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Pensamiento :: 30/01/2008

Con el tratado europeo, si hay una huelga en Francia, los policías podrían ser alemanes

Ana Catarina Almeida
En entrevista con odiario.info, el escritor Henry Alleg habla sobre Francia y el tratado europeo, la reacción de los trabajadores, la ofensiva del imperialismo, América Latina, la situación en Argelia y la actualidad de la herencia de Karl Marx

Henry Alleg es un muy reconocido escritor frances, autor de «La Cuestion», un best seller mundial, escrito en la carcel de Argel. Era director del diario Alger Republicain cuando los paracaidistas del general Massu lo encarcelaron y torturaron. Su denuncia de la tortura por el Ejército francés contribuyo a acelerar el fin de la guerra de Argelia.

SITUACIÓN POLÍTICA Y SOCIAL EN FRANCIA

rina Almeida (AC) - Sarkozy fue electo para la presidencia por una gran mayoría no obstante defender una política de derecha contraria a la tradición francesa. ¿Cómo explica esa contradicción? Me gustaría que abordara el tema de la situación política y social en Francia hoy.

Henry Alleg (HA) - Es preciso decir que la situación existente al inicio de este año 2008 es extremamente preocupante para los franceses después de la ilusión creada con la elección de Sarkozy, el hombre providencial que resolvería todos los problemas y que se presentó como un salvador. Lamentablemente, muchos franceses creían en lo que él prometía. Él resolvería el problema del desempleo, el de la carestía de la vida, los problemas de los sin abrigo. En fin, todos los problemas que saltan a la vista.

Hoy sabemos que en Francia, uno de los países más ricos del mundo, hay entre siete a ocho millones de personas que viven por debajo del límite de la pobreza. Basta pasear por las calles de Paris para constatar que existen miles de personas que no tienen techo. Esto es una vergüenza, porque hace ya algunos años, cada vez que llega el invierno son muchos los que mueren de frío en las calles, y el hecho, que se registra como increíble, se repite todos los inviernos.

Como tú sabes, hoy, cuando andamos por la ciudad de París, no se puede tomar el metro o el tren sin ver muchos limosneros. ¡Y con Sarkozy las cosas se resolverían!...

Ahora, no sólo las cosas no se resuelven, sino que las personas se percatan que la situación económica se agrava cada vez más. Y, consecuentemente, se nota una inquietud creciente, que diría que lleva en sí una vaga expresión de cólera, porque muchos sienten que fueron engañadas. Sarkozy dirá que va a resolver este problema. «Cuando yo quiero, yo hago» – dice él con una arrogancia que dispensa argumentos, con una manera pretenciosa, una suficiencia, que sugiere que tiene ideas que en realidad no tiene.

En el plano económico, el año terminó en una situación que él mismo no había previsto. Hubo huelgas extremamente importantes. Se habló mucho de la huelga de los ferroviarios, pero hubo otras en diferentes sectores, incluyendo el privado, de las cuales se habló menos. Pero el movimiento no ha terminado, porque las reivindicaciones de los trabajadores no han sido atendidas, y verificamos que hay cuestiones de extrema importancia, como por ejemplo, la de las jubilaciones. Hasta hoy, la decisión que se tomará está relacionada con un aumento del tiempo de trabajo necesario para poder beneficiarse de la jubilación. Serán necesarios dos años más para arribar a la edad de jubilación.

Entonces, el gran slogan de Sarkozy es que hay que trabajar más para ganar más. Esa idea, y la manera de presentarla, es una mentira. En un país rico como Francia eso no tiene sentido. Recuerdo una apelación de Lenin al comienzo de la Revolución de Octubre, cuando exhortaba a los trabajadores a crear un Estado socialista donde trabajarían menos y recibirían más. Ahora, en un país que pretende ser ejemplo de una gran civilización, la exigencia de trabajar más no es realista. Hay personas que, ante las dificultades de la vida, aunque les gustaría trabajar más, sólo podrían hacerlo si su patrón lo permitiera. Por el contrario, él tiende a disminuir el número de obreros, exigiendo a los que quedan que trabajen más. Consecuentemente, todo lo que Sarkozy dice se desmorona. De ahí él surge como un demagogo, incapaz de resolver los grandes problemas económicos que Francia capitalista enfrenta.

Dicho esto, es preciso subrayar que el pueblo va comprendiendo la situación real muy lentamente. Pero poco a poco va abriendo los ojos. Hoy las personas ya no están en una actitud de expectativa como fue después de las elecciones, cuando pensaban que las cosas se resolverían. Hoy están cada vez más recelosas del futuro.

En el plano económico y social todavía pudiéramos hablar de muchas cosas, como, por ejemplo, del aumento del costo de la vida. Hasta los turistas, en cada ocasión en que vuelven a Francia, sienten la subida de los precios. De la misma manera la clase media francesa sufre muchas dificultades, porque la vida está cada vez más cara. Hoy no logra comprar lo que anteriormente compraba.

Observemos también el número de desempleados sin perspectiva alguna. Contrariamente a lo que fue prometido, se verifica que esa cifra no disminuyó. Lo que hay es una manipulación de las estadísticas. Es falso que se haya resuelto el problema del desempleo. No es noticia que el patrón de una fábrica perciba que puede tener más lucro si cierra la empresa en los suburbios de Paris para instalarla en Marruecos o en otro país. Cualquiera que sea el discurso patronal, eso no altera la esencia de un problema que es absolutamente normal en un régimen capitalista donde lo que cuenta es el lucro y no la situación de los trabajadores. Y, naturalmente, Sarkozy no puede confesar eso.

¿Qué podrá ocurrir mañana? Creo que habrá nuevas huelgas, nuevas confrontaciones, sin duda aún más violentas que las recientes. El pueblo, los trabajadores, de la misma manera en que fueron engañados por Sarkozy, se percatarán de que él les miente. Ya hay bastante cólera, y pienso que va a aumentar. No olvides que apenas he abordado algunos aspectos de la crisis económica y social.

Respecto al plano político, la situación es un reflejo de lo que pasa en el campo económico. Sarkozy se presentó como alguien por encima de los partidos. Él se unió a la derecha y al propio tiempo dijo que estaba abierto a todas las tendencias. Él llamó al gobierno a personas que no estaban conectadas con la crisis, como la ministra de Justicia, Rachida Dati, una mujer de origen modesto, de padre argelino y madre marroquí, con seis o siete hermanos. Hay otros como ella también. El objetivo es demostrar que en Francia cualquiera puede llegar al tope. Sin embargo, esos gestos no resuelven el problema de la inmigración. No es teniendo como ministra a una mujer venida de la inmigración que todo se resuelve.

En los suburbios recientemente han recomenzado los disturbios porque las personas se sienten discriminadas, despreciadas. Y les dicen: si están en esa situación es porque no trabajan. Ellas quieren trabajar, pero ¡no les ofrecen trabajo! La situación es explosiva. ¿Y cómo resolver este problema? Lo resuelven con la policía, con las expulsiones de Francia. Obviamente, los trabajadores franceses conscientes no pueden estar de acuerdo con este procedimiento.

Se determina, por ejemplo, que todos los años sean expulsados 25.000 extranjeros. A priori se fija el número de expulsiones a efectuar por conducta incorrecta, y hay que procurar motivos para eso. Todo esto es indigno. Hay mucha gente que no es comunista, pero comulga con una conciencia histórica francesa de lucha, que considera indecoroso este procedimiento que en ocasiones alcanza niños y niñas de siete, ocho años, que nacieron en Francia y, con sus padres, son expulsados a los países de origen de ellos. En sentido general, esto tiene repercusiones políticas.

Los dirigentes toman medidas que son muy impopulares, por ejemplo, en el campo de la justicia. Hay una serie de regiones en Francia donde un determinado número de jueces tiene competencia para resolver cuestiones jurídicas en los tribunales. Ahora, para economizar, se han suprimido algunos de esos tribunales. Para dar un ejemplo, nosotros estamos aquí, en Palaiseau, donde hay un tribunal. De ser eliminado, sería necesario desplazarnos a una distancia de decenas de kilómetros. Evidentemente, las personas están descontentes. ¡Imagínate los habitantes de Palaiseau tener que desplazarse cincuenta, sesenta kilómetros y tener que contratar ahí un abogado que los defienda! Se habla con las personas y ellas protestan. Dice el gobierno que es para economizar, modernizar. Usan esa palabra para justificar. Lo que está pasando es inadmisible. Ningún gran problema podrá ser resuelto desde este punto de vista social y político.

En determinado momento se afirmó que era necesaria más democracia, dar más poder al parlamento. Se criticó la Constitución, que todavía hoy es la de De Gaulle. Se criticó al presidente da República, que entonces era Chirac, diciendo que era una especie de monarca republicano (tan amplios eran sus poderes), y que era indispensable alterar esa situación.

Hoy tiene lugar una situación diferente. Todo el mundo critica el Primer ministro porque él no hace nada. Sarkozy se sobrepasa: «soy yo el presidente, soy yo el que reino, soy el que hago». Él lo hace todo. Hay una semanario satírico en francés, el Cannard Enchaines, y otros diarios que no le llaman Presidente Sarkozy sino el Omnipresidente. Él se ocupa de todo: de la justicia, decide los precios, cuando hay una huelga va allí y se dirige a los trabajadores, que lo desprecian. En realidad, ninguno de los grandes problemas de la Constitución ha sido efectivamente abordado.

En el plano internacional Sarkozy es una verdadera catástrofe. Los franceses, dígase lo que se diga, tenían cierto aprecio por las políticas de De Gaulle, al igual que por las de Chirac y las de Giscard d’Estaing. Es decir, un sentimiento de que Francia es una gran potencia que no debería dejarse arrastrar por Bush, de los EUA. Se podía ser anticomunista, estar en la OTAN –de la cual, además, anteriormente se había salido-- pero había la convicción de que Francia tenía algo que decir. Eso incluso ocurrió con Chirac, quien no estuvo de acuerdo con la política de Bush respecto a Iraq y otros países.

Puede decirse que, de manera general, los franceses estaban satisfechos con el papel desempeñado por su país. Llega Sarkozy, e inmediatamente se siente un cambio completo. Sarkozy dice a Bush que Francia está con él en la cuestión de Iraq. En cuanto a Irán, dice que Francia está consciente de la amenaza que representa. La política internacional se alteró completamente y pasamos a ser los mayores aliados de Bush incluso cuando en los propios Estados Unidos hay muchos ciudadanos contestatarios de esa política.

Es completamente inadmisible para los franceses que esta política sea orientada por un socialista: Kouchner, que en Yugoslavia cumplió el papel que conocemos y que hoy es más patriotero, chovinista, anti-iraquí, y más alineado con el ejército americano que cualquiera de los anteriores presidentes franceses. Y esto sin que haya habido discusión alguna. Y todavía osan hablar de democracia.

Para terminar quiero traer a colación una referencia a la cuestión de la política de Francia para con las antiguas colonias. Hay, evidentemente, una Francia muy involucrada, aunque no sea actualmente la que detenta el poder en los antiguos territorios africanos hoy independientes. Existen grandes intereses y hay miles de soldados franceses distribuidos por África, particularmente en el Chad, el Congo, etc.

Ahora, no hace mucho tiempo, ocurrieron dos situaciones destacadas que, para un anti-colonialista, para alguien que extrajo conclusiones de las guerras coloniales, son inaceptables. Hubo una ley de la época de Chirac, presentada y votada en el Parlamento francés, que atribuía a los profesores de las escuelas la tarea de explicar a los niños todos los aspectos positivos que habían resultado de la presencia de Francia en las colonias. En otras palabras, de presentar la colonización francesa como algo positivo para los pueblos.

Naturalmente, después de aprobada, Chirac –que no es un imbécil– comprendió que era una monstruosidad, e intervino en el sentido de proponer fueran retirados uno o dos párrafos de esa ley, a fin de hacerla menos imperativa. Intelectuales franceses, profesores, anticolonialistas, ciudadanos simples, consideraron eso escandaloso. Meses después, Sarkozy llega a la presidencia y es invitado a ir a Dakar donde pronuncia un discurso, pensando que hacía un gran discurso como hizo De Gaulle hace más de 40 años en Brazaville. Discurso este presentado como anticolonialista, cuando, en realidad, no lo era. Se limitó a afirmar que finalmente Francia debía tomar en cuenta las nuevas realidades.

Sarkozy pronunció un discurso horrible, escandaloso y ridículo, recibido como anecdotico por los periódicos de toda el África francófona, donde fue duramente criticado. A las preguntas de por qué se encuentra África en la actual situación, de por qué África no ha entrado a la vía del progreso, Sarkozy explicó que la responsabilidad cabe a los africanos, porque ellos tienen una mentalidad siempre vuelta al pasado, hacia su conservación, mientras que otros pueblos, particularmente los europeos, miran hacia el futuro. O sea, que fue un discurso colonialista. Los africanos, profesores, intelectuales concluyeron: « ¿Por quién nos toma él? ¿Por imbéciles? Se dirige a nosotros como se hacía en el siglo XIX». Eso fue escandaloso.

¿Cómo es que un individuo, que es presidente de la República, rodeado de especialistas que lo asesoran, puede proferir un discurso como este en 2007, en el cual presenta a Francia apegada a los valores coloniales, a las viejas ideas estúpidas, a las viejas ideas racistas sobre la inferioridad de los africanos en diferentes situaciones?

Otro aspecto que contribuye al engaño a las personas es el hecho de, al recibir a Kadafi, acusado de no respetar los derechos humanos, él alega que hay negocios de diez mil millones de euros y eso hace parte de su trabajo.

Que compran? Armamento moderno y otras cosas increíbles.

AC - Y vendió también una central atómica...

(HA) – Sí, pero la central será más adelante. Fueron firmados contratos por un valor de diez mil millones , algunos de los cuales son de desalinización del agua del mar. Pero ese negocio ya había sido iniciado por Chirac. Pero él no lo dice, él afirma que fue él. Todas estas cuestiones son conocidas pero él habla no apenas como alguien vulgar, incapaz, no serio, sino como alguien que miente e inventa historias. Poco a poco esa realidad comienza a entrar en la cabeza de las personas. Lentamente. Pero cuando pensamos que este hombre fue electo por cerca de 60% de los franceses y ahora los sondeos apuntan a menos de 50% de popularidad, parece que finalmente las personas han comenzado a conscientizar la situación.

AC - ¿Qué piensa de la posición que Sarkozy asumió en defensa del Tratado recientemente firmado en Lisboa? El pueblo francés votó No en el referendo del Tratado Constitucional y esa decisión ahora se irrespeta.

(HA) - Lo que pienso yo y la mayoría de los franceses, incluso aquellos que no son comunistas, es que en esta batalla los comunistas hace mucho que no desempeñaban un papel tan importante. Este Tratado europeo es un tratado concebido para beneficiar los intereses de los monopolios. Ellos sólo iluminan la superficie de las cosas, afirmando que Europa unida permitirá negocios, etc. Eluden la realidad.

No se trata de permitir a los europeas que vivan mejor, que se conozcan mejor. La primera idea es cómo, en conjunto, obtener mayor lucro, y cómo armarse, desde el punto de vista de clase, contra los intereses de los trabajadores y de los pueblos que pudieran rechazar la dominación, la explotación del hombre por el hombre. Cómo luchar contra las decisiones, cómo hacer frente a las grandes acciones organizadas por los trabajadores contra el capitalismo.

Es una forma de unir el patronato contra los trabajadores. No es por gusto que ya fueron desarrolladas maniobras, previendo cómo se deberá reaccionar si en esta o aquella región los trabajadores belgas o los trabajadores franceses promueven grandes manifestaciones. Y si mañana en Italia tuviera lugar una gran huelga, admiten el envío de austriacos, o de franceses. Si la huelga fuera, por ejemplo, en Francia, los policías no serían franceses sino alemanes o de otra procedencia. Esto anuncia un gran peligro en el futuro. En el panorama general, el cierre de una fábrica puede provocar el arribo de trabajadores de otra región, que serán peor pagados. Hay toda una serie de aspectos en esta Constitución que están directamente orientados contra los intereses de los trabajadores.

Yo pienso que la tentativa de explicación que fue hecha, sobre todo por los comunistas, pero no sólo por ellos sino también por algunos sindicatos, fue comprendida. Aún así, como sabes, el No fue mayoritario. ¿Qué decir ahora? ¡No habrá referendo y hablan de democracia! Es claro que habrá que refrendar el Tratado, pero ellos noi lo haran. No correrán ese riesgo. La salida astuta que encontraron fue ratificarlo en el parlamento, donde 400 individuos son controlados por Sarkozy. Claro que van a ganar de esta forma escandalosa. Es este el hombre que habla de democracia. Estamos ante una verdadera mentira y un robo.

¿Cómo van a reaccionar las masas populares? Están de tal manera enojadas que van a irse por la abstención. Es evidente que, en el parlamento, si algún diputado manifiesta la intención de votar en contra, habrá luego quien le prometa favores. Uno, que era secretario del Partido Socialista fue nombrado Ministro. Es evidente que hay muchos oportunistas, muchos políticos deshonestos. Por lo tanto, creo que infelizmente es esto lo que va a ocurrir, y conseguirán los votos necesarios para ratificar el Tratado. Pero el problema no quedará resuelto, y tendremos frente grandes batallas. Cuando el Tratado entre en vigor las masas populares, respondiendo a la apelación de dirigentes de determinadas fuerzas, entrarán en acción.

Puedo también afirmar que, de manera general, la personalidad de Sarkozy es un factor importante en esta situación. Este personaje se desplaza cada vez más hacia el descrédito. Es un hecho que a veces no conocemos bien el pensamiento de los dirigentes, pero en este caso, él tiene una manera de actuar muy expuesta, que hace caer su popularidad. Cuando estaba casado expuso su vida amorosa diciendo que era perfecta y ejemplar, y tres meses después se pasea con otra mujer, se deja fotografiar por los periodistas y se declara enamorado. Con tantos problemas en el país, estas maniobras no son aceptables. Se exhibe en el Fouquet, un lujoso restaurante en los Campos Elíseos, frecuentado no por intelectuales, cientistas, gente de valor, sino por millonarios, con los cuales él gusta codearse, porque admira a aquellos que triunfan materialmente en la vida, y de los cuales acepta favores.

¿Es normal que un Presidente de la República pase sus vacaciones en un yate privado de un millonario? Después va a Malta en un avión privado, enteramente a su disposición. Y todo esto, gratuitamente. En este mismo momento está en Egipto, tres días antes de encontrarse con el Papa. No deja de ser interesante para una persona que dice estar contra las ideologías, pero que simultáneamente declara que no hay número suficiente de creyentes en Francia. No obstante que Francia ha afirmado hace mucho su laicicidad, Sarkozy insiste en la idea de que es necesario incentivar la religión, maltratada, según él, por las leyes vigentes. La Ley de la Laicicidad fue uno de los primeros diplomas de la República.

Según la prensa católica, nunca se ha visto en Francia un Presidente de la República tan manifiestamente contrario a la laicicidad y a favor del desarrollo de la religiosidad.

ESTADOS UNIDOS VERSUS RUSIA Y CHINA

vemos países, como Rusia y China, que asumen posiciones cada vez más firmes contra el imperialismo norteamericano. ¿Qué consecuencias, en el plano internacional, pueden resultar de una confrontación creciente entre Washington y esos países?

(HA) - Sabes, infelizmente tenemos críticas que hacer a Rusia después de la desaparición del estado socialista, y muchas otras, aunque diferentes, que hacer a China. Pero es evidente que son dos grandes estados y que ambos se oponen, justamente, a las ambiciones del imperialismo americano de dominar en todas partes, desde Iraq y todo el Medio Oriente hasta Asia Oriental, América Latina, pasando incluso por los países europeos. Es esta su posición.

En Rusia existen hombres –a los que a veces criticamos-- que asumen la dignidad del Estado – aplaudidos por todo el pueblo– y rechazan ponerse de rodillas ante el imperialismo americano. Podemos, por lo tanto, comprender que ex-soviéticos, en la actual situación, se identifiquen con esa posición.

Creo que en China ocurre un proceso similar. Pero es necesario tener presente que esos dirigentes no se apoyan en una corriente popular sino en un renacimiento del chovinismo, para hacer olvidar el resto. Por eso es complicado y difícil. Sin embargo, no podemos aceptar interpretaciones de la prensa francesa y de otros media occidentales, según los cuales los chinos y los rusos surgen como los enemigos encarnizados y peligrosos del mundo contemporáneo. Veremos cómo evolucionan estas situaciones. De cualquier manera, sobre lo que pasó en Rusia y sobre lo que está pasando en China, tendríamos mucho que hablar. Respecto a la defensa nacional de esos países contra el imperialismo, seria deseable que en Francia los gobernantes fueran igualmente firmes en la revelación de la verdad sobre las ambiciones de los Estados Unidos de América.

AC - En muchos países de América Latina asistimos al desarrollo impetuoso de movimientos progresistas que, a partir de la condena de políticas neoliberales ruinosas, retoman proyectos de orientación socialista. ¿Qué significado le atribuye a la marea antiimperialista en América Latina?

(HA) – Bien, no soy especialista en América Latina. Pero hoy nadie puede pasar por alto la importancia fundamental de lo que se está pasando en América Latina. Un continente entero que se encontraba arrodillado ante el imperialismo americano hoy da pasos profundos para combatir esa situación. Todo el pueblo --y no solo los pueblos originarios indígenas-- demuestra firmemente que no está dispuesto a seguir sometiéndose. Esta idea de una nueva sociedad, no capitalista, rumbo al socialismo, situaciones que algunos años atrás aparecían como blasfemias, es hoy aceptado.

A pesar de todos los esfuerzos hechos para satanizar el socialismo, sin hablar ya de los Gulag, es interesante verificar que hoy las personas recuerdan todo lo que de positivo había en el socialismo. Esa actitud permite a las masas populares, a los campesinos sin tierra, a los trabajadores en general, rechazar el sistema capitalismo como irremediable y eterno.

LA SITUACIÓN EN ARGELIA

ropósito de Sarkozy estuvimos hablando de la cuestión de las religiones. Hoy el Occidente capitalista creó un nuevo enemigo: el Islám. Muchos gobiernos europeos alineándose con los Estados Unidos, tienden a considerar a los musulmanes como potenciales terroristas. En Argelia, en particular, país que tan bien conoce, aumenta la violencia. ¿Cómo ve esas cuestiones?

(HA) – Hablemos primero de Argelia. Se trata de un país del Tercer Mundo muy especial. Al contrario de otros, Argelia no tiene grandes problemas de riquezas y recursos naturales. Mientras otros son asfixiados por la deuda externa, Argelia, por diferentes razones, pero sobre todo por el petróleo, se puede decir que se halla sobre una mina de oro. Es un país que tiene reservas de miles de millones en dólares en sus bancos, con capacidad de compra, de construcción de vías férreas y de redes de metro. Ahora, todo eso hubiera podido ser hecho hace mucho tempo. Pero hay mucho dinero que sale no se sabe para dónde, dinero de la corrupción, inclusive de dirigentes, que conocen quiénes son los responsables y actúan como sus aliados.

Después de la descolonización, en lugar de un estado social, aunque no socialista, que abriera la vía no sólo del progreso sino del bienestar social de todo el pueblo, Argelia siguió el rumbo del capitalismo, de la creación de nuevos millonarios, personas que poseen enormes riquezas, dinero en bancos en Suiza y grandes propiedades en Francia. Hay diversos hoteles y restaurantes en Paris que son propiedad de argelinos. Durante decenas de años acumularon enormes fortunas en sus familias, realizando un verdadero saqueo a la riqueza de Argelia.

Paralelamente se prestó poca atención a las masas populares y a las cuestiones sociales. Esta situación es visible. Basta observar, de un lado los carros que circulan, las mansiones suntuosas que se construyen y, de otro lado, los barrios marginales. Esa realidad indigna a las personas. Indigna que no permitieran el funcionamiento de partidos populares, especialmente del partido comunista. Los sindicatos son controlados. Todo aquello que inspire miedo al poder, como por ejemplo una organización sindical poderosa, es reprimido. Y eso fue impuesto durante mucho tempo por el Frente de Liberación Nacional –FLN– como partido único.

Aquellos que dirigían el FLN muchas veces eran individuos que tenían como principal objetivo acumular enormes fortunas personales. Poco a poco las personas fueron perdiendo la confianza en el FLN y en sus dirigentes. Cuando finalmente la desesperación popular condujo a manifestaciones en la calle, sobre todo a partir de 1989, el poder mandó a disparar sobre el pueblo. Fue entonces que en las manifestaciones de Argel los jóvenes protestaron contra la falta de trabajo y de pan, exigencia de todas las revoluciones. Entonces el poder ordenó a los militares que dispararan contra las masas. Según dados oficiales, hubo cerca de 500 muertos en las calles de Argel. En realidad deben haber sido muchos más. Jóvenes de 16, 17, 18 años fueron apresados y llevados a prisiones donde les descalzaron y obligaron a correr en patios llenos de vidrios de botellas partidas.

Frente a esta situación, no había un partido o un movimiento sindical para denunciar o protestar. Aparecieron entonces unos individuos que dijeron «esto pasa porque abandonamos el Islam, y la única manera de salvar nuestro país es retornando a las grandes ideas que hicieron la gloria del Islam». Tienen mucho dinero, y cuando hay fiesta, compran sémola de trigo y otros productos alimenticios, los distribuyen por los barrios pobres, y repiten a las personas que «nosotros luchamos por el pueblo, estamos con ustedes, y todos los otros son gentes no creyentes, que escupen sobre nuestras tradiciones».

Hay también un aspecto cultural. En una ciudad como Argel, donde cualquier casa tiene una antena parabólica y acceso a cadenas televisivas francesas y europeas que transmiten pornografía, usan el argumento de que aquella es la cultura de los no creyentes, y preguntan a la gente: «¿es esto lo que ustedes quieren para sus hijas? No es posible, es preciso barrer todo esto».

Se creó un estado espiritual que no era revolucionario, pero que explotaba los sentimientos de frustración, de injusticia, para orientar a las masas populares. Durante algún tempo eso funcionó. Entonces comenzaron a matar. Crímenes horribles. Niños, mujeres, criaturas pequeñitas. Ante tanto horror, a partir de un determinado momento, la situación en el sentimiento popular se alteró, pero el terror continuó. Permanecieron grupos armados con personas que habían estado en Afganistán y que habían luchado contra «el diablo», o sea, los soviéticos.

El poder intentó calmar los ánimos y decidió hacer una amnistía general, que creó todavía más dificultades. Aquel que regresaba a su aldea sabiendo que su madre, su hermana habían sido asesinadas por pretendidos islamistas, después veía llegar al asesino de su familia amnistiado y, naturalmente, reaccionaba con indignación.

Es preciso subrayar que no todos son criminales. Transcurrido tanto tempo la situación no se ha normalizado. Otros actos diferentes son practicados. El objetivo ya no es el asesinato brutal de personas. El blanco son edificios estatales, policiales, partiendo del presupuesto de que los ciudadanos van a permanecer indiferentes. Se levanta entonces la cuestión sobre quiénes son los verdaderos interesados en estos atentados. En un país donde ocurren acciones de este tipo, las consecuencias son desastrosas para la economía y las inversiones. Durante todo el período de los asesinatos islamitas hubo víctimas extranjeras: italianas, francesas, españolas. Los únicos que nunca fueron alcanzados fueron los americanos, lo que llega a ser bizarro e inquietante. Cabe preguntar si aquellos que enviaron gente contra los soviéticos y los talibanes en Afganistán son los mismos que tomaron armas y dinero de las operaciones criminales en Argelia.

LA ACTUALIDAD DEL MARXISMO

estudios marxistas y sobre la revolución rusa están conociendo un importante renacimiento en Francia con la aparición de obras significativos como, por ejemplo, “Lenin y la revolución”, de Jean Salem. ¿Cree que el pensamiento de Marx continua siendo actual e influyente en el rumbo de la historia?

(HA) - La cuestión que colocas es muy actual. La situación de las masas populares, el mecanismo de explotación, de dominación, es más actual que nunca.

Marx y los marxistas nunca pretendieron que la verdad fuera inmutable y que, consecuentemente, bastaba abrir un libro para encontrar allí la solución. Las cosas no son así. El marxismo es una manera de concebir, de captar la realidad, un método para comprender, que debe ser constantemente confrontado con la realidad del momento. Con todo, lo que frecuentemente se dice del marxismo es dicho por quienes no lo conocen verdaderamente, que lo caricaturizan y que después destruyen esa misma caricatura --alegando que destruyen el marxismo--, cuando, en realidad, lo que hacen es destruir la caricatura por ellos creada.

Por lo tanto, el marxismo fue en su época, y es todavía hoy, un método de pensamiento riguroso, que es válido e absolutamente necesario para la comprensión de fenómenos actuales, fenómenos que no son tan diferentes de los estudiados por Marx. Porque el mundo en el cual vivimos continúa siendo el mundo de la explotación, de las clases, de la dominación de la burguesía capitalista e imperialista. Luego, los análisis hechos hace más de un siglo, con otros números, permanecen válidos en su esencia. Llegamos a la misma conclusión: para liberar a la humanidad es indispensable liberar a los explotados de la explotación.

El modelo comunista continúa siendo válido para todos nosotros, los condenados de la tierra, los proletarios de todos países. Son las personas deshonestas las que afirman que el marxismo está enfermo. Es de señalar que desde que desapareció la URSS, país donde se ensayó la creación de una sociedad socialista, los filósofos de los países capitalistas, sobre todo los americanos, proclaman que la destrucción de la Unión Soviética es la prueba de que el socialismo no se concretó y no se puede concretar.

Durante años, en muchas universidades, particularmente en Francia, cuando un estudiante pretendía desarrollar una tesis apoyada en ideas del marxismo, los profesores le decían «si usted quiere defender su tesis es mejor que abandone esas ideas y escoja otro tema». Esto significa que hasta los profesores eliminaban cualquier hipótesis de estudios marxistas. Hoy no es tan simple. Hay mucha gente que elabora tesis apoyándose en el pensamiento de Marx por considerar que sus ideas son las únicas capaces de reflejar la realidad tal como la sienten. Pienso que estamos entrando en un nuevo período de emergencia de ideas, tesis, conocimientos e investigaciones marxistas.

Esto es evidentemente una renovación para los estudios de intelectuales, y será también, tal vez, la reconquista de las masas para seguir adelante en la revolución, en el cambio del sistema, primero entre los trabajadores, y más ampliamente entre todos aquellos que sufren las injusticias del capitalismo.

AC – Usted conoce bien Portugal. Estuvo en nuestro país en grandes momentos de la Revolución de Abril, y ha vuelto muchas veces. Cuatro de sus libros han sido editados en Portugal donde cuenta con muchos amigos y admiradores. ¿Cuál es hoy la presencia de Portugal en usted?

(HA) - No puedo hablar de Portugal como de cualquier país al que me he aparecido como extranjero, tal como muchos otros que conocí durante mi vida. No. Portugal es un país al cual estoy profundamente ligado desde la juventud. No puedo pensar en él sin que resurja en mí la imagen inolvidable de Álvaro Cunhal que recibí la primera vez hace aproximadamente 45 años en una Argelia que acababa de liberarse de la dominación colonial. Evadido del presidio donde lo encarcelara la dictadura fascista, él viajaba con un pasaporte argelino falso. Quedé deslumbrado con el hombre, el militante, su extraordinaria energía revolucionaria, su inquebrantable confianza en su pueblo y en el futuro de hombres y mujeres. Más tarde encontré otros camaradas portugueses con quienes mucho aprendí. Citaré apenas a un amigo íntimo: Miguel Urbano Rodrigues, militante lúcido, periodista y escritor, revolucionario con una cultura humanista.

No es necesario decir hasta qué punto me consterna ver hoy a aquellos que gobiernan Portugal siguiendo la línea del nuevo presidente de la Republica francesa, es decir, aquella que es impuesta a Francia y Europa, contra los intereses de sus pueblos, por los señores multimillonarios de las poderosas empresas capitalistas que dominan la economía y la política. Aun cuando se presentan como grandes defensores de la democracia, esos dirigentes se preparan para pisotearla una vez más, imponiendo a los franceses y a otros una Constitución europea que ellos habían rechazado. En este rumbo nefasto, tras Sarkozy se encuentran Bush y sus cómplices, quienes intentan atraer a los países europeos al carro imperialista norteamericano, a sus ambiciones de dominación mundial y a las guerras que llevan a cabo o que preparan.

Pero, a pesar de las orientaciones maléficas de sus actuales dirigentes y de las dificultades que por eso enfrentan --desempleo, carestía de la vida, destrucción programada de muchas de sus conquistas sociales--, creo que los pueblos portugués y francés acabarán respondiendo victoriosamente, como ya hicieron en el pasado, a los ataques de la reacción.

Palaiseau, 27 de diciembre de 2007
odiario.info

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