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Los funcionarios de prisiones dan una paliza con tinte racista a un preso en Topas (Salamanca)
Este testimonio lo da un preso del Centro Penitenciario de Topas -Salamanca, desde el Módulo de aislamiento, al que llegó después de denunciar en la cárcel de Monterrosso -Lugo-, la explotación laboral que sufrían los presos.
"El pasado sábado, día 28 de abril de este año, sobre las seis y cuarto de la tarde, Mohamed Sadiki salía de la enfermería para curar un pie, al volver, estaba de guardia un funcionario de prisiones, al que se le apoda dentro de la cárcel como "Excalibur", así lo conocen tanto los funcionarios como los presos. Le dije que quería salir al patio el tiempo que me faltaba hasta entrar en las celdas, a lo cual me contestó que no tenía el derecho de salir al patio, que no me dejaba, a lo cual le contesté que le daba igual a él, que yo estuviese en el patio que en la celda, y sin mediar más palabra, cogió el teléfono y llamó a más guardias, y dirigiéndose a mi con tintes racistas y xenófobos como "Moro de mierda" "Te voy a quitar la chulería, moro...", llegaron los demás guardias con él a la cabeza, sin saber los otros lo que pasaba, comenzó a increparme y a tirarme de la ropa. A lo que les respondía que me dejara tranquilo, y que no me tocara, siguió empujándome... mientras los demás funcionarios no hacían nada, solamente viendo el panorama con las manos en los bolsillos.
Me llevaron hasta el final del pasillo, y contra la pared, rodeado de cinco
guardias, este funcionario siguió increpándome, en estos momentos
llegó otro guardia que no lo vi venir, y sin mediar palabra ni preguntar
lo
que sucedía, me roció con un spray, que me dejó, durante
un buen rato ciego y con problemas de respiración, a lo cual aprovecharon
estos dos a pegarme, tirarme al suelo y así patearme, darme puñetazos
, no le sirvió sólo con patearme, sino que sacó una porra,
lo único que pude hacer es cubrirme la cabeza como pude, y decirles porqué
me hacíais esto, que yo no había motivado la situación
para que me pegaran.
Siguieron, me esposaron con las manos para atrás, y tirado en el suelo
con la rabia le decía que, que valiente era hacer esto..., cobarde. Debió
ser que le dolieron las palabras, y que comenzó a pisarme la cara
con sus zapatos. En ningún momento estuvo presente ningún jefe
de servicios.
Me mandaron a enfermería, al principio de manera chulesca, después cambiaron las tornas y todo eran buenas palabras, diciéndome que tenía razón.
Fui atendido por la doctora, la cual tuvo que esperar que me calmara, se pasara mi rabia y disgusto, por la que se me caía lagrimas de impotencia.
Lo que más me duele no son sólo los golpes, sino también
la humillación a la que fui sometido, me tuvieron que asistir con oxígeno
ya que me costaba respirar por culpa del spray, lavarme los ojos ya que me escocían
y me dolían. Tuve que pasar la noche en la enfermería.
Este guardia estaba resabiado, ya que por la mañana se la quiso hacer
a otro preso, pero no lo consiguió y por la tarde la lió conmigo".
Agencia UPA
17/05/01
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La Haine
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