Necesaria y urgente lucha contra el poder adulto
Asistimos a una nueva oleada de luchas y movilizaciones de la juventud. Pero también asistimos a un endurecimiento del poder adulto, y lo que es un mal presagio, vemos cómo la izquierda revolucionaria apenas dedica esfuerzo alguno a su crítica radical, a su terrible eficacia en el control, vigilancia y represión de las ansias de libertad de la juventud en general y muy especialmente de la trabajadora. Movidos por esta situación recientemente se han celebrado debates en varios lugares, como en la Universidad de Filosofía de Valencia y en la Universidad Pública de Nafarroa, ambos organizados por la juventud independentista y socialista, así como también se ha recuperado esta reflexión en otros colectivos de debate teórico y político de Euskal Herria. Hay que decir bien claro que si comparamos el esfuerzo teórico y político de la izquierda europea actual en relación a la explotación juvenil con el realizado por esta izquierda entre finales de la década de 1960-1970, si hacemos esta comparación, la actual queda ridiculizada en extremo, sobre todo considerando que la juventud trabajadora actual se enfrenta a un ataque capitalista más devastador que el de hace medio siglo. Y la izquierda actual sale todavía peor parada si la comparamos con la de finales del siglo XIX y comienzos del XX, sobre todo durante la explosión de creatividad crítica en lo relacionado con la llamada vida privada, familiar y matrimonial, con la emancipación sexual de la mujer y de la juventud, con la crítica inmisericorde de la familia autoritaria, con el desarrollo de una pedagogía revolucionaria, etc., entre 1917 y 1933.