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He venido a Galicia por egoísmo
x Jesús García Blanca
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Estribaciones rocosas que descienden hasta el mar
en bruscos escalones recortados sobre el cielo gris; bloques de piedra
roja, metros y metros de espuma blanca, olas que se acercan como brumas
gigantescas…
Cuando pasas varias horas rascando esas piedras, recorriendo con los
dedos sus contornos laberínticos, acariciando con guantes alquitranados
los pequeños matorrales que nacen entre las grietas para desprenderles
algo de fuel sin arrancarlos del todo, empiezas a intuir lo que debe
haber sido esta invasión de la sombra para la gente que ha vivido
soñando despierta en estas costas de belleza quebrada.
Ni el agua –tan presente en los bosques, en los arroyos, en cientos
de charcos que reflejan el cielo, flotando como una atmósfera
mágica mientras caminas por parques de líquenes y callejuelas
de piedra- ni el viento –que arremete contra las figuras que se
afanan entre la arena mortificada por el fuel- borrarán la vergüenza,
la ignominia, la torpeza infinita, el desprecio, la manipulación,
el insulto, la mentira…
He venido a Galicia por egoísmo. Nada de solidaridad, nada de
altruismo, nada de ayuda desinteresada. Son mis playas, mis horizontes,
mi mundo; un trozo de mi alma, lo que han enmugrecido estos canallas.
Así que he venido a retirar fuel por puro egoísmo, de
forma interesada. Soy ciudadano del mundo y “mi única patria”
es la misma del pirata de Espronceda: la mar.
Santiago, 30 de diciembre
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