EEUU se formó gracias a la migración. Las pequeñas 13 colonias de la Costa Atlántica se extendieron comprando a Alaska, Luisiana y Florida o invadiendo Hawaii, las Filipinas, Puerto Rico y más de la mitad del inmenso territorio de México. La expansión acompañó el genocidio masivo de los pueblos originarios. En el desierto demográfico así creado se recurrió a dos políticas poblacionales drásticas: la esclavitud perpetua y la temporal.
El ingreso de nuevos pobladores en efecto se produjo mediante el sistema de indentured servants. Para pagar su pasaje al Nuevo Mundo, debían los migrantes comprometerse como sirvientes sin salario por tres a ocho años. Este sistema era peor que la esclavitud, pues el amo debía moderar la explotación del esclavo para que no muriera, mientras que el patrono del sirviente debía exprimirlo lo más posible antes de finalizar su servidumbre. Los sirvientes podían ser vendidos, negociados y revendidos como esclavos y buena parte de ellos debían su condición al secuestro o al engaño. Entre 1630 y 1755 el 48% de los migrantes ingresaron a América del Norte bajo este sistema, que proporcionaba la mayor parte de la fuerza de trabajo hasta que en 1864 la Enmienda 13 de la Constitución prohibió la esclavitud y la servidumbre involuntaria.
Aun así, territorios tan extensos seguían siendo vacíos demográficos. La naciente República abrió sus puertas a la migración, pero tamizada por el racismo. La Ley de Naturalización de 1790 concedió ese privilegio sólo a "gente blanca libre". Las leyes de inmigración de 1921 y 1924 fijaron cuotas máximas y privilegiaban migrantes de Europa del Norte y del Oeste, mientras restringían a los de Europa del Sur y del Este. Apenas en 1965, la Ley Hart Cellar eliminó nominalmente las cuotas racistas y legalizó el ingreso de oriundos de Asia y América Latina.
La población estadounidense de personas nacidas en el extranjero alcanzó un récord de 47,8 millones en 2023, un incremento de 1,6 millones con respecto al año anterior, el mayor en veinte años desde el 2000. Representan actualmente 14,3% de la población, casi el triple del 4,7% de 1970. Es la proporción más alta desde 1910, pero inferior al récord de 14,8% de 1890. De ese total unos 23,4 millones, el 49% se había nacionalizado; 11,5 millones, el 24% eran residentes legales; y 11 millones, el 23%, eran residentes "no autorizados" o ilegales. (https://www.pewresearch.org/short-reads/2024/09/27/key-findings-about-us-immigrants/). Todo imperio que desestabiliza al mundo recibe flujos de migrantes de los países desestabilizados.
¿Desequilibran los migrantes el mercado de trabajo, arrebatan sus puestos a los estadounidenses por nacimiento? Para 2022 la fuerza laboral de EEUU era de 171,1 millones, de los cuales 146,6 habían nacido en el país, 22,2 millones eran inmigrantes legalizados, 8,3 millones no legalizados. Éstos representan apenas el 4,8% de la fuerza de trabajo (US Census Boureau Data). La sumatoria de migrantes es comparativamente modesta, y la de no legalizados, todavía menor. Todos desempeñan las labores más duras, desagradables y peor remuneradas, que los nacidos en el país no quieren aceptar. La condición de "no legalizados" les impone aceptar condiciones laborales todavía peores, bajo amenaza de denuncia a la policía migratoria ante el más mínimo desacuerdo o reclamo.
¿De dónde llegan hoy los migrantes a EEUU? De México 10,6 millones, un 23%; de India 2,8 millones, un 6%; de China, 2,5 millones, un 5%; de Filipinas, 2,0 millones, un 4%, de El Salvador, 1,4 millones, un 3% (American Community Survey, Ipums). El presidente de este país, Nayib Bukele, se presta a secuestrar deportados sin fórmula de juicio por una desinteresada cuota de 20.000 dólares anuales. El gran negocio sería que le deportaran toda la emigración salvadoreña en EEUU y cobrara a la potencia norteña por mantenerla encarcelada.
En EEUU los migrantes ilegales viven en 6,3 millones de hogares que cobijan 22 millones de personas, el 4,8% de los 130 millones de hogares del país. En 86% de los primeros el jefe de familia o su esposa son "ilegales", que conviven con legales o nacionalizados: 4,4 millones de nacidos en el país conviven con ellos. El intento de separarlos crea dramas brutales.
Al asumir el poder, Trump inició una campaña de acoso contra los migrantes materializada en executive orders (decretos), algunas de las cuales violaban principios constitucionales, como la nacionalidad de los nacidos en territorio estadounidense, o el permiso de deportar supuestos enemigos del país sólo en situación de guerra. El resultado fue una cacería humana indiscriminada de migrantes, ejecutada por cazarrecompensas, con la subsiguiente deportación automática, no precedida de juicio, derecho a la defensa ni condena.
La batida barrió todos los ámbitos. El 89% de los republicanos y el 44% de los demócratas opinó que se deberían permitir los arrestos en protestas y concentraciones; 84% de los republicanos y el 44% de los demócratas apoyó que se efectuaran en los hogares; 52% de los republicanos los consideró procedentes en centros de culto religioso. Eran medidas para suscitar terror, y lo lograron: 19% de los adultos declararon preocupación porque ellos, un familiar o un amigo pudieran ser deportados; 30% confesaron extrema preocupación porque se les reclamara probar su ciudadanía o estatus migratorio, 42% de los hispanos temen que ellos o algún allegado sea deportado (https://www.pewresearch.org/race-and-ethnicity/2025/03/26/americans-views-of-deportations/).
Venezuela ni siquiera figura entre los primeros cinco mayores aportadores de migrantes a la potencia del Norte. Según cifras estadounidenses, apenas unos 270.000. El escándalo mediático, la ilegalidad flagrante y la inhumana humillación que acompañaron la deportación y secuestro en campos de concentración salvadoreños de unos dos centenares de compatriotas no tiene que ver con el volumen de migración de éstos, sino con la rabieta provocada por la acumulada frustración de no poder apoderarse de nuestros hidrocarburos. El miedo es el modo de vida de los migrantes en la potencia norteña. Vergüenza para un país en el cual la casi totalidad de la población actual desciende de quienes llegaron de afuera.
ultimasnoticias.com.ve