El retorno de Bibi
La elección israelí de ayer demostró que Benjamin Netanyahu se ha recuperado milagrosamente de una supuesta “caída”. Netanyahu resistió la intensa campaña en su contra, tanto en Israel como internacionalmente, y ganó a pesar de la minúscula pero ruidosa izquierda judía internacional que nos prometió que Bibi estaba a punto de ser aniquilado políticamente. Este hombre excepcionalmente peligroso anotó ayer una victoria política. Israel es una verdadera democracia judía. Tiene muchos problemas pero representa genuinamente el espíritu y las aspiraciones de los israelíes.
En el Knesset israelí en el 2015, no hay un solo partido judío que se preocupe por los palestinos y su situación. No hay un solo miembro judío que ofrezca cualquier plan para la paz y la reconciliación.
Meretz, el único llamado partido de “izquierda” que solía ofrecer una visión de paz, se ha reducido a un papel microscópico y está principalmente comprometido con temas de la comunidad lesbiana, homosexual, bisexual y transexual (LGBT por sus siglas en Ingles)
En la democracia judía, el Partido de la Unidad Árabe es el tercer partido más grande en el Knesset. Esto es de hecho muy buena noticia. Los llamados “anti” sionistas deben encontrar esto algo vergonzoso. Mientras que en el Estado Sionista racista, los árabes se han convertido en la tercera fuerza política en el Parlamento, las organizaciones judías “progresistas” pro-palestinas como JVP, JFJFP o IJAN, Goyim, sin mencionar las árabes, se mantienen fuera de los círculos de toma de decisiones.
Aparentemente, la Israel racista es ligeramente más avanzada que sus únicos opositores judíos “progresistas”.
Nos dijeron en las últimas semanas que el discurso de Netanyahu al Congreso fue el último clavo en su ataúd. Hemos leído informes que sugieren que los israelíes reaccionaron negativamente a su iniciativa de incitación a la guerra. Como siempre, fuimos engañados. Los israelíes, como lo demuestran los resultados de las elecciones, aman a Netanyahu y aprobaron su misión ante el Congreso de EEUU. A los israelíes les encanta ver a su Primer Ministro hacer una reverencia y ser apoyado por la élite política estadounidense mientras que los persuade a enviar a sus hijos a morir por Zion.
Quienes se oponen a Israel, a su cabildeo y a su Poder Judío deben estar felices por la victoria política de Bibi de ayer. Admito ciertamente que estoy encantado. Nos ahorra un montón de tiempo de los giros delirante de los defensores de Israel, de los comerciantes de Hasbará y de la izquierda judía. La semana pasada conocimos que la inmensa mayoría de los judíos británicos apoyan a Bibi y su Partido Likud. Aparentemente el Estado Judío no es diferente. Israel es Bibi y Bibi es Israel.
Traducción para Resumen Latinoamericano: Alicia Jrapko