Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el Territorio
En asamblea realizada en Tezontepec, Hidalgo, en diciembre de año pasado, se aprobó la convocatoria ampliamente consensada para realizar la Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el Territorio, con la participación, originalmente, de 179 organizaciones, pueblos, comunidades y barrios de distintas regiones del país involucrados en la lucha contra el despojo y la depredación neoliberal en curso. Los integrantes de la campaña se definen como habitantes de tierras y guardianes de territorios porque desde tiempos inmemoriales la Madre Naturaleza ha dado vida a todos y todas. No sólo provienen del campo y comunidades indígenas, sino también de la ciudad y luchan por dejar a sus descendientes la casa común que heredaron de sus abuelos y abuelas. Por ello buscan recuperar la paz, observan con preocupación y sufren lo que describen como nuevo despojo masivo del territorio, en el que está en disputa no sólo la tierra y el agua, sino la existencia misma de la naturaleza y la Madre Tierra. Por eso, reiteran que su movimiento es ahora también por la vida.
Sostienen que el gobierno quiere engañar al pueblo señalándolos como atrasados y contrarios al desarrollo, cuando, en realidad, ellos sí piensan en el futuroy en la humanidad. La diferencia radica en que para el gobierno la Madre Naturaleza y los bienes comunes naturales son meros recursos y mercancías. Se preguntan: ¿A provecho de quién es la explotación de la Madre Naturaleza? Y claro, la respuesta es que no es para beneficio del pueblo, sino sobre todo del empresario y del gobierno corrupto que nos divide a través de sus partidos políticos y programas sociales, quitándonos autonomía para depender de sus limosnas.
Afirman que las reformas estructurales modificaron la estructura del Estado para despojar del territorio y prosperidad a la gente pobre y dárselo todo a los ricos. Destacan que se pretende acabar con las conquistas logradas por los abuelos en la Revolución Mexicana, la reforma agraria que restituye el territorio del pueblo al pueblo ha sido traicionada; hoy nuevamente están legalizando el despojo de las tierras, montes, aguas y cerros. Han roto el contrato social plasmado en la Constitución, que incluía los derechos de los pueblos indígenas, campesinos, obreros y de la gente pobre de este país.
Ante esta situación: ¿qué hacer? Pasar a la ofensiva. No basta con indignarse, hay que organizarse de manera independiente, recuperar los valores comunitarios, reapropiándose de lo que se les intenta despojar, comprender la catástrofe en la que estamos inmersos, el deterioro de las condiciones de vida, el significado de muerte y destrucción que conllevan los proyectos neoliberales, el papel de las fuerzas castrenses para imponer este despojo. Hay que alzar la voz colectiva. Llevar lejos las experiencias. Denunciar la generalizada situación nacional de despojo del territorio. Hacer conciencia desde los hogares y las familias. Dejar de ser hombres y mujeres machistas e individualistas reconociendo el valor de la mujer. Defender la cultura de los pueblos, el control para producir alimentos, reconstruir sistemas normativos y de gobierno, las instituciones comunitarias, la autonomía y al autogobierno; crear leyes propias, porque cuando la ley es injusta, lo justo es desobedecerla. Convocan a unirse, porque todas las luchas llevan a un objetivo común: la defensa de la vida y la Madre Tierra.
La Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el Territorio, que se inició el 10 de abril pasado y culminará el 20 de noviembre de este año, se propone difundir tres mensajes centrales: a) explicar cómo la Madre Tierra está siendo destruida, entrelazando luchas e historias; b) denunciar cómo éste proceso de despojo y destrucción, que se considera desarrollo y progreso, da ganancias a los señores del dinero; c) hacer visible otras alternativas de vida y de gobierno para demostrar lo que es un verdadero desarrollo, y que sí es posible otra forma de vivir en sociedad respetando la Madre Tierra y a nuestro hermanos, sembrando futuro, no muerte.
Se convoca a sumarse a esta campaña “a todos los pueblos, comunidades, barrios y colonias que sufran del despojo; a todas y todos quienes sufren de la destrucción de la Madre Tierra provocada por los proyectos depredadores mineros, petroleros, forestales o que hacen del agua una mercancía; …a todas y todos aquellos que luchan contra los agrotóxicos, los monocultivos y tratan de preservar nuestras semillas; a todas aquellas comunidades que son avasalladas por megaproyectos energéticos (hidroeléctricas, eólicas, termoeléctricas, gasoductos, fracking), de infraestructura (autopistas, aeropuertos, trenes) y de minería; a todas las comunidades que están siendo afectadas por la contaminación de la industria y otros proyectos de muerte; a todos los barrios y colonias que en las ciudades resisten la imposición de grandes avenidas, megacentros comerciales, transporte masivo, desarrollos urbanos y basureros; …a todas y todos quienes luchan contra el intento de volver mercancía las playas, los manglares, los lagos, los bosques y las áreas naturales protegidas”.
Se invita: a) a enlazarse con el comité de pueblos y organizaciones para sumarse y ser parte de esta iniciativa; b) a realizar entre mayo y septiembre actividades comunitarias y barriales, coordinados con el comité, el cual tratará de apoyarlas con académicos (que se han sumado) y voceros de otras organizaciones; c) participar en acciones estatales o regionales desde las coordinaciones establecidas; d) difundir los materiales de la campaña en comunidades y barrios. Todo ello se puede hacer a través de la su web, www.defensamadretierra.mx.
Igualmente, a la sociedad organizada y no organizada se le invita a registrarse en la campaña nacional, realizando actividades en escuelas, centros de trabajo, colonias y barrios, difundiendo los considerandos, objetivos y materiales de la campaña, preparándose para una movilización nacional en defensa de la vida, el territorio y la Madre Tierra para el próximo 20 de noviembre. ¡Porque todos y todas somos tierra, vivimos en ella, la amamos y dependemos de ella, porque las afectaciones son para todas y todos, la lucha es de todas y todos!
La Jornada