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Estado español :: 04/04/2011

Nueve presos del PCE(r) y de los GRAPO se suman a la huelga de hambre

Socorro Rojo Internacional
Ante la protesta, Instituciones Penitenciarias ha redoblado la presión sobre los presos y sus familiares, que relatan una brutal represión

Noticia relacionada:
Arenas comienza hoy una huelga de hambre indefinida (1/4/2011)
http://www.lahaine.org/index.php?p=52540

El colectivo de familiares y amigos de los presos del movimiento de resistencia antifascista ha comunicado que a la huelga de hambre iniciada por el Secretario General del Partido Comunista de España(reconstituido) Manuel Pérez Martínez "Camarada Arenas", se suman los siguientes presos políticos:

-Marcos Martín Ponce, preso político de los GRAPO, prisión de Morón de la Frontera (Sevilla)

-Xurxo García Vidal, preso político de los GRAPO, en Herrera de la Mancha

-Arantza Díaz Villar, presa política del PCE(r), en Brieva (Ávila)

-Concha González Rodríguez, presa política de los GRAPO, en Brieva

-Israel Torralba Blanco, preso político antifascista, en A Lama (Pontevedra)

-Mariangeles Ruíz Villa, presa política de los GRAPO, en Almería

-Natxo Varela Gómez, preso político de los GRAPO, en Mansilla de las Mulas (León)

-Encarnación León Lara, presa política de los GRAPO, en la cárcel de Murcia

-Manuel Arango Riego, preso político del PCE(r) gravemente enfermo, se suma con dos días de H.H. a la semana, en la prisión de Aranjuez

Relato de los hechos comunicado por los familiares de Arenas:

Entramos al presidio y ya desde el primer momento sentimos la tensión, no nos miran a la cara y sus instrucciones son secas. Carnet, foto y huella. Nuevamente huella, y paseo por el arco detector de metales.

con el resto de familiares. Ellos son conducidos al módulo de comunicaciones mientras que a nosotros nos llaman “¡¡vosotros por aquí!!”. Nos desvían a otro módulo, al módulo de aislados. La tensión se dispara, todavía no hemos visto a Manuel y no nos confiamos. El momento cada vez vez se torna más gris, gris oscuro como la penumbra que envuelve el mismísimo locutorio.

Una vez en el locutorio se vuelven a dirigir a nosotros para decirnos “¡ahora le traemos!”. A lo que nosotros respondemos con un “de acuerdo” a la vez que le pedimos al carcelero que vaya dando la luz, adelantándonos a lo que ya intuíamos y tratábamos de evitar. Pero efectivamente, no dan la dichosa luz... Pasados un par de minutos y vemos aparecer a Manuel, rígido y con el rostro serio, como nunca le habíamos visto. Detrás de él empiezan a desfilar 2, 3, 4 y hasta ¡5 funcionarios! Y otros 2 más que se suman después, enguantados y con porra en mano. Suponemos por las expresiones que han tenido sus más y sus menos. Vemos que nos mira fíjamente y que le cuesta reconocernos sin luz debido a su problema de visión.

Cuando nos reconoce nos dice extrañado que creía que venía a verle el abogado. Al decirle que no se preocupe que el abogado está fuera y que comunicaría después con él, acepta. Da un paso adelante, se introduce en el locutorio y es cuando se percata de que no han dado la luz (ya le sucedió en la última comunicación). Acto seguido vuelve a salir del locutorio y les dice educada pero firmemente, como es él, que tiene problemas de visión y que en esas condiciones no comunica.

Los funcionarios se ponen violentos a la vez que le piden que se calme, pero siguen sin hacer nada por iluminar el pequeño espacio. Uno de ellos, desde el otro lado, nos dice que nos cambiemos al locutorio número 1 que está más próximo a la garita de los funcionarios que tiene más iluminación, pero rápidamente le interrumpe otro y le dice que tiene que ser ahí y en esas condiciones, por lo que queda demostrado que es una provocación planeada, como los mismos carceleros suelen decir “ordenes de Madrid”.

Nosotros asistimos desde el otro lado al forcejeo y les gritamos que den la luz, que sólo es eso, que se trata de “un botón”. Aunque realmente somos conscientes de que no se trata sólo de “un botón”, ni de simple pereza, sabemos que no van a dar la luz, que se trata de un plan para que aceptemos sus condiciones, que traguemos y que nos sometamos... pero Manuel no se va a someter. Es eso, o perder la comunicación y aislarle aún más con ello.

Nos mira y nos dice que lo siente pero que sabemos a lo que nos enfrentábamos al venir. Nosotros le decimos que esté tranquilo, que somos conscientes y que no se preocupe por nosotros, que haremos los viajes que hagan falta. Se vuelve a los funcionarios y les escupe a la cara que no van a poder con él. Se da la vuelta y se marcha. No alcanzamos a escuchar sus denuncias, solo vemos como es seguido por los 7 “valientes” funcionarios armados, con las mandíbulas apretadas, como auténticos mastines.

Están rabiosos, no son suficientes, se estrellan contra la dignidad de un dirigente comunista que no se rinde. Eso es precisamente lo que quieren de él, que se arrepienta. Pues lo llevan claro.

Socorro Rojo Internacional

 

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