La Huelga General del 19-J y la unidad

x Rafa Díez Usabiaga - Secretario General de LAB

La convocatoria de Huelga General planteada por LAB y ELA para el 19 de junio ha vuelto a suscitar en Hego Euskal Herria el eterno debate de la unidad sindical y de clase. A los que llevamos muchos años sumergidos en los debates y problemáticas del movimiento obrero y sindical, con la experiencia acumulada en este largo tiempo, la polémica surgida se nos hace muy familiar pero, a la vez, sorprendente. Este es un tema que en Euskal Herria surge cíclicamente y, siempre, ligado a las convocatorias del sindicalismo español. La unidad como un fin en sí mismo, como un valor objetivo, planteada por organizaciones sindicales que practican la exclusión, la desmovilización y desideologización, suena a hueco o, dicho de otra manera, a recurso vacío de legitimidad. Desde luego, no seré yo quien desde mi responsabilidad en un sindicato de clase y desde una visión actualizada de la lucha de clases, que hoy, con independencia de toda la verborrea neoliberal que pretende negarla y diluirla, se da en una dimensión similar a otros momentos de la historia del movimiento obrero, quien ponga en cuestión en el plano teórico el valor de la unidad de clase contra el enemigo común. Pero hacer abstracción de las características del pulso político y sindical que se plantea en Euskal Herria y el Estado español, de los comportamientos de los sujetos sindicales que tienen que encauzar esa unidad, es una gran frivolidad y voluntarismo. Desde hace muchos años LAB hizo una apuesta por situar a Euskal Herria como sujeto específico en la lucha de la clase trabajadora por un cambio político y social, por la imbricación de la reivindicación nacional y de clase. Eso sí, siempre considerando nuestra aportación como parte de una lucha global por una alternativa al actual modelo de sociedad y haciendo de la solidaridad de clase algo más que un lema abstracto y de fácil utilización. Esa coherencia nos ha llevado a desarrollar el proceso de emancipación nacional y social vasco y participar, como ahora, en las inquietudes y apuestas comunes de la izquierda internacional contra la globalización y el neoliberalismo, a establecer vínculos de solidaridad con luchas obreras en el Estado español o dinámicas de ayuda, solidaridad y colaboración con pueblos en lucha: Nicaragua, El Salvador, Palestina, República Saharaui... En esa línea de trabajo, hace tiempo que el sindicalismo de clase vasco rompió amarras con un sindicalismo español entregado ideológicamente y debilitado por una estrategia de mero acompañamiento y supervivencia en el sistema vigente.

El sindicalismo español, que encauzó la transición franquista con los Pactos de la Moncloa, los indignantes acuerdos que conllevó la llamada reconversión industrial y todo un rosario de pactos laborales (AMI, AES...) aceleró su decadencia a partir de la huelga del 14-D. Desde ese momento CCOO y UGT se integran en el engranaje económico-institucional del Estado, profundizan la desmovilización y desarme ideológico de la clase trabajadora y, además, empiezan a confrontar radicalmente contra el sindicalismo de clase de las naciones como Euskal Herria. Esa deriva se acentúa a la llegada del PP al Gobierno con la aceptación de reformas laborales y el barniz dialogante y populista que dan a la derecha neofranquista. Todo ello dentro de una línea de intervención que profundiza la desmovilización y favorece el desarrollo de valores y comportamientos sociales acordes a los intereses del PP. No hay que aislar de esta reflexión la consideración que CCOO y UGT han hecho del sindicalismo abertzale como enemigo de sus intereses sindicales. Recojo a modo ilustrativo las palabras del otrora dirigente de UGT Jose Mª Zufiaur en 1990: «En nuestro país no termina de cerrarse un marco nacional de relaciones laborales perfectamente establecido; en consecuencia, CCOO y UGT de- berían plantearse con toda seriedad una estrategia encaminada a completar, de una vez por todas, un marco estatal de relaciones laborales». Esta reflexión se desarrolla durante toda la década de los 90 con una ofen- siva al unísono con el poder político español, contra todo lo que pueda ser considerado soporte de un Marco Vasco de Relaciones Laborales. Es esta estrategia la que ha ido fracturando la unidad sindical y, como consecuencia, debilitando la unidad de clase. Y ha sido esa línea la que ha contribuido a la definición en Hego Euskal Herria de una acción sindical unitaria y alternativa.

La unidad de acción sindical que se vertebra entre LAB, ELA, ESK, STEE, EHNE. HIRU, ELB... se configura como el único espacio de unidad real en la lucha por un cambio político y social en Euskal Herria, en la exigencia de medidas de reparto del trabajo y la riqueza, en la lucha por los derechos democráticos; un pro- ceso que ha tenido y tiene sus maduraciones y desarrollos, sus contradicciones y aportaciones. Un proceso que nos llevó a la primera huelga general específica en Hego Euskal Herria en mayo de 1999 por las 35 horas y el salario social. Mientras en Hego Euskal Herria confrontábamos con la huelga general, en el Estado español CCOO y UGT desgastaban las moquetas del PP y la CEOE preocupándose sólo del mantenimiento de sus fuentes de financiación (Forcem). Y, por supuesto, hace tres años, y en nombre de la unidad de clase, no se nos ocurrió a LAB y ELA convocar huelga general en el Estado español por las 35 horas y el salario social. Euskal Herria se ha consolidado como una realidad donde se interrelacionan y retroalimentan positivamente la lucha de emancipación nacional y social. Algo que no sólo no se acepta por parte de CCOO y UGT, sino que combaten al unísono con los sectores más reaccionarios del Estado. Han hecho de la unidad España = mercado el peor enemigo de una unidad de clase basada en la interrelación de las luchas y los procesos de las diferentes realidades nacionales y sociales. Por lo tanto, es momento de situar conceptos como unidad de clase y solidaridad de clase en su justo término y acabar con la inaceptable manipulación que se realiza por los únicos saboteadores de tales valores intrínsecos al sindicalismo de clase. Es un insulto que, con una trayectoria de esta naturaleza, con una práctica sindical como la relatada ahora, nos vengan con la cantinela de la unidad contra el PP, la suma de fuerzas... y encima nos tienen que decir cuándo y de qué manera tenemos que hacer la huelga general en Hego Euskal Herria. Desde estas premisas se nos plantea una huelga general contra la reforma del desempleo. Una agresión e imposición más del Gobierno del PP. Y a esta reforma queremos responder desde Hego Euskal Herria donde, globalmente, CCOO y UGT sólo representan al 39% del mapa sindical. Desde el sindicalismo abertzale hemos planteado la necesidad de respuesta a esta reforma, nuestra voluntad de confrontar con la política económica y sociolaboral del PP; pero, además, decimos que hay que acabar con la situación que vive el sindicalismo y la clase trabajadora de Euskal Herria. No estamos dispuestos a ser sujetos pasivos de decretos o pactos que con acuerdo sindical o sin él se imponen a los trabajadores y trabajadoras vascos.

Queremos ser protagonistas, con nuestra aportación y lucha, de las políticas sociales y de empleo, rompiendo esta cadena de imposiciones. Es decir, apostamos por un cambio de las reglas de juego político que hoy niegan a la clase trabajadora y al sindicalismo vasco disponer de instrumentos eficaces en la lucha por un modelo social alternativo. Eso es lo estructural para el sindicalismo vasco. Estas reivindicaciones las situamos como aportación específica de Euskal Herria a la respuesta contra la política del PP y, también, como réplica a las posiciones que mantienen CCOO y UGT. No estamos dispuestos a sumar estrategias antagónicas envueltas en el manto de «ahora todos contra el PP». Además, ¿por qué hace 10 años contra el «decretazo» apostaron por espacios de coincidencia y/o unidad en la convocatoria y ahora no? Así pues, CCOO y UGT tienen la oportunidad de ir a una convocatoria coincidente con la de LAB y ELA que posibilite una respuesta contundente a la reforma del desempleo. Eso es posible el día 19. Cada uno con su trayectoria y posición. Y el día 20, CCOO y UGT tienen su jornada en el Estado. Esas son dos huelgas de desgaste a la estrategia del PP e identificativas de la realidad política y sindical de Euskal Herria y el Estado español. El 19 de junio tiene que visualizarse que grandes sectores políticos, sindicales y sociales de Hego Euskal Herria demandan con la huelga general un cambio político y social mostrando su no a la reforma del desempleo, su no a todas las imposiciones fascistas del PP y su exigencia de un Marco Vasco de Relaciones Laborales. Y, también, mandaremos un mensaje de solidaridad a los trabajadores y trabajadoras del Estado español que el día 20 quieran confrontar con el PP. Esa es la suma posible. Lo demás es pura demagogia.

Gara
 
         
   
 

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