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Venezuela :: 14/06/2015

Tensar la democracia liberal, construir un Gobierno del pueblo

Fernando Vicente Prieto
Cada Consejo Presidencial tiene su dinámica particular, pero todos se caracterizan por un nivel importante de participación

Lo que se intenta sintetizar a través de la elección de voceras y voceros que se eligen en Asambleas de los diferentes espacios de Poder Popular.

“Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños.
De examinar con atención la vida real,
de confrontar nuestra observación con nuestros sueños,
y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía”.

Vladimir Illich Ulianov

Desde el segundo semestre de 2014 se viene desarrollando en Venezuela una experiencia de construcción de un Gobierno Popular, entendido como una instancia de participación y síntesis de los sectores populares organizados, para la definición de políticas estratégicas. Este proceso, aún embrionario, tiene por mérito que se propone transformar el sentido común respecto al ejercicio de la democracia, pero no como especulación teórica, pura y lineal, sino desde una práctica concreta.

De la Constituyente a la Comuna

La Asamblea Constituyente impulsada por Hugo Chávez en 1999 introdujo la democracia participativa y protagónica como base de la ley fundamental de la República. Aprobada en un Referéndum el 15 de diciembre de 1999, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se propone como un marco para la superación del concepto liberal burgués de la democracia. A diferencia de la mayoría de las Constituciones del mundo, en Venezuela es legal que el pueblo delibere y gobierne

La sanción de las llamadas “Leyes del Poder Popular”, en 2010, promovió la articulación de Consejos Comunales y movimientos sociales en Comunas; y éstas en nuevos sistemas de agregación, como las llamadas Ciudades Comunales, término que remite tanto a las zonas urbanas como rurales.

Luego del Golpe de Timón de octubre de 2012, cuando el Comandante Hugo Chávez convocó enfáticamente a construir el Estado Comunal, y de la asunción de Nicolás Maduro como presidente, en abril de 2013 comienza un proceso de aceleración del Poder Popular: en dos años se han registrado más de 1100 Comunas, la mayoría de las cuales ya tienen en funcionamiento sus órganos de autogobierno.

Los Consejos Presidenciales de Gobierno Popular

En este recorrido, y en el marco de uno de los más violentos ataques contra la Constitución protagonizado por la derecha —las guarimbas—, el 17 de mayo de 2014 la Revolución Bolivariana da un paso que puede convertirse en fundamental.

En un Poliedro de Caracas colmado, Nicolás Maduro es recibido por el entonces ministro de Comunas y Movimientos Sociales, Reinaldo Iturriza, y por miles de comuneros y comuneras, quienes plantean una serie de puntos programáticos que engloban una misma demanda: acelerar la transferencia de poder al pueblo.

Maduro redobla la apuesta y convoca a poner en pie un Consejo Presidencial de Gobierno Popular para las Comunas, con el objetivo de establecer una interlocución directa y mecanismos de cogobierno. El auditorio, eufórico, estalla en aplausos y consignas. Los rostros de mujeres y hombres se ven felices al salir del estadio ubicado en La Rinconada, la última estación del Metro de Caracas, el comienzo del Sistema Ferroviario Ezequiel Zamora, rumbo a los Valles del Tuy. Ese día se sella un pacto de sangre con el movimiento comunero emergente.

El 2 de septiembre, en el llamado Sacudón, el Presidente va más allá de las Comunas, convocando a todo el movimiento popular a impulsar sus Consejos Presidenciales: de Mujeres, de Campesinos y Pescadores, de la Clase Obrera, de la Juventud y los Estudiantes, de la Cultura, de los Pueblos Originarios, entre otros que se encuentran en desarrollo.

Cada Consejo Presidencial tiene su dinámica particular, pero todos se caracterizan por un nivel importante de diversidad, que se intenta sintetizar a través de la elección de voceras y voceros que se eligen en Asambleas de los diferentes espacios de Poder Popular.

La convocatoria está dirigida a todos los sectores populares organizados: Comunas, Consejos Comunales, pueblos originarios, consejos de campesinos y pescadores, agrupamientos sindicales, movimientos de mujeres y por los derechos de la sexo-género diversidad, agrupaciones estudiantiles y de jóvenes, colectivos culturales, medios de comunicación, asociaciones de personas con discapacidad y todo tipo de movimientos sociales.

Voces del movimiento popular

María León es una de las referentes históricas del movimiento revolucionario en Venezuela. No sólo para las mujeres, aunque especialmente representa la continuidad de la lucha feminista desde hace décadas. Guerrillera, maestra, ministra y diputada, es una de las voceras y referentes del Consejo Presidencial de la Mujeres. “El sueño nuestro es poder gobernar”, cuenta con voz firme y una sonrisa inalterable.

“Los sectores populares desplazamos a la oligarquía, desplazamos a los partidos que la representan, y hoy el Gobierno lo ejercemos hombres y mujeres de las clases populares”. En este recorrido, afirma: “La Ley de los Consejos Comunales fue algo grandioso, tan grande que el Presidente Hugo Chávez la promulgó en Carabobo: allí mismo donde se selló la Independencia de Venezuela, allí selló la independencia popular. Porque como dice nuestra Constitución: ‘La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente o a través de los órganos según la Ley’ ”.

La documentalista Lilian Blaser, una de las voceras del Consejo Presidencial de la Cultura, sostiene que se trata de “una de las mejores ideas” que se ha impulsado en el Gobierno de Nicolás Maduro.

“Desde que Chávez llegó al Gobierno, empezó a tratar de ver de qué manera podía haber Poder Popular, y surgieron los Consejos Locales de Planificación y otros espacios —relata—. Una cantidad de cosas que muchos de ellos degeneraron, otros murieron. Y es muy difícil porque suele haber una tensión entre el poder establecido y el poder constituyente que nos va a acompañar toda la vida, hasta que la sociedad sea perfecta, que no creo que la veamos ni tú ni yo, y a lo mejor no lo ve nadie, porque todo es un proceso, ¿no? Pero existiendo estos Consejos, esa tensión puede ir construyendo un terreno de lucha para que el pueblo se vaya empoderando”.

“Para nosotros, el Consejo Presidencial, más que una expectativa, es ya la concreción de una política diseñada por el Comandante Chávez que nos brinda una oportunidad plena de que el pueblo pueda asumir políticamente tareas muy necesarias y tareas muy estratégicas dentro de la Revolución”, señala Ángel Prado, joven vocero de la Comuna El Maizal.

“Es empezar a asumir una responsabilidad de materializar lo que el Comandante Chávez quería: que el pueblo, desde abajo hacia arriba, fuera construyendo un sistema de Gobierno alternativo, totalmente diferente al sistema que siempre hemos tenido”.

“La concepción de la democracia representativa es una mascarada de democracia, es una falsa democracia, de los partidos que se alternan en el Gobierno, pero que representan lo mismo —enfatiza María León—. El modelo de democracia norteamericana, por ejemplo: hay una democracia para las grandes transnacionales; para las compañías, hacen lo que les da la gana”.

También reconoce que se trata de una aspiración, más que una realidad generalizada: “Nuestra democracia, que busca ser participativa y protagónica, es difícil de digerir, porque la gente está acostumbrada a la jerarquización”.

Los obstáculos no son pocos, ni exclusivamente externos. Este sentido común liberal burgués no está presente sólo —ni tal vez principalmente— en la llamada sociedad civil.
“Creo que hay que ir carcomiendo el Estado burgués e ir sustituyéndolo con otras prácticas —dice Lilian—, ir construyendo otra forma de relación que no sea la del funcionario-ciudadano, sino desde un plano de equidad. Pero, además, e insisto con el tema cultural, es todo un tema cultural, hay muchos funcionarios que le tienen miedo a la participación del pueblo. Yo espero que estos Consejos Presidenciales sean la semilla, junto a la Comuna, de un Estado superdemocrático, de un Estado de iguales, en el cual el poder se vaya diluyendo y vaya transformándose en eso que decía Chávez: el poder como poder hacer, no como poder mandar sobre otros”, sentencia.

María León también espera que esa democratización atraviese las relaciones de género: “Tenemos la oportunidad de promover el liderazgo, porque como tú verás, en los Consejos Comunales el 70% son mujeres, en el Partido la mayoría somos mujeres, tenemos una presencia en todos los niveles a partir de la llegada de la Revolución”.

En medio de las dificultades económicas, Ángel Prado plantea la necesidad de asumir el reto fundamental, en el camino de superar la dependencia y la cultura rentista. “Las Comunas estamos llamadas a ser más productivas. Es la única garantía que hay para dar algunos pasos hacia el socialismo, para crear el Estado Comunal”, afirma con convicción.

La Comuna donde milita, ubicada entre los estados Lara y Portuguesa, fue creada hace seis años, justo un 5 de marzo, y desde entonces se encuentra fortaleciendo la producción agropecuaria, en un proyecto en el que participan casi 1500 familias. En la campaña 2014 cosecharon más de 500 hectáreas de maíz, y ahora se proponen pasar a la fase de industrialización, comenzando con un proyecto de una planta procesadora de granos.

Lilian Blaser apunta también a la permanente búsqueda de democracia al interior de los Consejos Presidenciales, sin perder la eficacia política: “Lo importante es que estén todos conectados entre sí, que el Consejo no se convierta en otra cúpula que empieza a hablar en nombre de otros a los que ni conoce, ni sabe dónde están, ni sabe lo que piensan, ni sabe lo que quieren. Es decir que hay que hacer más reuniones con base, hay que hacer más reuniones ‘con arriba y con abajo’, aunque esas palabras no me gustan nada, para que haya un movimiento donde nosotros respondamos a las expectativas de quienes nos eligieron, pero que también el Gobierno pueda recibir nuestra interlocución”.

Las dos voceras y el vocero son conscientes del desafío histórico planteado y viven, desde su tarea cotidiana, las limitaciones y debilidades de “lo viejo que no termina de morir, y lo nuevo que no termina de nacer”. Esta situación, lejos de paralizarlos, los llena de entusiasmo. “Tenemos que lograr que el pueblo esté en el Gobierno —sintetiza Ángel— para garantizar que de verdad sea irreversible este proceso revolucionario”.

@FVicentePrieto. Fotos: Gustavo Lagarde.
www.laculturanuestra.com

 

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