Kurdistán: ¿la alternativa para Medio Oriente?

Songül Karabulut nos recibe en un amplio despacho del Congreso Nacional del Kurdistán (CNK), organización creada en 1999 y que reúne a partidos políticos, movimientos sociales, asociaciones culturales, sindicatos y personalidades que buscan una salida pacífica al conflicto kurdo.

Desde Bruselas, Bélgica, Karabulut -integrante del Comité Ejecutivo del CNK-, delineará las principales cuestiones de una problemática muy poco conocida en América Latina: la lucha del pueblo kurdo por lograr su autonomía y aplicar un modelo político y económico que se diferencie de los intereses de Estados Unidos en la región, como también de los actuales gobiernos en Medio Oriente.

Impulsado por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y por su principal dirigente, Abdullah Öcalan, el CNK es un centro para la diplomacia y las relaciones internacionales que permite la difusión de la actualidad política y social kurda. La creación de este organismo tiene que ver directamente con uno de los dramas que asolan a este pueblo desde hace años: la expulsión de su territorio y el crecimiento de la diáspora, principalmente ubicada en Europa.

“El problema kurdo tiene siglos y fuerzas internacionales son cómplices de este problema -asegura Karabulut-. No tenemos problemas solamente con Estados de la región como Turquía, sino con el imperio internacional que trata de bloquear nuestras actividades. El Occidente es el primer culpable de nuestra situación, porque los países imperiales, después de la Primera Guerra Mundial, participaron en el proyecto de división de Kurdistán. Estos imperios hacen todo para guardar este status quo, por eso no es fácil hacer diplomacia en nombre de los kurdos, ya que somos una alternativa al sistema que ellos construyen. La diplomacia de los Estados depende de los beneficios económicos. Nosotros hacemos diplomacia sobre nuestra legitimidad”.

El caballo de Troya en Medio Oriente

Finalizada la Primera Guerra Mundial, las potencias europeas (Francia e Inglaterra) dividieron Medio Oriente a su conveniencia y Kurdistán quedó sin un Estado. Desde ese momento, el pueblo kurdo y sus tierras quedaron afincados en el norte de Irak, Siria y Turquía, y en una porción de Irán. Debajo de esas tierras se encuentran uno de los más importantes reservorios de hidrocarburos del mundo.

Y desde ese entonces, el Estado turco se ha encargado de reprimir a los kurdos y las kurdas de forma sistemática. Situación agravada desde que ingresó al poder Recep Tayyip Erdogan, actual primer ministro.

El rol que cumple la administración turca para la región, Karabulut lo resume de la siguiente manera: “Turquía no es un país independiente, es un país que depende y está anexado a Occidente. Es casi la primera fuerza de la OTAN. El gobierno hace todo para decir qué es el mejor al servicio de Occidente. Es un país que aplica la política de Estados Unidos en la región”.

Desde el PKK aseguran que el partido encabezado por Erdogan aplica un proyecto “islamista moderado”, acorde con los lineamientos de la Casa Blanca: una fachada democrática y de tintes populares que permite aplicar una represión interna indiscriminada, inmiscuirse en asuntos ajenos (como es el caso de Siria) y profundizar un modelo económico neoliberal.

“Al principio, Erdogan tenía un discurso democrático, contra los militares y los golpes de Estado -expresa la dirigente de CNK-. Su partido tenía la simpatía de las fuerzas democráticas del exterior, pero después de diez años de gobierno la política y el sistema es peor. Estamos viviendo en una Turquía más antidemocrática que antes. Hay un proyecto de George Bush, el Gran Medio Oriente Democrático, y el partido de Erdogan forma parte de ese proyecto”.

Como ejemplo, Karabulut indica que la administración turca anunció una “política para resguardar la paz con todos los países” de la región. “Estos son discursos, porque ahora tiene conflicto con los países vecinos. Después de que Estados Unidos ha declarado a Irán y a Siria como diablos a matar, el Estado turco ha aceptado esa afirmación. Antes Erdogan y (Bashar) Al Assad eran amigos, existía una amistad personal, pero Estados Unidos ha dicho que tiene que haber guerra en Siria”, relata.

“Occidente presenta el modelo del islamismo moderado, pero ahora la máscara se ha tumbado y podemos ver mejor quiénes son. El partido de Erdogan es como el caballo de Troya de Occidente en Medio Oriente”, resume la dirigente kurda.

El futuro kurdo en Siria

“Siria es el futuro de Medio Oriente. Cada uno debe tomarlo como un ejemplo entre asirios, árabes, kurdos y turcomanos que viven y seguirán viviendo juntos fraternalmente. Es un gran ejemplo para Oriente Medio. Es una revolución, que es una victoria para todos los pueblos del Oriente Medio. Debe ser apoyada, tenemos que consolidar esta revolución”. Las palabras son de Öcalan, el máximo dirigente y teórico del PKK, encarcelado en Turquía desde 1999. Sus declaraciones aparecieron en boca de su hermano, Mehmet, el pasado 5 de marzo tras una fugaz visita a la isla de Imrali, donde funciona una base militar y Öcalan fue el único prisionero hasta el 2009.

Desde hace casi dos años, el norte de Siria es controlado por la guerrilla del PKK. El Ejército sirio y el gobierno de Al Assad retiraron las tropas de la zona, y la defensa quedó en manos de la insurgencia. Desde entonces, se han creado nuevos partidos políticos y se intenta aplicar una nueva forma de organización social, donde predominan asambleas populares. En ese panorama resalta la fuerza del PKK y su ideología, el Confederalismo Democrático, teoría de raíces marxistas pero con influencias del anarquismo y los pueblos originarios de Medio Oriente.

El PKK no busca crear un Estado kurdo, ya que lo considera un error que permitiría una división mayor de Medio Oriente. Por eso, en cada uno de los países donde se asienta el pueblo kurdo, la guerrilla reclama la autonomía, que desde hace algunos años es aplicada en las montañas de Kandil, ubicada en el norte de Irak, y ahora en territorio sirio.

Para Karabulut, la actual lucha en Siria es “estratégica porque si podemos aplicar el Confederalismo Democrático, no sólo va a cambiar la situación de los kurdos, sino que también de la región”. En esta lucha, uno de los principales desafíos para el pueblo kurdo en Siria es la derrota de los mercenarios financiados desde el exterior que operan en la región.

“El imperio le dice a los pueblos que tienen dos soluciones: con ellos o con Siria, pero ahora los pueblos van a ver otra alternativa de que se puede vivir mejor”, expresa la dirigente del CNK. “Es por eso que Al Qaeda está en el norte de Siria, porque el imperio tiene miedo. Somos optimistas, porque si insistimos este modelo puede expandirse. Vamos a hacer todo lo posible para aplicar este modelo, no solamente en el norte de Siria. Los kurdos discuten sobre el Confederalismo Democrático porque viene de su propia cultura”, afirma.

Por estas razones, Karabulut agrega que “los eventos en Kurdistán de Siria son primordiales. En esta región los kurdos se convirtieron en una tercera voz y están luchando contra los mercenarios. Hace dos años están construyendo otro sistema alternativo. El nuevo paradigma del movimiento y de Öcalan se practica en esta región. Mientras tanto, para aplicar la política del imperio Erdogan provoca una intervención contra Siria. Por ejemplo, el gobierno turco, con la complicidad de Estados Unidos, apoya de manera clara a una organización que ellos mismos declaran terrorista, como Al Qaeda. Todo esto demuestra que no podemos creer en la supuesta sinceridad del gobierno turco para lograr la paz”.

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