Pasados 18 meses desde el inicio de la guerra israelí para destruir Hamas, el movimiento palestino sigue controlando Gaza y ha reclutado a hasta 40 000 nuevos combatientes.
El diario hebreo Maariv informó citando a su analista, Avi Ashkenazi, que el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (Hamas) sigue gobernando y controlando la Franja de Gaza tras 18 meses de la invasión aérea y terrestre israelí para destruir al grupo palestino.
A pesar de la destrucción generalizada y la ocupación de varias áreas de la asediada Franja por parte del ejército israelí, los funcionarios del régimen han admitido que han fracasado en lograr sus objetivos principales, que incluyen la destrucción de Hamas y liberación de los 59 retenidos israelíes.
Ashkenazi dijo que el ejército solo había destruido aproximadamente una cuarta parte de los túneles de Hamas —importantes en la implementación de las tácticas defensivas y ofensivas del grupo— en Gaza, mientras que el 75% de las vías subterráneas están intactos.
Yihad Islámica hace volar un tanque israelí en el norte de Gaza.
Por su parte, el diario israelí Haaretz, citando a fuentes de seguridad israelíes, dijo que Hamas ha revisado sus métodos de combate y actualmente evita enviar fuerzas a algunos túneles, ya que unas pocas de estas rutas subterráneas han caído bajo el control del ejército sionista. En cambio, agrega el informe, el grupo palestinos se enfoca en fabricar bombas caseras y artefactos explosivos.
El informe agregó además que Hamas ha logrado reclutar y adiestrar a otros 40 000 combatientes jóvenes, lo que muestra la capacidad del movimiento para reconstruirse pese a las continuas agresiones del régimen de Netanyahu.
Transcurridos 18 meses del inicio de la guerra genocida israelí en Gaza, los movimientos de Resistencia palestinos siguen sorprendiendo a Israel, atacando a las tropas israelíes desplegadas en el enclave y lanzando operaciones con misiles contra ciudades situadas en la profundidad de la Palestina ocupada.
Combatientes de Hamas controlan una zona de Gaza.
La oposición israelí tacha de un fracaso total la guerra en Gaza y acusa al primer ministro del régimen israelí, Benjamín Netanyahu, de prolongar el conflicto para garantizar su supervivencia política.