Cospedal debería leer a Engels antes de hablar sobre “inculcar violencia a nuestros jóvenes “

La secretaria general del PP ha vuelto a desplegar hoy su discurso más rancio y fascistoide, aprovechando este domingo la inauguración XI Congreso de NNGG de Toledo. Ante sus cachorros ha asegurado que “aquellos que irresponsablemente están incitando a la violencia a nuestros jóvenes están un grave acto de irresponsabilidad para con los jóvenes, porque lo único que les van a generar es frustración, y también para con España”. Y no contenta con eso Cospedal se permite dar lecciones de moral, “a aquellos que están tratando todos los días de inculcar violencia y agresividad” a los jóvenes, que les enseñen “la capacidad de pensar por ellos mismos, de decidir y expresarse libremente, pero no incitarles a la violencia”.

Está claro que de lo que está hablando la Secretaria general del PP es de la campaña de escrache que los dirigentes de su partido están recibiendo por parte de los militantes de la PAH y de las preferentes, y que como se demuestra les está haciendo mucha pupa.

Las declaraciones de Cospedal no llegan tan lejos como la caverna, suena más bien como una llamada a filas a Rubalcaba y los suyos, a los que cita directamente, “He oído estos días a algunos representantes del PSOE y también de otros partidos políticos incitar a los jóvenes a actuaciones que no son desde mi punto de vista las mejores para ellos”.

La solución que propone Cospedal es confiar en el Plan de empleo juvenil porque es “un plan pensado para ellos y para que tengan nuevas oportunidades”. Un Plan firmado hace días por las manos traidoras de Toxo y Méndez, que ahora sirve a la representante de la burguesía para exigir la paz social.

De lo que ninguno de los dos partidos del régimen, ni sus acólitos sindicales, son conscientes es de la situación real de la juventud, y si lo son les es completamente indiferente, porque son sus recetas capitalistas hacia la Clase Trabajadora y hacia su juventud, sn las que verdaderamente generan violencia social, son las que están llevando a la calle miles de personas, y a la muerte a muchas de ellas. Son sus políticas al dictado de la troika las que están llevando a un callejón sin salida a una generación entera, sin posibilidad de estudiar porque no se lo pueden pagar, y sin poder trabajar con unas cifras de paro juveniles críticas que superan el 50 %, y cuya única alternativa que se presenta es convertirse en mano de obra barata para este sistema capitalista y genocida, o emigrar a otros países a buscarse la vida.

Pero que no se engañe la burguesía, intentar criminalizar las protestas no servirá sino para endurecer la lucha y en no mucho tiempo podemos ver como los pequeños escraches iniciales, se convierten en “Funas” al estilo chileno. El cinismo en el intento de criminalización ya lo desmontó Bertolt Brecht en una sóla frase “Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime.”

Pedir que Cospedal y sus cachorros lean es una utopía, pedir que lean y entiendan a Engels una locura, pero no estaría mal que le echaran un ojo al texto donde habla sobre la violencia ejercida por el capitalismo contra la sociedad, detallando las formas que adoptaba esa violencia contra la clase obrera en la Inglaterra del siglo XIX. Si lo hicieran, a lo mejor dejaban de decir tantas tonterías.

Si un individuo le inflige a otro una lesión corporal que lleva a la muerte de la persona atacada, lo llamamos homicidio; por otra parte, si el atacante sabe de antemano que el golpe será fatal, lo llamamos asesinato. También se ha cometido asesinato si la sociedad coloca a cientos de trabajadores en una posición tal que éstos inevitablemente llegan a un fin prematuro y antinatural. Su muerte es tan violenta como si hubiesen sido apuñalados o tiroteados [...]. Se ha cometido asesinato si se ha privado a miles de obreros de las necesidades vitales o si se les ha llevado a una situación en la que para ellos es imposible sobrevivir [...]. Se ha cometido asesinato si la sociedad sabe perfectamente que miles de obreros no pueden evitar que se les sacrifique en tanto se permita que estas condiciones continúen. El asesinato de este tipo es tan culpable como el asesinato cometido por un individuo. A primera vista no parece ser asesinato en modo alguno, porque la responsabilidad por la muerte de la víctima no puede imputarse a ningún agresor individual.Todos son responsables y aún así nadie es responsable, porque parece que la víctima ha muerto por causas naturales. Si un obrero muere, nadie imputa la responsabilidad de su muerte a la sociedad, aunque algunos se darán cuenta de que la sociedad ha dejado de dar los pasos que impidan que la víctima muera. Pero se trata de asesinato de todas maneras. Federico Engels