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Mundo :: 08/06/2014

Marx, Piketty y los ladrones de títulos

Maciek Wisniewski
Un libro que de Marx –aparte del título– no tiene nada, y que además desde el punto de vista marxista resulta problemático

Cuando murió Gabriel García Márquez, Juan Sasturain anotó que el autor de 'Cien años de soledad' no solo fue un notable fabulador, sino también un extraordinario titulero.

“–Quiero decir y me animo: sus libros no serían tan buenos con otros títulos” (Página/12, 18/4/14).

Acordándome de esto y acabando de leer al muy sonado 'Capital in the twenty-first century' (2014, pp. 671) de Thomas Piketty –el nuevo “economista superstar”– quiero decir y me animo: su libro no tendría tan buena recepción con otro título.

Sin la obvia (¿burda?) alusión a 'El Capital' de Marx que –dicho sea de paso– no solo fue un gran economista (y sociólogo), sino también un gran titulero (y hacia buena literatura).

¡Y vaya! Un libro que de Marx –aparte del título– no tiene nada, y que además desde el punto de vista marxista resulta problemático.

Difícil de decidir por dónde empezar y dónde acabar.

Veamos p.ej. la definición del capital: mientras para Marx éste era –sobre todo– una específica relación social, para Piketty –como para otros economistas neoclásicos– es solo un conjunto de bienes, “sinónimo de riqueza”, (p. 47-48).

O fragmentos donde se señalan –supuestas– limitaciones de Marx (p. 7-11) o rechaza la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia (p. 227-230) que despiertan serias dudas sobre si el autor ha leído a 'El Capital' o algún otro material de Marx.

He aquí una respuesta (New Republic, 5/5/14):

“–Entrevistador: ¿Podría decirnos algo sobre el impacto de Marx en su pensamiento y cómo empezó a leerlo?”

“–Piketty: En realidad nunca lo he leído... (¡super-sic!). (Solo) 'El Manifiesto Comunista', una pieza breve, fuerte. 'Das Kapital' creo que es muy difícil de leer (¡sic!) y no fue mi influencia (¡sic!)”

“–E: Porque por el título de su libro, parecía que le rendía un tributo.”

“–P: No, no, ¡para nada! La gran diferencia es que mi libro es sobre la historia del capital (¡sic!), y en el libro de Marx no hay datos (¡super-sic!)”

Algo así pudo decirlo solo alguien que ni ha visto a 'El Capital'... Y como al final dijo que leyó el 'Manifiesto', también decidió “robar” éste título publicando su 'Manifiesto por Europa' (The Guardian, 2/5/14).

Con esto ya bastaría, pero igual el marxista inglés Michael Roberts se tomó la molestia de desnudar más a Piketty (véase varias entradas en su blog: 'The Next Recession').

Solo una de las conclusiones (más generoso imposible): “Si se limitara a presentar sus datos sobre la desigualdad (¡él sí tiene datos! - MW), sería una contribución. Pero quiso más: corregir al marxismo (¡sic!) y reemplazarlo con sus ‘leyes fundamentales’ (¡sic!) según cuales se puede arreglar al capitalismo reduciendo las desigualdades”.

David Harvey, el experto en 'El Capital' señaló por su parte que aunque los datos de Piketty son valiosos, las razones de la desigualdad que da tienen fallas, que “capital” no es “riqueza” y que le haría bien leer a Marx, cosa que no hizo (davidharvey.org).

Michel Husson, el marxista francés, remarcó que su enfoque neoclásico simplemente distorsiona las verdaderas leyes del movimiento en el capitalismo (Contretemps, 10/2/14).

Incluso queriendo reconocerle algo como el cuestionamiento a los dogmas neoliberales (“desigualdades y meritocracia son buenos”), o un buen estilo y referencias literarias (Austen, Balzac, Dickens, etc.), uno acaba como Alan Nasser en su bastante matizada reseña (Counterpunch, 2-4/5/14), señalando más fallas: ausencia de la perspectiva del trabajo e ingenuidad política.

Todos los autores –incluido Marx, que con su 'Miseria de la filosofía' parafraseaba a Proudhon para atacarlo– “tomamos prestados” o “robamos” títulos ajenos; para jugar con palabras, evocar, criticar o para llevar mejor el argumento propio.

Éste columnista “atracó” últimamente dos veces a Foucault (La Jornada, 9 y 23/5/14); ahora “asaltó” a de Sica ('Ladrones de bicicletas', 1948). No hay nada malo en esto. Pero en el caso de Piketty, no solo resulta un poco patético, sino engañoso.

Así se puede escuchar que Piketty “actualiza a Marx para el siglo XXI” (¡sic!) o que “gracias a él, Marx está otra vez en boga” (¡sic!).

La crítica de las desigualdades se confunde con el anticapitalismo, o parece que las desigualdades son la “principal contradicción del capitalismo” (y no son nada esencial de este sistema de producción, más bien propio de todas las sociedades clasistas).

Si bien entre los marxistas hay fuerte debate sobre cuál es la principal contradicción (Harvey contribuye a él con su nuevo libro: 'Seventeen contradictions and the end of capitalism', 2014, pp. 336) las desigualdades ni están en la lista.

O lleva a otras confusiones incluso en nombre de buenas causas: aprovechando la confontación entre activistas que defienden el legado marxista por la publicación libre en internet de obras de de Marx y Engels (Lawrence & Wishart versus 'Marxists Internet Archive'), los medios ponen como un ejemplo de la actualidad de Marx el –supuesto– “diálogo que Piketty lleva con él en su bestseller” –¡sic!– (The Guardian, 5/5/14).

Para que no quede ninguna duda: la crítica de aquí no es la misma que le hace a Piketty la derecha (o 'Financial Times') tildándolo de “marxista” (¡sic!) y su análisis de “radical”; el problema es que éste no es suficientemente radical.

Piketty pretende –este es el objetivo de su libro– “salvar el capitalismo de sí mismo” y –promoviendo nuevos impuestos– “hacerlo funcionar para todos” (que es –bien apunta Roberts– un 'contradictio in terminis').

Según él “necesitamos al capitalismo”, pero “un poco más justo” ["un capitalismo como la gente", Pepe Mujica dixit]; más lejos de Marx, que abogaba por otro sistema, sin clases, imposible.

En algún momento Piketty muestra reparos por el título, pero –paradójicamente– por su segunda parte (“...in the twenty-first century”): “Tal vez era presumido ponerlo así en la víspera del siglo” (p. 35).

Curioso, ya que la más problemática resulta la primera (“Capital...”).

James K. Galbraith después de criticar duramente a Piketty, concluye así su reseña: “(...) a pesar de las grandes ambiciones su libro no es un trabajo completo con teoría sofisticada como su título, extensión y recepción sugieren” (Dissent, primavera 2014).

Por el bien del debate dejemos abierta la cuestión si 'Capital in the twenty-first century' es una “obra maestra” (como se asegura), o si Thomas Piketty es un “genio económico” (como se dice).

Lo seguro, es que es un pésimo titulero.

* Maciek Wisniewski es Periodista polaco.
La Jornada

 

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