El negocio de la construcción en Sevilla: beneficio económico frente a necesidad

x Rubén Ibán
Especial para La Haine

Escapando, sorprendentemente, a la amenaza mundial de desaceleración económica Sevilla ha seguido creciendo en su PIB un 3,1% este año. El principal motor de este crecimiento sigue siendo la construcción, con una tasa de crecimiento interanual del 7,2% en el segundo trimestre(1). Ante la falta de otras actividades productivas, en Sevilla se pretende el crecimiento económico a través de una economía desarrollista basada en la construcción, se construyen pisos, polígonos, puentes, exposiciones universales,... La administración local lo impulsa en la medida de sus posibilidades, y sin embargo en Sevilla los barrios se caen a pedazos, sigue habiendo un buen numero de núcleo chabolistas, los polígonos de viviendas se convierten en guetos,... Mientras en la periferia, en el Palmete o en Torreblanca, hay zonas sin red de saneamiento o los mínimos equipamientos públicos, el ayuntamiento se dedica a obras faraónicas e innecesarias, mientras un buen numero de familias siguen viviendo en condiciones pésimas en el El Vacie o en Los Bermejales, desde el 97 no para de crecer el numero de viviendas libres construidas y su precio, del 25% en el ultimo año(2). No es solo que se construya sin necesidad, despilfarrando recursos aunque obteniendo beneficios, es que esos recursos deberían invertirse mucho antes en otros lugares.

La importancia de la construcción en Sevilla se inscribe en un contexto de políticas desarrollistas, en cuanto a este sector, en todo el Estado español. La construcción de vivienda lleva un ritmo frenético en los últimos años y sigue aumentando 475000 iniciadas en el 2001 en el Estado español lo que hace alcanzar enormes cuotas de benéfico tanto a constructores como a inmobiliarias.

Los precios del suelo y la vivienda.

En los seis primeros meses del 2001 el precio de la vivienda creció en un 16´6%, un 13% más que los sueldos de los trabajadores asalariados(3), desde julio del 2001 hasta julio del 2002 subieron un 15%(4). En el Estado español el pago de una hipoteca supone, hoy en día un 47,5% de la renta familiar de media, y esto teniendo en cuenta que se han multiplicado las familias en las que entran dos salarios en lugar de uno.

El Estado español ha vivido dos periodos de enorme auge de los precios del suelo. El primero viene de 1985 hasta 1992, potenciado por la gran cantidad de flujos de capital provenientes de Europa(5), durante este periodo el precio de la vivienda creció un 97%. A este periodo de auge, por supuesto, le siguió uno de crisis que duro hasta el 96, momento en el que empieza la nueva inflación de la vivienda, en el periodo 97-01 el precio de la vivienda crece un 50%. Sevilla no se queda a tras, sus valores respectivos para dichos periodos son subidas del 133% y del 48%, valores muy superiores ambos a los obtenidos en el resto de Andalucía.(6)

La otra cara de la moneda de la lógica neoliberal aplicada a la construcción es la cada vez menor intervención de la administración publica en el tema de la vivienda. La drástica reducción de las viviendas de protección social, no es un caso exclusivo de Sevilla, es la tónica general de todo el Estado. En el Estado español construcción de viviendas de protección oficial a pasado de ser un 50% en 1993 a un 7% en el 2001(7).

Mientras tanto según el ultimo censo de viviendas elaborado por el Instituto Nacional de Estadística en 1991 1de cada 6 viviendas permanecían desocupadas (un 16% del parque de viviendas), la mayoría en el Casco Antiguo (24´47% del parque de viviendas vacío). El despilfarro de recursos en cuanto a la construcción de viviendas es un hecho constatado en Sevilla, y aun así no se consigue cubrir las necesidades de la población.

Necesidad de vivienda.

Aunque los indicadores estadísticos nos dicen que el paro decrece en Sevilla, en gran medida gracias a la construcción, las perspectivas de empleo no parecen muy alentadoras, tanto para los trabajadores no cualificados como para la gran masa de universitarios que salen a un mercado laboral saturado, en su mayor parte, de licenciados. No sólo hablamos del gran numero de parados sino que también del gran numero de empleos precarios, con escaso salario o poca seguridad, lo que no incita precisamente a empezar a pagar una hipoteca. Esta generación de jóvenes que vive hasta una edad muy elevada bajo el techo de sus progenitores o que depende económicamente de estos, o que, en el mejor de los casos, ha de hacer enormes esfuerzos para conseguir su propio techo, es especialmente numerosa en Andalucía y por que no decirlo, en Sevilla. Aunque el gobierno adopte medidas para aumentar el consumo de viviendas, como la reducción de los tipos de interés, este tipo medio de consumidores no nos explica el consumo de la enorme oferta de vivienda (aunque muchos pertenecientes a este grupo sí contribuyen mediante grandes sacrificios personales). La verdad es que, a pesar de los problemas de la juventud sevillana para comprar una vivienda, según los últimos datos que se atrevió a publicar la delegación de urbanismo, 5000 viviendas permanecen desocupadas en el casco histórico y casi 20.000 familias carecen de techo propio(8).

A la pregunta ¿por qué sigue aumentando la demanda? responde el propio Instituto Nacional de Estadística, al afirmar que un 10% de la demanda corresponde a la compra de segundas viviendas y un 50% a inversiones de capital sin función de vivienda. El ladrillo se ha convertido en el refugio seguro de grandes cantidades de capital en previsión de futuras turbulencias en el mercado. La caída de la rentabilidad en los mercados de valores y los fondos de inversión dirigen una y otra vez a los inversores hacia la vivienda y el suelo se convierte en una segunda bolsa. Este tipo de operaciones son una especulación con el suelo, ya que estos capitales no se están revirtiendo en las actividades productivas, son por completo improductivos y sin embargo pueden producir grandes beneficios a sus poseedores provenientes de la imparable subida del precio de los suelos. La vivienda es un valor seguro y mientras el precio del suelo no deje de aumentar será una enorme fuente de beneficios para los especuladores.

Papel de la administración.

El principal papel de la administración en todo esto es la promoción de la construcción mediante políticas públicas claramente desarrollistas. Constituyen estas, por una parte, grandes operaciones propagandísticas para la reelección del partido en el poder al nivel administrativos correspondiente, y por otra, grandes incentivos para el sector de la construcción privada, bajo la pretensión de inyectar vitalidad a las economías locales. Sevilla es un claro ejemplo de este tipo de políticas, cuya necesidad en unos casos, o incluso utilidad y rentabilidad a largo plazo en otros, es más que dudosa. Estamos hablando de la Exposición Universal del 92, los puentes de Barqueta y Alamillo, el Tren de Alta Velocidad, los Mundiales de Atletismo de 1999, etc... a lo que hemos de sumarle las grandes obras de iniciativa privada que surgen de forma colateral a las publicas, hoteles de lujo, campos de golf,... Política que tiene todas las posibilidades de continuar en un segundo parque tecnológico, bajo la más que discutible excusa de falta de espacio en Cartuja, el gran centro comercial proyectado en dicha isla o la pretensión de acoger las Olimpiadas del año que les dejen.

El Estado es uno de los grandes beneficiarios de estas actividades (recalificación de suelos, impuesto sobre la vivienda,...) y las potencia en la medida de sus posibilidades. La administración local recauda impuestos de las constructoras por una parte y de la vivienda por otro. Al subir el valor del suelo, alza en gran mediada promovida por la administración como es por todos conocido, sube el valor catastral de la vivienda, se incrementa la contribución y otros impuestos a recaudar. La construcción además crea empleo, y el crecimiento paralelo de la construcción y el empleo es algo de lo que no duda en vanagloriarse la administración local en el "Informe Socioeconómico de la ciudad de Sevilla en el 2001”. El razonamiento se reduce a la simple ecuación: construcción= empleo= bienestar, algo que podrían haber dicho también los faraones cuando construyeron las pirámides. Es del todo cierto que la construcción esta absorbiendo un gran numero de mano de obra, lo cual no responde necesariamente al interés de los trabajadores. Es este un sector con inmejorables condiciones para la sobreexplotación de la mano de trabajo por la precariedad y temporalidad del empleo. Así que haciéndoles el juego a las empresas de la construcción, la administración ayuda a la acumulación de capitales y la transmisión del crecimiento a sectores relacionados como la producción de cemento, ladrillos... cumpliendo obedientemente con los dictados de la economía neoliberal “(...)poco importa si esto se lo gran en la producción de alimentos básicos, viviendas, perfumes o bombas y cañones”(9).

En Sevilla no hay ninguna actividad realmente productiva que justifique el crecimiento de esta urbe, así que tradicionalmente se a optado por la especulación y la construcción como principal negocio. La política de la administración se reduce en ocasiones a mera comparsa del interés privado, cuando no principal promotor de la barbarie desarrollista. El caso es que Andalucía, esquilmadas sus tierras, sometida a procesos de desindustrialización total desde los ochenta, marginada su población de jornaleros y desestructurada su flota pesquera, encuentra su función para con el sistema capitalista en actividades económicas orientadas a convertirla en un enorme parque de atracciones para Europa, tanto en su litoral, ya completamente destrozado, como en sus ciudades. Lugar de ocio, de segundas viviendas, de casas adosadas y de atracciones turísticas. Mientras tanto la población despedida de sus actividades tradicionales no encontrará otro camino de seguir para adelante, que poniendo ladrillos, sirviendo tapas a los extranjeros y en un futuro cada vez mas cercano, la emigración.

Notas:

1. Así lo afirma el Informe de Coyuntura Económica de la Provincia, elaborado por la Universidad de Sevilla.
2. Diario de Sevilla, 17/12/02.
3. Ibídem.
4. Ibídem de Julio del 2002.
5. “La burbuja inmobiliario-financiera en la coyuntura económica reciente (1985-1995)”José Manuel Naredo.
6. “El mercado de la vivienda de compra en Andalucía: pasado, presente y futuro” Lis Díaz Serrano.
7. Datos publicados por “El País” (Julio del 2002).
8. Datos publicados en el Correo de Andalucía.
9. “Estructura de clases y política urbana en América Latina” (1974) Emilio Pradilla Cobos.

26 de diciembre de 2002

 
         
   
 

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