Crisis, incertidumbre y nueva referencia política
1. Cómo enfrentar la crisis económica.
Según el Bank of América (BOA), cuyo representante para la zona andina de América Latina, Francisco Rodríguez, es un asiduo visitante a las bóvedas del Banco Central de Venezuela, habría acuerdo en el alto gobierno sobre algunas medidas económicas a adoptar, entre ellas, el aumento de la gasolina a su precio de costo de producción, además de la unificación del sistema cambiario, aunque para la fecha de su último informe todavía no hay una decisión concreta a cuánto ascendería la devaluación del bolívar. Es decir a qué nivel llevar la relación bolívar-dólar en un tipo de cambio unificado o dual.
El informe también ratifica, según el BOA, la intención del gobierno de continuar cumpliendo con los pagos de la deuda externa. Aunque eso obligue a una nueva disminución de las importaciones. De producirse esto último, agregamos nosotros, haría más agudo todavía el desabastecimiento.
Finalmente el informe señala que aunque estas medidas irían en el “camino correcto”, no asegura que resolverán la crisis y vuelve a la carga con la necesidad de liberar todos los precios internos entre otras medidas.
Por otra parte en el sitio web Prodavinci, financiado por Empresas Polar, el economista senior de Ecoanálitica, José Luis Saboin, una de las consultoras preferidas de la MUD, insiste en el mismo sentido, cuando dice: “creo que las ideas esbozadas son bastante acertadas (entre ellas aumento de la gasolina y unificación el tipo de cambio, entre otras)”. Para agregar luego tres propuestas que recomienda: a) eliminar los controles (de precios y de cambio) y devolver/subastar empresas nacionalizadas. b) Acudir a los mercados de crédito internacionales, (explícitamente el FMI). c) Eliminar subsidios de gasolina y electricidad y acudir al Banco Mundial para hacer “eficientes” los programas sociales.[i]
Mientras tanto en un artículo aparecido en el periódico Últimas Noticias, el economista norteamericano, antiguo amigo del Gobierno Bolivariano, Mark Weisbrot (en línea con el ministro Jesús Faría), en un orden inverso y con otras fuentes de financiamiento, señala los mismos puntos para, “recomponer la economía venezolana”. Propone: a) asignación de bonos de forma masiva para compra de alimentos y medicinas para el pueblo más necesitado protegiéndolo del ajuste y da el ejemplo de los pobres en EEUU (hacer eficientes los programas sociales con asesoría del BM diría Saboin). b) Unificar el tipo de cambio (igual que Saboin) solo que para él, el financiamiento se lograría sin ir al FMI, con la liquidación de los activos venezolanos en el exterior cifra que sumadas a las reservas representarían 60.000 millones de dólares. c) Eliminar controles de precios, principalmente la gasolina. Y un cuarto punto que habla de incentivar la producción.[ii]
Como se puede ver, asesores de ambos espectros políticos, la MUD y el Gobierno, han llegado a un menú de ajuste antipopular, común, y están en sintonía con uno de los principales Bancos que maneja la deuda externa venezolana. Y aunque con matices en el discurso y en la forma de financiar el ajuste, los dos afirman que nuestra gente sufrirá y que hay que aliviar el acceso a los alimentos y medicinas para tratar de evitar un estallido social. Los dos hablan de eliminar los controles de precios internos una vez expuesto el aumento de la gasolina y los dos afirman que el financiamiento para la unificación cambiaria se debe realizar con pérdida de soberanía económica, en un caso recurriendo al FMI y al BM, que evidentemente comprometen los activos del país, y en otro liquidando directamente los activos del país para cumplir con los pagos de deuda ya que no se plantea lo contrario.
Estas son las medidas, que según asesores de ambos bandos, se espera anuncie próximamente el presidente Maduro. De ser así, como venimos alertando, se producirá una nueva transferencia descomunal de renta a los sectores del privilegio contra el pueblo que vive de su trabajo. Que, lamentablemente, al contrario de “recomponer la economía”, le aplicará un acelerador a la crisis abriendo paso a un ajuste cada vez mayor, hasta lograr el objetivo del gran capital, el control total y absoluto de la renta petrolera y su distribución.
Por eso, desde Marea Socialista, insistimos en que hay otra solución para detener esta crisis: a) Desmontar el desfalco a la Nación mediante una auditoria pública y ciudadana que permita identificar a los responsables, castigarlos ejemplarmente y recuperar (aunque pueda ser parcial y progresivamente) los dólares robados (CRBV artículo 116). b) suspender los pagos de la deuda soberana hasta estabilizar la economía. c) Poner como primera prioridad del uso de los dólares de la Renta petrolera, apoyados en un presupuesto nacional en dólares, el abastecimiento esencial y el ingreso del pueblo que vive de su trabajo. d) Una verdadera reforma tributaria que peche a los que más tienen, los bancos y los grandes capitales y alivie al pueblo que vive de su trabajo de impuestos regresivos como el IVA. En este marco es posible mitigar el impacto que tendrá el aumento de la gasolina y empezar a diseñar un plan productivo real que empiece por la producción agrícola.
2. Incertidumbre política: ¿Saldrá anticipadamente Maduro?
Como hemos demostrado más arriba habría un acuerdo básico entre la MUD y el Gobierno/PSUV, en las medidas, para nosotros equivocadas, para enfrentar la crisis económica. Sin embargo en los últimos quince días se ha instalado la matriz de opinión de que la única forma de resolver la crisis es la salida de Maduro, ya que éste no actúa. La presión en este sentido ha ido creciendo. Y esta presión pudo ocupar el centro del escenario político porque el debate no sólo lo presenta la MUD, sino que es un secreto a voces que desde la propia cúpula del chavismo se evalúa esa posibilidad.
Este debate, del que el pueblo que vive de su trabajo es un espectador sin derecho a opinar, ocupado como está en hacer colas por horas y rendir el salario que se deshace como agua y sal, adopta distintas formas. Desde la presión abierta a una negociación política (pacto), como pide en sus últimos artículos José Vicente Rangel[iii], hasta el chantaje descarado del profesor Heinz Dietrich en su escrito titulado Venezuela: los militares entre la espada y la pared[iv], donde en síntesis dice que los militares tendrán que desplazar al gobierno, aunque no quieran hacerlo y luego fracasen.
Ya sea como sugerencia o chantaje, la presión por la salida de Maduro obedece en primer lugar a intereses de cúpulas. Y también al temor de que, de prolongarse la situación, o que al aplicar las medidas en apariencia ya acordadas, se dé un auge en la confrontación popular por la pésima situación en la que se encuentra el pueblo que vive de su trabajo. Pueblo que como poder constituyente debería tener la palabra.
La incertidumbre política, la posibilidad de un intento de interrupción constitucional por parte de sectores de la fuerza armada, de consecuencias impredecibles, las amenazas de la Asamblea Nacional de acortar el mandato presidencial, de convocar el referéndum, o la presión hacia una renuncia, e incluso el señalamiento desde Miraflores, en boca del Constitucionalista Herman Escarrá, de eliminar la Asamblea Nacional deben entenderse en este marco de disputa en las alturas. Y, sobre todo, del terror que sienten las cúpulas frente a una respuesta popular que se torne para ellos inmanejable una vez que comiencen a aplicar las medidas.
3. Organizar el descontento y construir una nueva referencia política.
Para los más humildes y para los sectores medios y asalariados, este año amenaza con ser mucho más difícil de lo que fue el 2015. El desabastecimiento siguió aumentando y algunos indicadores señalan que la inflación de enero rondó el 30%. El racionamiento eléctrico y de agua potable, por el efecto climático, se suman a una situación de por sí insostenible. Sin agregarle el crecimiento en espiral del flagelo de la violencia delictiva y la ausencia de Estado. La vida cotidiana se vuelve un calvario que alimenta el descontento y el mal humor popular.
Según estudios privados e informes que recibimos de nuestros camaradas, diariamente se producen disturbios en las colas y en la llegada de los camiones de abastecimiento. El mal trato en los locales de expendio de productos regulados y no regulados está llegando al borde de la paciencia, y la irrupción y generalización de esa nueva forma de salida individualista que representan los bachaqueros, agregan una cuota extraordinaria de tensión a punto de desbordarse.
Es necesario orientar ese descontento contra los corruptos y especuladores que provocan esta situación y reclamarle a las cúpulas políticas que se ocupen de facilitar soluciones urgentes a los problemas inmediatos de abastecimiento y carestía. Organizar ese descontento es una primera tarea.
Pero la más importante de las tareas es la construcción de una nueva referencia política. El debate en el chavismo está abierto. El 6D puso negro sobre blanco un nuevo fenómeno político en la base del proceso: una parte fundamental de los votantes del proceso se abstuvieron o votaron nulo, siendo una ínfima minoría la que votó por la opción de la MUD.
Ese fenómeno es la expresión del rechazo a las cúpulas del PSUV y a los partidos del GPP. Pero no adhirió a la derecha. Hoy miles de cuadros del chavismo están desorientados porque los debates sobre estos temas se hacen en su mayoría a puertas cerradas. Las instancias creadas, como el Congreso de la Patria, nacen secuestradas por la cúpula y no despiertan ningún entusiasmo ni aportan soluciones verdaderas. La dirigencia fracasada del partido y el gobierno se encierran y de esta manera se alejan todavía más de lo que fue su base social, en la búsqueda de preservar sus privilegios
La construcción de un nuevo actor surgido del chavismo crítico, de ese chavismo que alertó de la derrota, del que sigue proponiendo soluciones en sintonía con las claves del Proceso, de los que fuimos y somos perseguidos por las cúpulas, es la tarea principal del momento. Las mujeres y hombres que emprendieron el camino hacia la conquista de la justicia social están allí y saben lo que ya no toleran de las cúpulas, pero sobre todo saben lo que quieren. Ayudemos a darle nueva forma, organización y contenido a ese sueño.
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Notas
[i] Tres recomendaciones para surfear el colapso cambiario; por José Luis Saboin García. http://prodavinci.com/2016/02/09/actualidad/tres-recomendaciones-para-surfear-el-colapso-cambiario-por-jose-luis-saboin-garcia/
[ii] Recomponer la economía venezolana. Mark Weisbrot. http://lahaine.org/eW9U
[iii] Dialogamos o nos matamos. http://www.aporrea.org/actualidad/a221757.html
[iv] Heinz Dietrich, Venezuela: los militares entre la espada y la pared. http://www.aporrea.org/actualidad/a222502.html