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Retratos parlamentarios - Las fuerzas políticas
ante la ilegalización de Batasuna
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Andalucía Libre
Momentos trascendentales como la votación parlamentaria para
ilegalizar Batasuna y los posicionamientos previos (ver enlace) definen
bien a cada fuerza política.
Votaron a favor 295, PP-PSOE, Partido Andalucista y Coalición
Canaria. Se abstuvieron 29, Convergencia y Unió; Chunta Aragonesista,
Bloque Nacionalista Gallego e Izquierda Unida. Votaron en contra 10,
Partido Nacionalista Vasco, Eusko Alkartasuna, Esquerra Republicana
de Catalunya e Iniciativa per Catalunya-Verds.
De quienes votaron a favor, no vamos a ocuparnos de los españolistas
expresos y confesos. De los regionalistas canarios (nuevamente representados
en la tribuna por J.C. Mauricio, antiguo secretario general del PCE
en Canarias) sólo apuntar que en cada ocasión que se le
escucha, sorprende su capacidad para revalidar y elevar niveles de cinismo
y reaccionarismo que difícilmente parecen superables. Hay quien
dice que el portavoz del insularismo canario suele explicar con su verbo
desenvuelto mejor la política del PP que el propio PP. Para observadores
ajenos no deja de resultar llamativa la armonía discursiva resultante
de una síntesis en donde se mezcla la experiencia de un exestalinista
renegado con el manejo de una banda de tránsfugas de la UCD.
Escuchar a Mauricio defender que no hay presunto nacionalismo valido
más que dentro de la defensa de España, porque eso es
lo moderno, no tiene desperdicio. A anotar su cuidado de la imagen en
televisión, puesto de manifiesto cuando al cruzarse en la escalera
con Anasagasti (PNV) siendo canario, se hizo el sueco descaradamente
para no responder al saludo del vasco.
José Núñez, diputado del PA y candidato a la alcaldía
de Sevilla, por contra, al explicar su alineamiento contra los derechos
democráticos y detrás de las fuerzas españolistas
volvió a demostrar que la oratoria no es lo suyo. Que nuevamente
hubiéramos de escuchar como se usaba el nombre de Andalucía,
para hacer españolismo por parte de un partido llamado andalucista
producía no se sabe si más pena que asco o más
indignación que hartura. Sería parcial sólo decir
que el PA volvió a juntarse con quienes les aseguran las poltronas,
los sueldos y los negocios en la Junta y en los Ayuntamientos. Siendo
esto seguramente una razón de entidad -como cuando apoyaron últimamente
la invasión de Afganistán, la expedición colonialista
española en el Perejil o antes el mismo Pacto españolista
PP-PSOE- hay que considerar también el peso de la historia y
que esta fuerza siempre ha confundido interesadamente su presunta versión
del nacionalismo andaluz con el españolismo alienante y paralizador
del agravio comparativo y siempre se ha manifestado incapaz de hacer
avanzar un milímetro la conciencia nacional andaluza. Y es que
si a los del PP si se les rasca les sale el discurso joseantoniano,
a los del PA les sale un híbrido entre PP-PSOE; puede que por
tanto rebotado de por ahí refugiado en sus filas o porque el
grueso de sus mentores -Rojas Marcos, Arredonda, De los Santos, Uruñuela...-
iban de jóvenes para esto y se quedaron en una cosa como el PA.
Para colmo de cutrez y servilismo y para ser más españolistas
que los españolistas, el PA anda indignado ahora porque PSOE-PP
no le dejan -de momento- someter a voto en el Parlamento andaluz una
resolución de apoyo a la ilegalización de Batasuna. Así
les va y así nos va a Andalucía con semejantes piezas.
De los abstencionistas, CiU -que había votado a favor de la
ley- se explicoteo en términos jurídicos, dando consejos
de cómo es aconsejable ponerse guantes antes de meter las manos
en la mierda, de como hubiera sido mejor dejar que los jueces se ganasen
el sueldo, de los riesgos no fuera a ser que, por casualidad, algún
Tribunal internacional de esos tan inútiles que hay por Europa
le diera por ponerse proteston y lo mal que iba a quedar entonces la
democracia española, toda pringada ella... En fin, el partido
de Pujol hizo de su abstención un sí, pero, buscando no
perder demasiados puntos en Cataluña ni a un lado ni a otro y
mantener abiertas sus tradicionales relaciones con el PNV.
Del BNG -que había votado NO a la Ley y ahora se pasaba a la
abstención- decir que escuchándole parecía que
su sitio precisamente estaba donde votaba: a medio camino entre Labordeta,
el PCE-IU y CiU. Apoyo al proceso judicial; Galicia ante todo (o lo
que es lo mismo, no vamos a pagar costes por asuntos ajenos), temor
ante la presión mediática, etc. Triste discurso para un
diputado -Rodríguez- que ya de por si desprende tristeza y triste
situación para una fuerza que pretenda algún día
liberar su país -si es todavía el caso- reconocer que
no se tiene valor para hacer lo debido.
A Llamazares (PCE-IU) hay que agradecerle la claridad para situar a
IU en su sitio -como heredera del PCE- aunque su rigor histórico
sea tan escaso como abundante su desverguenza. Ahí que vino a
decir que -ojo- que el PCE había estado contra la el uso de la
violencia hasta contra el franquismo, con lo que de un plumazo rescribió
la relación del PCE con el Maquis antifranquista hasta que este
fue exterminado por el Régimen mediados los años cincuenta
(que por entonces el PCE combinara la lucha armada con la búsqueda
de pactos políticos que prefiguraban el que después hizo
en la Transición, es otro asunto). Un caluroso apoyo a Garzón
(al que le falto llamarle compañero); una defensa del Pacto de
Ajuria-Enea y de la Constitución española; un recordatorio
dolido de los meritos adquiridos por el PCE acompañado de un
llamamiento a PP-PSOE para restablecer puentes y que se les perdonara
que no se sumaban a la ilegalización con banderas desplegadas,
para terminar con un ejercicio de incoherencia supina al afirmar que
la ley en cuestión era inconstitucional -por lo que habían
votado antes que NO- pero llegado el caso de aplicarla no se oponían
a que así fuera, que ese es aquí el sentido de la abstención.
En resumen, un punto de encuentro (quizá sea a esto a lo que
llamen tercer espacio) entre la cagalera ante el acoso mediático
y el españolismo congénito; la revalida de que al PCE-IU
no puede comprársele un coche usado; la pena, al recordar que
sin los votos andaluces lo que quedaba del PCE-IU no aguantaba un chubasco
y estos estarían pronto en su casa (o en la casa común)
y un interrogante, ¿como puede alguien de izquierda y andaluz
-si es consecuentemente de izquierda y nacionalmente andaluz- aguantar
dentro del PCE-IU?. ¿Hacen falta más pruebas de que las
formaciones españolas (o de referencia y ámbito español,
si le damos al eufemismo) son esencialmente inútiles y no digamos
si son como el PCE-IU?. Por cierto, su antigua sucursal y próximo
referente en Cataluña -IC/Verds- tuvo la astucia, al menos, de
hacer el mismo discurso casi, pero votando NO.
Los vascos -PNV y EA- que votaron NO, no tuvieron su día. Lagasabaster
(EA) en el poco tiempo disponible apunto algunas criticas democráticas
a la ley, recordó la mayoritaria oposición política,
parlamentaria y social vasca a la ley y desperdicio segundos con un
llamamiento contra la crispación y por el dialogo, que no tocaba
y con el que, además, no le iban a perdonar desde los bancos
españolistas anteriores intervenciones más contundentes.
Lo de Anasagasti (PNV), simplemente, es para leerlo (mejor escucharlo).
Y es que al hombre -que se le nota que no traga a Batasuna ni en pintura-
le pone de los nervios las acusaciones del PP-PSOE de que el honesto
PNV son casi como ellos (aunque en este debate, al PSOE le tocaba el
papel de policía bueno, por aquello de mantener los puentes)
y así se adelantó un tanto inquiriendo si tras ilegalizar
a Batasuna estaban pensando también en ilegalizar al PNV.
La mejor intervención del día corrió de la mano
de Puigcercós (ERC). Desde la legitimidad de quien no venia de
la dictadura franquista (andanada al PP) ni había sido autista
con el terrorismo de estado (andanada al PSOE) remarcó que lo
de Euskadi era un conflicto político (como Irlanda del Norte
o Córcega) que tenía que tener soluciones políticas,
posicionándose hacia una salida irlandesa. Rechazó que
se aplicara una ley española a una nación como la vasca
que la rechaza; refirió los intereses electorales existentes
tras el asunto y las motivaciones orientadas a desgastar también
al Gobierno vasco y terminó constatando que ningún partido
catalán, vasco o gallego había votado que sí, lo
que era un favor forzado por la retórica, vistas las posturas
citadas, pero al que no pudo resistirse para disociar Euskadi, Cataluña
y Galicia del resto (dado que es catalán y el partido andaluz
que había allí mejor que no estuviera -porque cada vez
que habla sube el pan- no se le puede reprochar a priori que no tuviera
en cuenta a Andalucía).
Y así quedaron retratados para la historia.
Nota: Batasuna boicoteo las ultimas elecciones generales españolas
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