[Actualizado] Represión deja al menos 10 muertos en protestas contra violencia policial en Colombia
Colombia vive un escalamiento de las protestas y los enfrentamientos. Varias ciudades de Colombia vivieron este jueves una nueva jornada de protestas por el asesinato policial del taxista Javier Ordóñez, quien perdió la vida tras ser violentamente sometido por dos agentes policiales que le aplicaron repetidas descargas eléctricas con una pistola táser en el barrio Villa Luz, y luego lo torturaron en comisaría.
Las manifestaciones contra la brutalidad policial han tenido epicentro en las ciudades de Bogotá, Medellín y Barranquilla. En algunas áreas se han registrados disturbios y enfrentamientos entre los represores y los manifestantes. La noche también estuvo marcada por la violencia de los actos de represión, ataques a los represores y bloqueos de carreteras.
Una de las situaciones más tensas se vivió en el barrio Zona Franca, oeste de Bogotá, en la localidad de Fontibón, donde cientos de vecinos formaron una cadena humana para evitar que los Comandos de Acción Inmediata (CAI) de la Policía atacaran a los manifestantes. Alejandra Pulido, de 25 años, dijo: “¿A cuántos van a matar hoy?”, “¡Nos viene matando la autoridad que nos debería proteger!”.
Solamente en Bogotá hubo 379 heridos, de los cuales 66 fueron impactados con armas de fuego policiales. El blanco de las protestas fueron nuevamente los Comandos de Acción Inmediata (CAI) de la Policía. La mayor concentración ocurrió en el CAI de Villa Luz, donde trabajaban los dos uniformados involucrados en el asesinato de Javier Ordóñez.
La Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los DD.HH. advirtió que hubo defensores de derechos humanos detenidos por la Policía en Bogotá y en Villavicencio, capital del céntrico departamento del Meta.
Al menos 10 personas perdieron la vida el miércoles en las protestas en Bogotá, capital colombiana, tras el asesinato de un taxista a manos de la Policía.
La ira por la brutalidad policial contra Javier Ordóñez ha avivado una llama que en Bogotá venía acumulada desde las protestas de 2019 y que, entre otras cosas, había paralizado la pandemia.
Diez personas murieron y más de 250 resultaron heridas, 66 de ellas por armas de fuego policiales, durante las protestas contra la policía por el asesinato de Ordóñez: “Una masacre contra jóvenes”, en palabras de la alcaldesa de la capital colombiana, Claudia López.
La mayoría de las víctimas mortales fueron jóvenes alcanzados por disparos de la policíua en la calle. Uno de los casos más impactantes fue el de Cristian Hernández, que según su familia volvía de trabajar y recibió un impacto de bala en la cara y murió en la calle, como quedó grabado. O el de Jaider Fonseca, de 17 años, que murió tras cuatro disparos mientras participaba en las manifestaciones y el de Julieth Ramírez, una estudiante de psicología e inglés de 19 años, víctima de una bala a quemarropa, entre otros.
A pesar de que los medios insisten en que Ordoñez era abogado, para no dar la impresión de que la policía solo ataca a pobres, la realidad es que este hombre tenía título de abogado pero se había quedado hacía tiempo sin trabajo, por lo que tuvo que comenzar a trabajar como taxista.
Javier Ordóñez, de 46 años, murió el martes en Bogotá, luego de que dos policías lo doblegaran con brutalidad y le aplicaran de manera excesiva descargas eléctricas durante largo tiempo, a pesar de que este les imploró que pararan los choques.
Juan David Uribe, amigo de Ordóñez, les dice a los uniformados: "(Él) les está diciendo que por favor. Los estamos grabando". Sin embargo, los policías continúan aplicando descargas eléctricas.
Ordóñez y otro amigo fueron detenidos y trasladados al Comando de Acción Inmediata (CAI). Según narró el amigo que vio al taxista en la comisaría, los policías le siguieron pegando hasta que lo habían "molido a golpes".
Ante la gravedad de sus lesiones, Ordóñez fue llevado a una clínica médica, pero poco tiempo después le informaron a su familia que había fallecido.
Profunda indignación
El crimen, captado en un vídeo, ha provocado una profunda indignación entre los colombianos que han relacionado el caso del taxista con la muerte del afroestadounidense George Floyd, quien en mayo fue asfixiado por un agente policial en Minesota (EE.UU.).
El miércoles, los colombianos realizaron multitudinarias manifestaciones en diferentes ciudades del país, en su mayoría se congregaron cerca de las comandancias policiales, mientras gritaban “asesinos, asesinos”.
Los graves disturbios provocados por la repetición de hechos de violencia policial arrasaron parte de la capital colombiana, sobre todo en las localidades de Bosa, Suba, Kennedy y Engativá. Según los reportes policiales, los manifestantes atacaron 27 comisarias locales (Comandos de Acción Inmediata, CAI) e incendiaron a otras 12.
La Policía colombiana reprimió fuertemente las protestas. Además del asesinato policial de cinco personas, confirmados por el ministro de Defensa de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, se registraron también decenas de detenciones y al menos 250 heridos, 58 de ellos por fuego policial.
Durante las protestas, los participantes en las protestas prendieron fuego a vehículos policiales, motos y camionetas forenses, así como buses de TransMilenio.
Brutalidad histórica
El asesinato del abogado colombiano ha reavivado las protestas contra la brutalidad policial en este país suramericano, donde ha habido muchos casos similares en el pasado.
El 25 de noviembre de 2019, el joven Dilan Cruz murió en Bogotá después de que un miembro del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía le disparara una bolsa llena de perdigones que le impactó en la cabeza. Cruz asistía a las protestas sociales contra del Gobierno del presidente Iván Duque.
Uno de los casos más escandalosos de la brutalidad policial en Colombia fue el del asesinato del menor de edad y grafitero Diego Felipe Becerra, en 2011. El patrullero Wilmer Alarcón le disparó por la espalda al joven mientras este dibujaba un grafiti en el noroeste de Bogotá.