¿Podemos ser más libres? ¿Y qué es ser libre? ¿Y qué es poder serlo? Son estas tres cuestiones fundamentales para una teoría revolucionaria. La libertad metafísica, la dejaremos de un lado.

Al capitalismo siempre le interesó que fueran removidas aquellas relaciones sociales que obstaculizaban su avance. El feudalismo, la ligazón del hombre a la tierra, el carácter no alienable de ésta... toda institución, ley o estructura social que impidiera la obtención de plusvalías por el único medio posible, por la explotación de la fuerza de trabajo humano, debía ser borrada del mapa.

En el mundo antiguo había esclavos por deudas. Hoy los hay por hipotecas. El trabajo basura no permite si quiera endeudarse. Tu misma existencia se ve hipotecada. Quien se puede endeudar por una vivienda, es un afortunado. Se nace ya en una sociedad de mercado en la que el individuo, es basura difícilmente reciclable.

Las diversas fuerzas de la izquierda no deberían nunca perder de vista que ningún interés privado debería tomar el control de la sociedad, ni secuestrarla, ni llevarla en camino hacia su destrucción.

Volvemos a una edad de barbarie. Ante la disyuntiva de socialismo o barbarie, ya se sabe lo que ha triunfado. La barbarie. Se aprueban leyes que permiten la tortura. Se alzan muros para contener la miseria humana. Se animaliza al ser humano, y se enseña a ver al otro humano, como un ser radicalmente ajeno a nosotros: un mero animal o un objeto.

Se tratará de romper la cadena de modos de producción basados en la explotación del hombre sobre el hombre. Se tratará de abolir algún día la propiedad privada, y muy especialmente la propiedad privada de los medios de producción.

¿Qué hacemos con nuestras vidas? Libres y soberanos consumidores no somos. Libres de escoger un modo de producción, unas pautas programadas de vida, no somos.

¿Qué es el fascismo? El fascismo es, en el estado actual del mundo, el mismo mundo. El fascismo no es una categoría de la historia, ni tampoco una de las ideologías al uso. El fascismo es el mundo, el estado en que nuestro mundo ha recibido una determinada ordenación de las cosas.

La acción brutal de las leyes capitalistas sobre áreas hasta hace poco autosuficientes y de claro predominio agropecuario es un fenómeno que hoy puede registrarse en la el país asturiano.