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Medio Oriente :: 07/07/2019

Palestina: El yate de Kushner en el desierto

Amira Hass
Antes la dirección palestina podía seguir fingiendo que estaba al servicio del objetivo de un estado palestino independiente

¿A qué se puede comparar el plan de Jared Kushner? Un diseño para un yate de lujo para navegar en las arenas del desierto. Para tomar en serio el plan del yerno de Donald Trump hay que estar bendecidos con amnesia. Hay que desechar la realidad de nuestras conciencias para poder leer un texto lleno hasta rebosar de promesas vacías y clichés de anunciantes.

¿Qué realidad? El total control israelí del espacio, la tierra y lo que está debajo de ella, del agua, las personas, sus matrimonios y sus vidas, su libertad de movimiento, su propiedad, sus esperanzas y su libertad.

Hablar, por ejemplo, sobre el “acceso limitado de los agricultores palestinos a la tierra, el agua y la tecnología” sin aclarar explícitamente que es Israel quien los limita es reírse en la cara de los lectores. Así que Sam Bahour, un activista social, consultor de negocios y analista de las políticas israelíes palestino-estadounidense decidió responder Kushner con humor algo cansado.

"Lo ha conseguido. 136 páginas de nada, a todo color y con fotos también“, ha escrito en una carta abierta “de un estadounidense a otro”.Bahour ha leído la totalidad del plan en la terraza de su casa de El Bireh, en Cisjordania, “que tiene enfrente al asentamiento ilegal israelí de Psagot”. Analiza como encaja el asentamiento en el plan de Kushner. “Veo que encaja a la perfección, porque no tienen ni siquiera que insinuar que existe. Lo sé, nosotros los palestinos no deberíamos preocuparnos por las inconveniencias factuales sobre el terreno”.

En los últimos 26 años se han publicado miles de documentos de posición y propuestas de proyectos de las instituciones palestinas e internacionales, y todos ellos utilizado las mismas palabras que adornan las pilas de iniciativas del consorcio dinastía Trump: empoderamiento, sector privado, entorno empresarial, espíritu emprendedor, competitividad de las exportaciones palestinas, zonas industriales, mejorar la movilidad, adecuar el sistema educativo e integrar a las mujeres en el mundo laboral.

Pero los autores de estos trabajos previos al menos comenzaron desde el punto de partida esencial de reconocer la realidad. Sabían que era imposible hablar en semejante jerga de moda sobre el desarrollo económico palestino sin exigir la eliminación de las prohibiciones israelíes que lo encadenan. Incluso los informes del Banco Mundial señalan que la economía palestina pierde cientos de millones de dólares al año por el control de Israel sobre el 60 por ciento de Cisjordania (zona C). Esta es, al parecer, la parte que el embajador estadounidense en Israel, David Friedman, al igual que sus amigos en los asentamientos, afirma que Israel tenía derecho a retener.

Hasta el momento, miles de millones de dólares se han vertido en la Franja de Gaza y en Cisjordania en nombre de los nobles objetivos de la competitividad del sector privado y una economía floreciente, las hermanas gemelas de la paz. En realidad, lo que estos mismos fondos han hecho durante más de un cuarto de siglo ha sido mitigar los desastres económicos que Israel ha causado y sigue causando a la sociedad palestina mediante el robo continuo de sus recursos naturales (agua, rocas y minerales, gas natural), prohibiciones y limitaciones de movimientos y la creación de enclaves sofocantes rodeados de asentamientos violentos, cada vez mayores, que se atiborran de tierra y agua.

Los fondos destinados al desarrollo se convirtieron en caridad para una población empobrecida a la que Israel impide realizar su potencial económico y creativo. Las naciones donantes prefieren desperdiciar miles de millones que obligar a Israel a frenar la voracidad de sus asentamientos. Así es como Europea y los contribuyentes estadounidenses subvencionan el proyecto de ocupación colonial. Ahora, después de bloquear sus contribuciones, los EEUU han previsto que los países árabes subvencionen la ocupación israelí en su lugar.

Los fondos que se canalizan hacia salarios y proyectos permitieron a la OLP crear una capa burocrático-empresarial que preserva el status quo (aceptando la atomización geográfica y la coordinación de la seguridad con Israel), en vez de desarrollar una nueva estrategia que lo cuestione. Pero como los donantes del pasado no borraron la realidad, la dirección palestina podía seguir fingiendo que estaba al servicio del objetivo de un estado palestino independiente.

El yate de Kushner en el desierto ni siquiera permite ese espejismo: ese es su aspecto más positivo.

Haaretz. Traducción: Enrique García para Sinpermiso. Extractado por La Haine.

 

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