Araceli Pérez Darias
(30 de noviembre 1945, tenerife, España - 16 de abril 1979, León, Nicaragua. )
El 7 de julio de 1979, integrantes del Frente Occidental del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) entraron triunfantes a la ciudad de Managua, Nicaragua. Iban montados en una tanqueta bautizada con el nombre de "Araceli", la primera que los sandinistas quitaron a la guardia del dictador Somoza.
Inmortalizada por sus compañeros de lucha en este símbolo de la liberación, Araceli Perez Darias fue un ejemplo de entrega y firmeza internacionalista. Esta mexicana, nacida en España, reposa orgullosamente entre los héroes y heroínas de la Revolución Sandinista por la cual dio su vida.
Hija de un matrimonio español emigrado a México, de arraigada educación católica y cuyo padre había servido, orgulloso, a Franco durante la Guerra Civil Española, Araceli era una acomodada psicóloga de 30 años cuando decidió incorporarse a la guerrilla nicaragüense.
La tanqueta Araceli en la entrada triunfal de los sandinistas a Managua, en 1979.
En la ciudad de México, formó parte de los círculos de estudio de “Espartaquismo Integral” para, más tarde, participar en el Comité Mexicano de Solidaridad con Nicaragua (1975). Ofreció su departamento como casa de seguridad y ahí se hospedaron importantes cuadros del FSLN como Germán Pomares, uno de sus fundadores, y Fernando Cardenal, sacerdote jesuita. En julio de 1976, empieza su militancia formal en el frente.
Con el seudónimo de Argentina, a mediados de 1977 se traslada a Honduras, donde recibe preparación militar, se encarga de coordinar los colaboradores del frente, maneja casas de seguridad, es correo con Costa Rica y Panamá y se responsabiliza de la educación política de sus compañeros. Entró a Nicaragua para incorporarse a "la ofensiva de octubre 77" y participó en las acciones militares de San Carlos, Masaya, Managua, León, la emboscada de San Fabián y la toma del poblado de Dipilto.
Regresó por un corto periodo a México para despedirse de los suyos y regresa, a principios de 1978, a Nicaragua, donde, adoptando el nombre de guerra de Pilar, el Frente Occidental y la Dirección Nacional le encargan del trabajo clandestino en la ciudad de León y Chinandega, con miras a la insurrección final. En 1979 entró a formar parte del Estado mayor del Frente Occidental, responsable de organizar la insurrección final en la zona occidental de Nicaragua.
Fotografía del funeral de Araceli y sus compañeros en la ciudad de León, en abril de 1979.
El 16 de abril de 1979, los miembros del Comando Regional Occidental integrado por Oscar Pérez Cassar, Idania Fernández, Araceli Pérez Darias, Ana Isabel Morales, Edgard Lang Sacasa, Roger Deshon Arguello y Carlos Manuel Jarquín estaban en sesión en una casa de seguridad en los suburbios de León, cuando, acompañados por un informante, 80 militartes de la Guardia Nacional rodearon la cuadra e irrumpieron en la casa. Los hombres, identificados por el traidor, fueron ejecutados en el acto, Idania y Araceli fueron arrestadas y llevadas a la Fortin de Acosasco donde fueron torturadas y asesinadas. Ana Isabel quien se hizo pasar por empleada doméstica, fue la única sobreviviente. El silencio de las 2 combatientes permitió que no se desmantelara la insurrección en la zona occidental de Nicaragua.
Dos meses después de sus muertes, León fue el primer territorio liberado por las fuerzas sandinistas.
En una carta a su hermano Araceli afirmó: “¿Qué es lo que se arriesga en la lucha?: morir. Pero si no estás te quedas con una vida insatisfecha ¿Qué es lo que se puede ganar?: todo. Recuperar el mundo y en el último de los casos saberse dueño de uno mismo, el haber decidido la vida de uno mismo y dejar de sentirla como algo extraño, como algo que nos angustia, que nos es ajeno, que no sabemos qué hacer con ella.”
Toma del comando somocista en León con la tanqueta Araceli, 1979.
La historia de América Latina esta llena de Aracelis, algunas famosas, otras a penas recordadas o sin registros algunos. Aun sin conocerlas, el ejemplo y el amor de las internacionalistas es un aliento que a todas nos inspira para seguir el el camino que hemos elegido. Somos las hijas de Araceli, estamos siguiendo el camino de la revolución que antes de ella, otras habían abierto y que, después de nosotras, otras continuaran.
(La tanqueta Araceli, regalo del dictador cubano Fulgencio Batista a Somoza, es hoy un monumento a la memoria que podemos ver en las instalaciones del Estado Mayor del Ejército Nicaraguense)
* Natalie Mistral es Guerrillera internacionalista de las FARC-EP