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Se extiende la pobreza en España
Pablo Kundt
Mientras los beneficios de la banca se multiplican, ocho millones de españoles, un 20% de la población, viven en la pobreza.
La miseria crece sin cesar, alcanzando cifras jamás sospechadas. Del total de pobres oficiales, entre 1,5 y 1,7 millones de ciudadanos viven en una pobreza extrema.
El baremo para medir la pobreza lo fija la Comunidad Europea en la mitad del salario medio, definiendo como pobres a los que no alcanzan ese nivel de ingresos, que ronda actualmente las 40.000 pesetas mensuales. En Europa un 17% de la población vive en esa situación, según datos de 1995 de la Unión Europea.
Hay un importante volumen de población con ingresos inferiores al salario mínimo, unos cinco millones de hogares con ingresos inferiores a 679.180 pesetas anuales y casi un millón y medio no alcanzan las 20.000 pesetas. Entre los jubilados, los que no alcanzan el salario mínimo son casi un 60%.
Se cobran salarios por debajo del mínimo, es decir, menos de 800.000 pesetas al año y casi tres millones de personas perciben ingresos inferiores a esa cuantía.
El perfil de la pobreza ha cambiado en España en el último decenio: antes la mayoría de los acogidos en albergues eran hombres de unos 40 años y alcohólicos, y ahora son mujeres, jóvenes e inmigrantes.
Otro informe anterior de 1998 de la Fundación Foessa confirmaba que la pobreza en España cada vez golpea más a mujeres, a más jóvenes y niños. De ellos, casi un 66% tienen menos de 25 años. Entre los afectados por los distintos grados de pobreza hay un 44% de esas edades.
Una de las causas del crecimiento de la miseria es la creciente precariedad en el empleo. El número de asalariados con contrato temporal era del 5% en 1980; subió al 20% en 1987 y en 1995 ascendió al 35%, por lo que afecta a unos tres millones de trabajadores. Los contratos basura, que no dan derecho al cobro del seguro de desempleo, suman medio millón, bajo las denominaciones de contrato de aprendizaje, en prácticas o a tiempo parcial. Una vez despedidos, estos trabajadores no cobran ningún seguro. Además, los trabajadores a tiempo parcial cobran un 55% menos que los fijos según la encuesta del INE de 1996.
Como consecuencia de la miseria, los problemas conexos a ella se multiplican igualmente. El drama es el crecimiento de la exclusión social, que no sólo implica pobreza económica, sino todo tipo de problemas de acceso a vivienda, a educación, a salud...
El Instituto de la Mujer ha cifrado en 600.000 el número de prostitutas y, según datos de la Cruz Roja, el 7% de los menores de 16 años de los barrios periféricos se prostituye. Sólo en Madrid sobreviven 2.000 niños que carecen de hogar. Por toda España 55.000 vagabundos merodean por las calles sin familia y sin vivienda donde cobijarse, mendigando y sobreviviendo en las más duras condiciones de aislamiento personal.
El número de drogadictos se estima en unos 100.000 y el de alcohólicos oscila entre los dos y los cinco millones.
El número de presos se ha cuadruplicado en los últimos treinta años; actualmente es el más elevado de Europa en relación con el volumen de población y se sitúa en torno a los 45.000. En 1995 fueron detenidos 21.000 menores de 18 años acusados de algún delito y entre ellos 50 lo fueron por asesinato.
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Kolectivo
La Haine
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