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Es triste, pero dudo ya si la tristeza existe
entre la masa" (Sobre los, inexistentes, valores de la sociedad)
x Vegha
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Miro por la ventana y observo. Montón de edificios, miles de edificios,
miles de ventanas, muchos establecimientos y comercios, cientos de coches,
y apenas unas cuantas personas deambulando por las calles. Andan deprisa
y creen saber de dónde vienen y a dónde van. Y no lo saben,
como tampoco quienes son.
Sólo son parte de la sociedad; diminutas hormigas que compran,
trabajan, y vaya, por lo visto no procrean. Diminutas partículas
de un todo llamado sociedad. Una sociedad compuesta por gente cuyos únicos
valores son un Gran Hermano y arrastrarse bufando a sus trabajos
cada mañana.
Una sociedad que como conjunto no vale nada; que es solo masa sin ideas,
sin iniciativa, sin peligro. Nos hacen inofensivos a través del
vacío interior, la aculturización y la moda televisiva.
Sociedad formada por la masa y cuatro grupos marginales (o marginados...)
con mucha fuerza y las manos atados. Cuatro grupos de personajillos que
aprecian un amanecer, que tienen su propio concepto del bien y el mal,
que sienten la libertad correr por sus venas; que creen en el respeto,
que tienen principios y son honestos con ellos, que valoran la amistad
y que es la ansiedad por conocer, aprender y vivir lo que los mueve cada
mañana.
Esos filósofos, bohemios, callejeros, obreros, estudiantes, que
sonríen al caminar y no corren, sólo andan.
Es triste pasear por la calle y sentirte sola entre el asfalto, el humo
y esa especie de autómatas incapaces de reflexionar sobre lo que
en realidad son y en lo que creen. Es triste ver como todo un mundo se
va al carajo de la mano del vacío, de la obediencia sin reflexión.
Es triste apreciar la transformación de personas en semirobotitos.
Es muy triste, pero dudo ya si la tristeza existe entre la masa.
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