe ningún sentido social por parte de los empresarios, su ambición es obtener mayores ganancias sin importarle ni un ápice los trabajadores.

En las reuniones sindicales con los empresarios, líderes de otras organizaciones y autoridades gubernamentales deben participar toda una comisión y dirección del sindicato, no permitir las reuniones privadas, con el objetivo de evitar la traición; los representantes obreros deben luchar por los intereses gremiales a corto, mediano y largo plazo, tener claro que los representantes gubernamentales, los líderes de las organizaciones corporativas y el empresario son lo mismo, representan los intereses de la clase burguesa, tratarán primero a través de argucias convencer a los representantes de los obreros, si no les da resultado estos, tratarán de corromperlos y por último, si es consecuente el trabajador con su clase, lo despedirán, encarcelarán, desaparecerán o lo asesinarán usando guardias blancas, bandas paramilitares, obreros desclazados o pistoleros a sueldo, con el fin de intimidar, controlar a toda la clase obrera.

Los obreros no deben aceptar los despidos, ni imposiciones esquemáticas, ni reducción de jornada de trabajo, ni reducción de salarios, ni ninguna imposición empresarial en contra de los intereses del trabajador; no rendirse, tomar en cuenta los errores y aciertos que vivieron en 1987 y 1992. mantenerse en la defensa de sus compañeros, que no se les despida de su fuente de trabajo y vida de sus hijos. La mejor defensa del obrero o recurso legal para luchar contra los patrones rapaces ha sido históricamente y sigue siendo la HUELGA. Esta para que de resultado es necesario su planeación, la participación consciente de los obreros.

Buscar la relación y solidaridad incondicional con los diferentes sectores en lucha, es una necesidad como médicos y enfermeras, obreros, campesinos e indígenas, amas de casa, estudiantes, profesionistas e intelectuales progresistas; conocerse en las tareas y comisiones que realicen conjuntamente, hasta llegar a la UNIDAD y formar un frente de masas que defienda y luche por los intereses.

 
       

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