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Sin comentarios
Seguro que ustedes han visto la fotografía (si alguien no lo
ha hecho puede buscar en la hemeroteca más cercana del diario
El Mundo del 27 de agosto, página 10): tres valerosos
agentes de la Ertzaintza, armados únicamente con petos, cascos,
máscaras, guantes, porras y pistolas, logran reducir a una anciana
que participaba en la manifestación de Bilbao por la Autodeterminación.
El PSOE desenmascarado
El PSOE ha acabado situándose abiertamente donde siempre estuvo
para algunos en el asunto de la invasión-masacre-ocupación
de Iraq.
El factor desenmascarante ha sido la muerte del militar español
Martín-Oar. La condena de Aznar a los “terroristas”
ya nos la esperábamos: era un efecto dominó de matiz puramente
conceptual: si los grupos armados iraquíes que llevaron a cabo
el ataque contra la sede de la ONU –la misma ONU que lleva años
bendiciendo las criminales agresiones contra la Mesopotamia- no fuesen
“terroristas”, entonces los soldados norteamericanos no
serían “libertadores” y en consecuencia las tropas
españolas estarían colaborando en una invasión.
Sin embargo, las declaraciones de Caldera condenando el “atentado
terrorista” –exactamente por los mismos motivos semiológicos-
incurren en una contradicción explicable tan sólo porque
ambas posiciones del PSOE –la de “guerra no” y la
condena de hace unos días- se deben a motivos coyunturales que
ahora quedan perfectamente al descubierto.
Las matemáticas del poder
Pocos días ha que el CIS ha dado a conocer los resultados de
la enésima encuesta sobre intención de voto y valoración
de prebostes de la Partidocracia nacional. Que si el PP recupera tantos
puntos, que si el PSOE superaba en tantos puntos, que si Zapatero es
el líder más valorado con no se cuantas décimas
por encima de Aznar, que si Pujol, que si Llamazares, que si Beiras...
en fin, ya saben: puro anecdotario matemático-estadístico
de la oligarquía oligofrénica.
A mí, plin.
... y la campaña de desalojos de okupas continúa
Según el Instituto Nacional de Estadística, entre enero
y mayo del año de nuestro señor, el importe de los créditos
hipotecarios ha subido un 22’2%. Un estudio de CCOO afirma que
la vivienda –ese derecho constitucional, ya saben- ha subido en
Andalucía un 231’2%. Las crónicas provinciales hablan
de 700 grúas en Granada –300 de ellas en la capital. Recientemente
–29 de agosto- las páginas de economía de El
Mundo cifraban en 1’5 el número de viviendas por hogar
–ni que decir tiene que algunos no tenemos ni media y otros ya
no saben cómo gestionar tanto derecho constitucional forrado
de hormigón.
En Andalucía, parece que la cifra total –conocida y controlada-
de viviendas desocupadas o etiquetadas como “segunda vivienda”
es de 503.483, la mayoría en el litoral...
CSI: Control Social Inducido
Profesionales españoles de medicina forense criticaban hace unos
días –Ideal, 3 de septiembre- los efectos dañinos
que provoca la serie de TV “CSI”, ya que según ellos
traslada a la opinión pública la engañosa idea
de que los casos se resuelven en un santiamén: en los episodios
de 45 minutos los resuelven a pares.
Lo que no decían –porque ellos también están
en el ajo- es que la principal función subliminal de esa serie
es trasmitir una fe absoluta en la ciencia y especialmente en las aplicaciones
de la tecnología.
Por ejemplo: ahora se apunta la posibilidad de que los crímenes
de las dos chicas andaluzas –Carabantes y Wanninkhof- estén
conectados induciendo a la imaginería popular la idea de un asesino
en serie. Y el nexo de unión no es otra cosa que el resultado
de una prueba que según los televisivos turbo-expertos del CSI
y los ceñudos y enfadados expertos españoles que asesoran
a la prensa –aquí sí coinciden-, tiene una fiabilidad
del 99’9996 %.
Lo cierto es que las diversas técnicas de estudio del ADN tienen
enormes limitaciones intrínsecas y sus resultados están
sometidos a importantes apreciaciones subjetivas. Ya hemos denunciado
desde Cadizrebelde la engañosa propaganda relacionada
con la terapia génica y otras pretendidas aplicaciones
médicas de la mal llamada ingeniería genética.
Pero la utilización de estas técnicas para determinar
la culpabilidad o inocencia de alguien en un crimen plantea problemas
éticos y legales aún más intrincados.
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