I
Muchas personas —especialistas o no— aseguran que el 2024 puede ser calificado como un año terrible, en el que se ha extendido la incertidumbre y la inseguridad a escala global. Y no les falta la razón.
El contexto en el que se ha desarrollado el año que concluye, no registra señales favorables en cualquiera de las dimensiones que se quiera considerar.
Es así, que —en primer lugar— en el 2024 el mundo ha contemplado como continúa el deterioro del medioambiente y como fracasan los intentos en sucesivas reuniones internacionales por adoptar medidas que mitiguen los impactos del desastre, que cada vez cobra más fuerza. Para demostrar esos negativos efectos basta saber que el 2024 es el año más caluroso de la historia, al menos desde que existen registros para conocerlo y los efectos del calentamiento global están cada vez más presentes en la intensidad de los desastres naturales y en los cambios abruptos de temperatura. Pero nada indica que los principales causantes de esta realidad hagan lo que les corresponde para modificarla o al menos aliviar sus efectos.
En segundo lugar, es visible la pérdida de la hegemonía económica relativa del mundo capitalista desarrollado y de EEUU en primer lugar. Si bien es cierto que la principal potencia mundial conserva un enorme poderío, desde hace años ya su dominio es crecientemente desafiado en el ámbito económico por China, país contra el que se viene desatando una guerra económica cada vez más intensa, pero inútil para frenar el avance del gigante asiático en la competencia económica internacional.
Esa pérdida del poder hegemónico se aprecia también en el impulso que cobra el multilateralismo en la economía mundial, con el desarrollo del los BRICS+ como contendiente, con una importancia creciente.
En tercer lugar, la lucha para mantener la hegemonía absoluta perdida, no se libra simplemente en los mercados, ya que se hoy se lleva a cabo una guerra donde los conflictos bélicos reales, que pretenden recuperar el espacio perdido por la fuerza de las armas, se unen a la guerra económica.[1] Esas llamadas guerras híbridas, encuentran en el conflicto entre Rusia y Ucrania, o más bien en el conflicto entre la OTAN y Rusia que se libra en territorio ucraniano, el mejor ejemplo de lo que viene sucediendo.
Desde luego que esto no ocurre sin peligrosas consecuencias, en primer término con la elevación a niveles récords, de los gastos militares, que llegaron en el 2023 a 2 billones (millones de millones) 243 mil millones de dólares y donde se produjo un cambio en función de las fuerzas alineadas para las guerras actuales y futuras. De tal modo, el mayor gasto lo tienen los EEUU (916 mil MM), China (296 mil MM), Rusia (109 mil MM) e India (83 600 MM) y —en octavo lugar— Ucrania (64 800 MM).[2] Para el 2025 los gastos militares de EEUU serán 895 mil millones de dólares y Rusia erogará 140 mil millones.[3]
Los resultados concretos de la evolución de la economía mundial muestran en el 2024 los efectos de la incertidumbre y las tensiones que potencialmente aumentarán en el presente año.
Lo primero que cabe apuntar, es que —según las proyecciones del Banco Mundial— [4] los pronósticos de crecimiento en 2024 y 2025 son de 2.6%, cifra por debajo de la visión más optimista del FMI. Esta visión del Banco Mundial puede resultar especialmente válida si se toman en cuenta los últimos acontecimientos geopolíticos al cierre del 2024, particularmente, con la mayor agresividad de Israel en el conflicto del Medio Oriente, incluyendo el derrocamiento del gobierno de Siria. A esto se añade la intensificación de la guerra en Ucrania y los agresivos pronunciamientos sobre política exterior del presidente Donald Trump.
No obstante, aún tomando como base los cálculos del FMI, se destaca en esta evolución[5] que el magro crecimiento de la economía mundial en 2024 se apoya —básicamente— en las llamadas Economías Emergentes y el Desarrollo, mientras que los países capitalistas más desarrollados —excepto EEUU— enfrentan muy bajos niveles de incremento del PIB, e incluso Alemania, que es la principal economía europea, decrece en 2023 y no crece en 2024.
Se vio afectada —particularmente— debido a las sanciones implementadas, por Occidente contra Rusia, que cerraron el mercado europeo a la venta de combustible ruso producto de la guerra de Ucrania, lo que ha elevado el costo del gas importado, que alcanza precios muy superiores a los que se podía adquirir anteriormente el gas ruso. Todo ello ha mostrado —además— el nivel de sumisión a la política de EEUU por parte de la Unión Europea, cuya economía es presa de una profunda depresión a partir —en buena medida— de las consecuencias de la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania.[6]
En el caso de EEUU diversos economistas consideran sobrevalorados los resultados obtenidos por su economía, en tanto que en ellos pesa mucho la especulación bursátil, no así la economía real, que enfrenta un notable proceso de pérdida de competitividad, sobre todo en el sector industrial.[7]
En los resultados de la economía mundial en 2024 destacan los avances de las economías asiáticas y —especialmente— en los casos de China y la India, que han exhibido elevadas tasas de crecimiento durante años.
Mientras los resultados de los países en desarrollo continúan mostrando las consecuencias de la crisis dadas las elevadas tasas de endeudamiento que alcanzaban ya 8 billones 800 mil millones de dólares en el 2023, con un pago de 406 mil millones como servicio de la deuda, pagos que se cubren con una política fiscal restrictiva que lleva a la reducción de los gastos en educación y salud, entre otras partidas esenciales para el desarrollo.
Por otro lado, la economía mundial ha registrado en el 2024 una reducción de alrededor del 6% en el precio de los combustibles y de un 9% en el caso de los alimentos, aunque persisten muchas diferencias según las diferentes regiones y siguen presentes fuertes tensiones y rupturas en las cadenas logísticas de suministros y las cadenas globales de valor. En el 2025 se pronostica otra reducción del 6% en los precios de los combustibles y del 4% en el caso de los alimentos.[8]
Resumidamente, aunque tanto el Banco Mundial, como el FMI redoblan sus esfuerzos por destacar la positividad de los resultados de la economía mundial y —en general— de los procesos de desarrollo, los datos disponibles refutan esas perspectivas favorables. Así el propio Banco Mundial dejaba constancia de la insuficiencia de lo logrado al señalar: “Frente a este telón de fondo, se necesitan medidas globales decisivas y esfuerzos en las políticas nacionales. A nivel global, las prioridades incluyen salvaguardar el comercio, apoyar las transiciones verdes y las digitales, el alivio de la deuda y mejorar la seguridad alimentaria”.[9]
Por su parte, el propio FMI destaca que la tasa de crecimiento que informa “…es la más débil en décadas y los riesgos a la baja están aumentando y dominan las perspectivas”.[10]
Adicionalmente no pueden dejar de mencionarse múltiples impactos sociales, que —según diversos informes recientes del sistema de Naciones Unidas—, revelan que el 40% de los países se encuentran en una situación vulnerable por su nivel de endeudamiento; 1 100 millones de personas viven en pobreza multidimensional y 712 millones se encuentran en pobreza extrema; 864 millones enfrentan inseguridad alimentaria grave y 733 millones pasaron hambre en 2023. Por otro lado, los niveles de desigualdad en el mundo se acrecientan y solo en América Latina y el Caribe —la región de mayor nivel de desigualdad— el 50% de la población más pobre recibe el 10% de los ingresos, mientras que el 10% más rico capta el 55% de los ingresos.
II
Todo lo anteriormente comentado muestra que las perspectivas para el 2025 continúan sujetas esencialmente a las mismas incertidumbres y riesgos del 2024. De ahí que —aunque se mantengan los mismos ritmos de crecimiento en el PIB para este año— los retos que enfrentará la economía mundial en 2025 pueden ser mayores.
Entre los retos a enfrentar se destacan los siguientes, según criterios de diversos analistas.[11]
El complejo escenario económico internacional descrito supone impactos transversales en todos los países incluyendo a Cuba.
(Continuará)
Bibliografía
Ahora Mundo (2024) “La economía mundial en 2025: un año de incertidumbre” Diciembre 28 de 2024 www.ahoramundo.com.doc
Cobarrubia, Faustino (2024) “Economía de EEUU: Entre los anhelos electorales y la realidad objetiva” en “Resumen sobre la evolución de la economía mundial en el primer semestre del 2024” Agosto de 2024 www.ciem.cu
Deutsche Welle (2024) “Los 5 principales retos de la economía mundial en 2025” Diciembre 27 de 2024 www.dw.com.doc
El Diario New York (2024) “The Economist lanza The World Ahead 2025, con las predicciones para el próximo año” Noviembre 22 de 2024 www.eldiariony.com
EURONEWS (2024) “Putin aprueba un gasto militar record: Rusia necesita más dinero para ganar en Ucrania” Diciembre 1º 2024 www.es.euronews.com.doc
IMF (2024) “World Economic Outlook” October 2024 www.imf.org
LISA (2024) “Análisis prospectivo de las 7 principales tendencias de 2025” Diciembre 23 de 2024 www.lisanews.org
Roberts, Michael (2024) “Pronóstico 2025: ¿Economía rugiente o tibia?” Diciembre 31 2024 www.thenextrecession.worldpress.com
SIPRI (2024) “World Military Expenditure 2023” April 20 2024 www.sipri.org
SPUTNIK (2024) “Presupuesto military de EEUU para 2025” Diciembre 29 de 2024 www.noticiaslatam.lat
World Bank (2024) “Global Economic Prospects” June 2024 www.openknowledge.worldbank.org
World Bank (2024a) “Commodity Markets Outlook” October 2024 www.openknowledge.worldbank.org
Notas
[1] Aunque los estimados divergen, hoy se calcula que se han implementando más de 18 400 sanciones contra personas naturales y jurídicas vinculadas a Rusia. Sin embargo, los sancionadores también han enfrentado pérdidas significativas en sus economías y –por otro lado- Rusia ha podido neutralizar el impacto de buena parte de las sanciones recibidas, aunque analistas occidentales señalan que no podrá resistir las mismas a largo plazo. Pero eso está por ver en la realidad.
[2] Ver SIPRI (2024) El gasto militar ucraniano en buena medida es cubierto por la ayuda que recibe de Occidente
[3] Ver SPUTNIK (2024) y EURONEWS (2024).
[4] Ver World Bank (2024).
[5] Ver Roberts (2024) y IMF (2024).
[6] El costo directo del apoyo de los países europeos a Ucrania puede estimarse que en estos momentos supera los 130 mil millones de euros.
[7] Vale la pena anotar que según Trump ese problema debe resolverse con un fuerte proteccionismo, frente a todo aquel que sea más competitivo que EEUU en estos momentos, tesis muy discutible y plagada de subjetivismo. Ver Roberts (2024) y Cobarrubia (2024).
[8] Ver World Bank (2024 y 2024a).
[9] Ver World Bank (2024).
[10] Ver IMF (2024).
[11] Ver Ahora Mundo (2024), Deutsche Welle (2024), El Diario New York (2024), Roberts (2024) y LISA (2024).
[12] La práctica dirá la última palabra, pero diversos autores consideran que resulta muy difícil que la política propuesta por Trump pueda aplicarse efectivamente tal y como ha sido anunciada hasta el presente.
* Asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM). Fue Ministro de Economía de Cuba.
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