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Trabajadoras de limpieza: Pan y rosas
La limpieza es un sector muy especial, con unas características muy concretas, que dan a estas huelgas un valor añadido que otras no tienen. En su inmensa mayoría son mujeres, trabajadoras. Socialmente, al haber recaído en nosotras los trabajos de limpieza vía «hogardulcehogar» es un trabajo no valorado, mal pagado (lo hacemos gratis en nuestras casas). Es un trabajo específicamente femenino. La mayoría de las contrataciones son a tiempo parcial. Esto lo reconoce hasta la patronal.
Desgraciadamente gran parte de la sociedad no considera esto como un trabajo, sino como una «ayudita extra» a la economía familiar. Esto suele perjudicar a la hora de considerarse ellas mismas trabajadoras y con los mismos derechos que el resto de la clase obrera. Seguramente lo que encuentran estas mujeres al llegar a sus casas, después de toda la jornada de piquetes, manifestaciones y demás no es lo mismo que lo que encontrarían si fueran trabajadores, recios ellos, después de una jornada de lucha.
En plena huelga de las trabajadoras de FCC me crucé con unos señores que salían del Ayuntamiento. Eran de ésos de traje, corbata y maletín. Eran de ésos que se consideran gente fina y bien educada. Pues ellos iban diciendo y esto es textual «joder, cómo se nos han puesto las marujas, oye...». Qué sinvergüenzas, qué poco respeto. Para ellos no eran, no son, más que marujas. Qué seremos para estos tíos las mujeres. ¿Dónde se queda el derecho de huelga? ¿Qué hay de unas reivindicaciones justas de unas trabajadoras peleando por sus derechos? Sólo somos mujeres. Esto no se les olvida ni a ellos ni a nosotras.
Asun Garcia - En nombre de Plazandreok
Kolectivo
La Haine
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