Ucrania no es más que una guerra indirecta de EEUU-OTAN para derrotar a Rusia
Editorial del 28 abril de 2023
Se ha vuelto patentemente obvio para el mundo que el conflicto en Ucrania es una confrontación geopolítica sucia y desesperada, a pesar de los esfuerzos masivos de los medios occidentales por retratarlo como algo más noble: la farsa habitual de caballerosidad y virtud para disfrazar el imperialismo occidental desnudo.
La muerte y destrucción en Ucrania no es más que una guerra indirecta de EEUU y sus socios de la OTAN para derrotar a Rusia en una táctica estratégica. Pero el objetivo tácito no termina con Rusia. Los EEUU y sus lacayos imperialistas occidentales también se ven obligados a impulsar la confrontación con China.
¡Como si enfrentarse a Rusia no fuera lo suficientemente imprudente!
Las potencias occidentales quieren redoblar su belicismo con China. Todo esto se debe a que el ímpetu subyacente es que Washington y sus secuaces occidentales promuevan el dominio del orden mundial liderado por EEUU. Rusia y China son los principales obstáculos en ese camino de supuesta dominación y, por lo tanto, vemos este impulso maníaco de agresión proveniente de Washington, el poder ejecutivo del orden occidental.
Debería ser obvio que, si bien el eje de la OTAN liderado por EEUU ha avivado la guerra en Ucrania a alturas calamitosas, este mismo eje está incitando sin sentido a las tensiones con China. Esta sola observación debería ser suficiente para condenar la criminalidad de las potencias occidentales.
Esta semana, las potencias de la OTAN entregaron armas de uranio empobrecido al régimen de Kiev, mientras que EEUU anunció que acoplaría ojivas nucleares a sus submarinos en Corea del Sur, una medida que enfureció a China, que señaló que Washington estaba violando compromisos de décadas de desnuclearización de la Península de Corea. Por supuesto, esta perversa provocación es habitual en lo que respecta a Washington. Se hace deliberadamente en un esfuerzo consciente por exacerbar las tensiones e intensificar el militarismo.
La paz y la seguridad son anatemas para EEUU (y sus secuaces), cuya razón de ser ideológica es agravar la guerra para satisfacer la adicción capitalista corporativa, un sistema cada vez más en bancarrota y disfuncional, y de ahí la insana desesperación por ansiar "soluciones bélicas", sus negocios de la guerra.
En un discurso mordaz ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas esta semana, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, afirmó que el conflicto en Ucrania no puede resolverse adecuadamente sin una comprensión del contexto geopolítico. En otras palabras, la guerra en la ex república soviética que estalló en febrero pasado del 2022 tiene causas más importantes de lo que las potencias occidentales y sus medios de comunicación complacientes intentarían hacer creer
¿Defensa de Ucrania? ¿Defensa de la democracia? ¿Defensa del derecho internacional? ¿Defensa de la soberanía nacional? Estas son algunas de las risibles afirmaciones de Washington y sus aliados.
Basta con tener en cuenta las décadas de total desprecio de la Carta de las Naciones Unidas y de los principios democráticos por parte de EEUU y sus socios canallas en su búsqueda de guerras criminales para darse cuenta de que su señalización de virtudes sobre Ucrania es una vil broma.
El discurso de Lavrov ante el Consejo de Seguridad fue una asombrosa reprimenda a la hipocresía y criminalidad de EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania y otras potencias de la OTAN, así como de la Unión Europea. Su discurso fue similar a la escena de la película clásica El mago de Oz cuando se abrió el telón sobre el villano bufón para que todos lo vieran.
Cualquier observador objetivo estaría de acuerdo con el exhortatorio, y persuasivo repaso que hizo el ministro de Asuntos Exteriores ruso de la historia moderna y de por qué se ha manifestado trágicamente la guerra en Ucrania. Lamentablemente, si no comprendemos la historia y las causas reales de los conflictos, estamos condenados a repetir los horrores…
Irónicamente, los líderes occidentales a veces han revelado la agenda geopolítica oculta con sus propias palabras arrogantes mal pronunciadas. Biden había lanzado previamente un llamado a un cambio de régimen en Moscú, mientras que sus asesores principales, el secretario de Estado Antony Blinken y el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, sucumbieron a la intoxicación de su narcisismo y arrogancia al decir que el propósito de la guerra en Ucrania es la “derrota de Rusia”.
Otras figuras importantes de la OTAN, como los estúpidos y engreídos líderes polacos y sus amigos del Báltico, también han salido y afirmado que la agenda oculta de la guerra es vencer a Rusia. Los esqueletos fascistas de su pasado de colusión nazi han resucitado sus estertores mortales, sin control.
Como insinúa el discurso de Lavrov ante el Consejo de Seguridad, la violación sistemática de la Carta de la ONU por parte de EEUU y sus socios occidentales es una continuación deplorable del fascismo nazi y la barbarie imperialista que se suponía había sido derrotada en la II Guerra Mundial.
La culminación de la constante y desenfrenada criminalidad imperialista occidental y su terrorismo de Estado es la actual guerra en Ucrania y la creciente agresión a China por Taiwán como pretexto.
En todo esto, lamentablemente, los gobiernos y los medios de comunicación han mentido flagrantemente al público occidental sobre la naturaleza real de la guerra en Ucrania. Los ciudadanos estadounidenses y europeos han sido estafados por cientos de miles de millones de dólares para apuntalar un régimen nazi en Kiev cuya función es actuar como punta de lanza de la OTAN contra Rusia, y en última instancia contra China, cuando las potencias de la OTAN sienten que han terminado con Ucrania. (Esto último es una ambición inútil, como que se está volviendo cada vez más evidente)
Los periodistas y activistas contra la guerra en Occidente que destapan la mentira de Ucrania son despedidos, vilipendiados, censurados o sancionados hasta la pobreza, o incluso encarcelados.
Sin embargo, el público occidental y el resto del mundo son cada vez más conscientes de la farsa odiosa. Por definición, las farsas y mentiras son inevitablemente insostenibles.
El Sur Global, la mayoría de las 193 naciones en la ONU, se ha hartado de la hegemonía capitalista occidental y sus escandalosos privilegios neocolonialistas. El 'dumping' incremental del dólar estadounidense como moneda de reserva internacional para el comercio es un testimonio del cambio histórico hacia un orden multipolar que desafía el elitismo unipolar occidental.
Las naciones de África, América Latina y Asia entienden que la guerra de la OTAN dirigida por EEUU en Ucrania es un último intento desesperado por preservar un orden global imperialista que debería haber sido erradicado después de la II Guerra Mundial con el establecimiento de las Naciones Unidas, pero que, lamentablemente, no fue así.
Porque la raíz del imperialismo es el orden capitalista occidental liderado por los anglo[norte]americanos. El final de la II Guerra Mundial, al igual que la I Guerra Mundial, no fue más que una pausa en la histórica máquina de matar.
Ahora es cada vez más evidente, a la luz de los documentos filtrados del Pentágono, que la guerra en Ucrania es un desastre. El régimen de Kiev se enfrenta a la derrota a manos de las superiores fuerzas rusas a pesar de que ese régimen ha sido inundado de armas por parte de EEUU y la OTAN. Se ha demostrado que las grandes expectativas de una victoria ucraniana que fueron ampliamente predichas por los líderes y los medios occidentales son mentiras vacías.
El espectáculo secundario de esta guerra es un fraude gigantesco. Las compañías de armas occidentales han obtenido ganancias sin precedentes, mientras que la camarilla respaldada por la OTAN en Kiev se ha metido cientos de millones de dólares en sus bolsillos. Este es el mismo régimen de Kiev que está incendiando iglesias cristianas ortodoxas, exterminando el idioma ruso, exaltando a los criminales nazis de la II Guerra Mundial y encerrando a cualquier oposición y medios críticos.
Pero la conclusión principal son las mentiras que EEUU y los lacayos occidentales, incluida toda la industria de los medios, han estado diciendo sobre la guerra de poder en Ucrania.
Esta guerra es una aventura imperialista que ha sido financieramente ruinosa, ha destruido Ucrania y está impulsando una peligrosa guerra total con Rusia y China que podría convertirse en un Armagedón nuclear.
No deberíamos sorprendernos por mentiras y engaños tan flagrantes. Biden y su régimen han estado diciendo mentiras descaradas para ocultar la corrupción que emana de la propia familia de Biden. Con su hijo Hunter han explotado Ucrania desde el golpe de estado respaldado por la CIA en Kiev en 2014 para su enriquecimiento personal.
Según los informes, el presidente incluso consiguió que sus asesores principales cumplieran sus órdenes para censurar a las agencias de inteligencia y los medios de comunicación para que no revelen al público la corrupción en el corazón de su familia. (¡Risiblemente, y en forma arriesgada, la verdad se difunde como desinformación rusa o china!)
Las mentiras que Biden y su régimen dicen sobre la corrupción personal están indeleblemente unidas a las mentiras contadas sobre la guerra de poder en Ucrania.
Cada vez es más claro que el público estadounidense, el público europeo y el resto del mundo han sido engañados de múltiples maneras.
La falsa guerra en Ucrania está exponiendo y sacando a luz el profundo y apestoso pozo de corrupción en esta Casa Blanca. Habrá un infierno que pagar.