Al Qaeda y la guerra contra el terrorismo
Las realidades se falsean. Estados Unidos está bajo amenaza de ataque. A raíz del 11 de septiembre, la creación de este «enemigo exterior» ha servido para encubrir los objetivos económicos y estratégicos reales en pos de la guerra en Oriente Próximo y en Asia central. Emprendida por razones de autodefensa, la guerra preventiva se defiende como una «guerra justa» dotada de un mandato humanitario.
Como el sentimiento antibelicista aumenta y la legitimidad de la política de la administración Bush empieza a venirse abajo, deben despejarse las dudas acerca de la existencia de este ilusorio enemigo exterior. El contraterrorismo y la guerra de propaganda van entrelazados. El aparato de propaganda alimenta la desinformación en la cadena de noticias. Las advertencias contra el terrorismo tienen que parecer auténticas. El objetivo es presentar a los grupos terroristas como enemigos de Estados Unidos. Irónicamente, Al Qaeda –el enemigo exterior de EEUU y supuesto arquitecto de los ataques del 11 de septiembre- fue creado por la CIA.