Amplia participación en la tercera huelga general contra el régimen de Tsipras
El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, afronta este jueves su tercera huelga general, la primera de 2016, con el país en pie de guerra. Marinos mercantes, pensionistas, profesionales liberales, empleados públicos, transportistas y sobre todo agricultores han multiplicado sus movilizaciones contra la reforma de la seguridad social, necesaria según el Gobierno para garantizar un sistema de pensiones “inviable” en su estado actual, pero altamente impopular.
El paro coincide con el ultimátum de los países europeos ricos, que exigen rebajar este año las pensiones el 1% del PIB (1.800 millones de euros). Se han recortado 11 veces desde 2010, con una pérdida del 40% de su cuantía-, sobre todo las llamadas principales.
Más de 50.000 personas marcharon hacia el parlamento en el centro de Atenas. Las Manifestaciones sew reprodujeron en todas las grandes ciudades del país.
Los antidisturbios fueron desplegados durante una manifestación en la plaza Syntagma, Atenas, para intentar desvirtuarla con rondas de gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento. Los manifestantes respondieron lanzando piedras y bombas incendiarias a los represores.
La movilización contra la subida de las cotizaciones a la seguridad social y la de los agricultores, que desde hace semanas han sacado miles de tractores en todo el país y bloqueado cientos de carreteras y puntos neurálgicos, incluidos pasos fronterizos con Bulgaria y Turquía, es la avanzadilla de una huelga general que está paralizando Grecia.
Tanto la Confederación General de Trabajadores (GSEE) como la Confederación de Empleados Públicos (Adedy), mayoritarias en el sector privado y estatal respectivamente, llamaron a todos los trabajadores a participar en la protesta y a unirse a las manifestaciones que se desarrollan en todo el país, resalta Prensa Latina. El Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME), de orientación comunista, se sumó al paro y convocó concentraciones y marchas en 76 ciudades.
Sectores que en convocatorias anteriores no secundaron el paro, como el pequeño comercio, los taxistas o los farmacéuticos, se han hecho eco del llamamiento; también pararon los hospitales, con servicios mínimos, o el transporte interurbano; solo habrá metro y autobuses en Atenas con severas limitaciones horarias. Igualmente se sumaron a la huelga otros colectivos como el de empleados de gasolineras, conductores de camiones, abogados, ingenieros y notarios.
Pero además, tanto la Confederación Helénica de Profesionales, Artesanos y Comerciantes (Gsevee) como la Confederación Nacional de Comercio y Empresas (ESEE) también decidieron apoyar la movilización, por lo que las calles del país muestran hoy una estampa inusual con gran parte de las tiendas cerradas.
Por tercera vez en poco más de un mes, la Federación de Marinos ha decidido mantener los barcos amarrados a puerto durante 48 horas, lo que puede causar de nuevo un tapón en las islas. Las líneas de ferris que traslada diariamente a los turistas desde y hasta Atenas tampoco funcionarán.
Un día antes, como es habitual, han parado este miércoles los periodistas, incluidos los que trabajan en los gabinetes de prensa de ministerios y organismos oficiales, provocando un apagón informativo. Los informadores quieren evitar que su fondo de pensiones, hasta ahora independiente, se integre en la caja común proyectada por el Gobierno, que podría usar ese dinero para pagar deuda injusta con los bancos.
El régimen plantea subidas de las cotizaciones y recortes de las pensiones suplementarias, que pese a tener ese nombre, forman el pilar fundamental de los ingresos de los jubilados, que a su vez son el sustento de más de la mitad de las familias griegas
La sección laboral de Syriza, el partido de Tsipras, se desmarcó del Gobierno y aplaudió una convocatoria que persigue “proteger el carácter público, redistributivo y universal del sistema de pensiones”, instando al régimen a no ceder a las presiones de los acreedores.