Acabar con la tauromaquia de una vez por todas
«Según datos estadísticos de AVATMA, la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia, facilitados por el Ministerio de Cultura (2019), los festejos taurinos han venido cayendo en un 73.4% desde el año 2007. Por otro lado, el 77.5% de los festejos taurinos se concentran en tan solo cuatro comunidades autónomas (Andalucía, Castilla y León, Castilla la Mancha y la Comunidad de Madrid). Además, el 78% de los españoles están en contra de las subvenciones a la tauromaquia, subvenciones que van desde la Política Agraria Común (la PAC), el Ministerio de Cultura, de Agricultura, por parte de las Diputaciones y también de los Ayuntamientos. Por tanto, estos espectáculos de tortura siguen vivos porque algunas instituciones se empeñan en seguir subvencionando estos eventos.»
«Finalmente, entre la juventud, el 84% de las personas jóvenes no se sienten orgullosas de vivir en un país donde las corridas de toros son una tradición. La tauromaquia está en decadencia, este hecho es indiscutible.»
Estas palabras las afirmaba la iniciativa «Cantabria contra la tauromaquia» el pasado verano de 2023 al calor de las protestas llevadas a cabo frente a la plaza de toros de Santander, en plenos festejos taurinos, dentro del marco de las fiestas de la ciudad. Unas protestas que destacaron por el repunte de personas antitaurinas presentes en la concentración. Cuestión importante ya que durante la última década la movilización antitaurina venía siendo cada vez más minoritaria, en una ciudad con años y años de experiencia en protestas antitaurinas promovidas por distintos colectivos sociales (no sólo animalistas-antiespecistas). El por qué no es fácil de responder. Sin embargo, como indican las anteriores afirmaciones, hay motivos para pensar que las pocas personas que se movilizan contra la tauromaquia no representan al amplio sector de la población que está en contra de dicho festejo basado en torturar y asesinar animales.
Por otro lado, por mucho que haya descendido el seguimiento de la tauromaquia, lo cierto es que existe un viga legislativa que da soporte y sostén a todo el entramado empresarial que hay en torno a las corridas de toros. Se trata de la Ley 18/2013, de 12 de noviembre, para la regulación de la tauromaquia como patrimonio cultural, pues dicho artefacto legal socava las competencias autonómicas y municipales para prohibir o regular estos espectáculos. Este hecho es clave, de ahí que la estrategia antitaurina actual pase por intentar modificar esta realidad como requisito indispensable para acabar con la tauromaquia. En ese sentido recomendamos el pódcast «La tortura no es cultura» del programa de radio Lluvia con truenos, que en mayo de 2021 ya apuntaba a esta cuestión. En Cantabria, un grupo de activistas ha comenzado recientemente a recoger firmas apoyando la iniciativa «NoEsMiCultura» que aboga por una iniciativa legislativa popular registrada el 4 de enero de 2024 para derogar la Ley 18/2013 de patrimonio cultural de la tauromaquia. A principios de febrero, la Mesa del Congreso la admitió a trámite y ahora disponen, tal y como cuentan en su web, de nueve meses de plazo para reunir un total de 500.000 firmas con el fin de que se pueda iniciar su tramitación en la Cámara del Congreso de los Diputados.
Esta iniciativa es promovida por una Comisión Promotora formada por personas de probada trayectoria en la protección animal. Un grupo de activistas y juristas se han comprometido a tirar adelante la mayor y más ambiciosa campaña social para que la tauromaquia deje de ser patrimonio cultural del Estado español. La iniciativa cuenta con el apoyo de un importante número de organizaciones de protección animal y del medioambiente, protección de la infancia y asociaciones culturales. Dicha iniciativa aporta datos actualizados como el escaso interés de la ciudadanía por los festejos taurinos, indicado por el propio Ministerio de Cultura en su encuesta de consumo cultural. Tan sólo el 8% acudió a algún festejo durante 2018 y solo el 5,8% asistió a un festejo en plaza.
Las últimas encuestas reflejan que más del 50% de la población española está a favor de prohibir o limitar las corridas de toros, o que casi 8 de cada 10 personas se manifiestan contra el uso de animales en la tauromaquia.
Sin embargo, conformarse con observar pasivamente los datos que demuestran la decadencia del interés taurino en curso no parece que sea una opción. Sólo con hacer un repaso reciente en lo que tenemos más cerca, el contexto territorial de Cantabria, podemos comprobar una serie de hechos que demuestran un apoyo institucional y de determinados sectores culturales a la tauromaquia, con una defensa pública abierta, descarada y ofensiva. Algunos de sus mayores ejemplos son los siguientes: el primero, la creación de una escuela taurina en Santander en 2021 por parte de la Asociación Taurina de Cantabria, con el apoyo institucional y mediático de la alcaldesa, Gema Igual. El segundo, el proyecto de Ley de Presupuestos de Cantabria para el año 2024, el cual incluye una partida de 50.000 euros bajo el concepto «Apoyo a municipios para promoción de la tauromaquia en el mundo rural. Riesgo de despoblamiento». El tercero es la declaración de 22 asociaciones vinculadas al mundo de la caza, la ganadería, la tauromaquia y la industria cárnica en rechazo a la «ideología» animalista y al antiespecismo en la Magdalena, con una importante cobertura mediática de periódicos de distinta índole. El cuarto es la presentación del círculo taurino cultural en el mercado de ganados de Torrelavega el pasado marzo para promover la actividad taurina.
La articulación de movilizaciones antitaurinas locales parece una necesidad urgente, sin restarle importancia al objetivo de acabar con la protección legislativa de la tauromaquia. En todo caso, sea en el frente que sea, la lucha antitaurina necesita volver a superar las fronteras de los colectivos específicamente animalistas para abordar esta problemática desde una perspectiva más amplia.
Como señalamos en 2023 en «Descentralizar y extender las protestas antitaurinas -La importancia de Santoña-», es importante recordar que organizar actos antitaurinos no implica ambiciosos planes ni ofrece ninguna dificultad. No es necesario crear una organización, ni una plataforma, ni un partido. Basta con juntarse dos o más personas desde la localidad donde se planifican festejos taurinos y empezar a echarle tiempo e ilusión, organizando actos sencillos y recabando apoyo de activistas de otros lugares, para aportar al fin de la tortura y el encierro, para acabar de una vez por todas con la tauromaquia desde la acción local en nuestros pueblos y en nuestros barrios.
Artículo Briega en papel Mayo 2024.
https://www.briega.org/es/opinion/acabar-con-tauromaquia-vez-por-todas