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Sección de Pablo Hernández

El hombre bomba y la mujer bala

I

Desesperado, sin futuro,
miras como nueva
sangre se desparrama,
tirando con ondas de siempre
piedras por balas,
son hijos que repiten lo que
desde siempre has llorado,
no conoces paz en casa,
hogar mancillado,
patria violada,
tierra sin agua,
campo sin semillas,
árboles sin ramas,
pueblo sin nada.

II

Como no reventar,
sin conciencia ya podría
sobrevivir vendiendo a los demás,
estallando de manera que
acto sea ejemplo de lindo final,
bomba que reparta mi odio,
metralla que destruya opulencia descarada,
entrañas que maten ciegos, sordos.

Hoy a sido uno de esos días en que
desconocido es motivo de noticia,
revientas en control militar,
compitiendo en sucesos sangrías,
devorando vidas ya lisiadas,
fractura, imposible futuro, no para.

III

La mujer bala se mantuvo
firme en aquel lateral del tejado,
en cuclillas y a veces acostada,
no permitía que blanco se escapara
sin mancha roja en entrañas,
en aquella cloaca de injusticia,
eterno instante los mantuviste a ralla,
tiro a tiro, se tenía que acertar,
la bala cargada de conciencia,
pequeñas bombas de mujer certeras
lazaban rallos, iluminando heridas
que por una vez eran del contrario,
cuentan que la última bala era de ella,
no pa´nadie, era ...pa´ cuando vinieran.

Pablo Hernández

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