Tomándole la temperatura a la historia
Emmanuel Le Roy Ladurie es desde hace mucho tiempo alguien a quien le gusta llevar la contraria –o como él prefiere llamarse, un electrón libre– en una cultura cuyos mandarines se protegen con una armadura ideológica uniforme. Muchos de ellos, por supuesto, entran en la vida pública desde la izquierda pero salen por la derecha, en cuyo caso la conversión obliga a efectuar una inversión general de convicciones previas, para convertirse en el opuesto especular. Esto lo ilustra muy bien el caso de François Furet, amigo de Le Roy Ladurie y excomunista que, después de rechazar la izquierda política, le declaró la guerra al «historicismo marxista-estalinista» en todas sus formas, incluida la escuela de los Annales, que tachó de «mero sustituto galo del marxismo».