De nuevo el fascismo
En la última semana hemos podido leer informaciones sobre diversas detenciones de miembros de grupos y partidos fascistas en el territorio español. Una muestra del aumento significativo de militantes y acciones de este tipo de agrupaciones. Sin embargo, el fascismo rojigualda es una rara avis dentro del panorama creciente de los partidos nacionalistas y xenófobos en toda Europa, como demostraron los resultados de las recientes elecciones al parlamento de Bruselas.
El aumento de votantes de las organizaciones nacionalistas, xenófobas o fascistas en el estado español, pese a existir, queda lejos de lo sucedido en otros territorios europeos, como Francia, Grecia, Reino Unido, Bulgaria o los países nórdicos. El nacional-catolicismo hizo mella en la conciencia ultraderechista española y le ha convertido en algo distinto del fascismo europeo, quizá esta sea una de las razones del porqué de su leve ascenso en comparación con el resto de Europa.
La ultraderecha española sufre un conflicto de variantes ideológicas, así como una lucha individualista por llegar a controlar la mayor parte de votantes. Una auténtica pelea de gallos por el control del corral. Separaremos de este panorama a partidos como el Partido Popular, que alberga en sus filas a elementos que simpatizan con esta ultraderecha y que con gran torpeza se dejan fotografiar con banderas y símbolos nazis y franquistas, por desgracia habitualmente; o al recién creado VOX, una alternativa más a la derecha que los populares, que busca su hueco en la política nacional, ante un panorama de desmoronamiento gradual de los dos partidos mayoritarios que han sustentado el bipartidismo.
La ultraderecha española incluye posiciones clásicas del nacional-catolicismo vinculadas a partidos como Alianza Nacional, Nudo Patriota Español o Falange Española, que acudieron a la cita con las urnas bajo la marca La España en Marcha. Otra variante del nacional-catolicismo optó por una marca distinta con un mensaje e imagen más populista, que agrupaba a asociaciones tan dispares como Partido Familia y Vida, Comunión Tradicionalista Carlista y Alternativa Española, bajo la marca Impulso Social. La última de las propuestas autodenominadas católicas es la de Falange Española de las JONS, de carácter nacional-sindicalista, pero con un claro sentimiento católico.
Otras organizaciones son variantes populistas del fascismo, como las representadas por la Plataforma X Catalunya de Josep Anglada o la España 2000 de José Luis Roberto, que tratan de hacerse un hueco en la política estatal pero que no concurrieron a las elecciones europeas, solicitando ambas la abstención. Por último, un enfoque denominado como nacional-revolucionario representado por el Movimiento Social Republicano y Democracia Nacional, una corriente que entronca con los peligrosos partidos nacional socialistas europeos como el griego Amanecer Dorado y el húngaro Jobbik, partidos relacionados con graves incidentes de violencia, como el asesinato del antifascista griego Pavlos Fyssas o raids contra gitanos y judíos en Hungría.
España, el odio al independentismo como mecha
La unidad nacional es el nexo común que une a todo este abanico de partidos. Fuera de este concepto, amplias son las diferencias entre ellos. Tantas como las luchas entre líderes individuales que trabajan por acceder a una mayor parte del pastel fascista. Quizá esta es otra de las claves que hacen que la ultraderecha española no crezca al ritmo del resto de partidos europeos.
Uno de los momentos álgidos para la ultraderecha española, a nivel propagandístico, tendría lugar en Madrid, pero con un objetivo catalán. El ataque a la Centre Cultural Blanquerna obtuvo la cobertura mediática buscada por los militantes de Alianza Nacional y Democracia Nacional que perpetraron el asalto. La entrada violenta estuvo protagonizada por ultraderechistas con antecedentes por delitos graves, incluidos algunos de sangre, como el asesino de Guillem Agulló, Pedro Cuevas o Eduardo Clavero, cantante del grupo Batallón de Castigo, también condenado por asesinato y con su condena cumplida. De los doce detenidos por el ataque de Blanquerna, ocho han concurrido en las listas de las elecciones europeas por La España en Marcha o por Democracia Nacional. Aunque todavía no se ha celebrado juicio por el ataque, se barajan penas que podrían quedarse en ridículas multas de 300€.
La Fiscalía denuncia a los líderes de Alianza Nacional y FE Falange Española
La escalada anticatalanista de la ultraderecha española le llevó a celebrar el día de la hispanidad en Barcelona. A la concentración acudieron representantes de fuerzas políticas y asociaciones fascistas de todo el estado español. La manifestación y posterior concentración en la Plaça Sant Jordi de Barcelona finalizó con los discursos de Pedro Pablo Peña, fundador de Alianza Nacional y Manuel Andrino Lobo, líder de FE Falange.
El día antes de la concentración se produjo la primera denuncia ante la Fiscalía Provincial de Barcelona. El Ajuntament de Sabadell, a través de la Regidoria de Drets Civils i Ciutadania, presentaba una denuncia por sendos escritos que, firmados por “Ultras Sur” y “La España en Marcha” incitaban a la comisión de actos violentos durante la celebración del día de la hispanidad.
La del Ajuntament de Sabadell fue la primera denuncia, y a ella se le unirían las del Director de Serveis Juridics de l’Ajuntament de Barcelona en la misma fecha, así como del Sindicat de la Image-UPIFC, vinculado a Comisiones Obreras, que presentaría la suya el día 15 de octubre. Aparte de las tres denuncias recibidas por la fiscalía, también se recibió una escrito remitido por la Defensora del Pueblo, que reflejaba una queja ciudadana por los mismos hechos.
Los discursos de Pedro Pablo Peña y Manuel Andrino no estuvieron exentos de mensajes de incitación al odio, palabras que el propio Peña repetiría ante las cámaras de Mediaset. “No habrá ni un atentado contra la nación que quede sin respuesta”, “no habrá secesión de Cataluña si no es a base de mucha sangre” o “ya conocemos cual es el camino, el camino a lo mejor es la violencia” fueron algunas de las frases que pronunció Pedro Pablo Peña. Manuel Andrino se mostraba igualmente enérgico: “… que no lo duden, estamos dispuestos a morir, pero también a matar por España, faltaría más”. Las palabras lanzadas en estos discursos promovieron la citación, en calidad de denunciados, de ambos dirigentes ante los Mossos d’Esquadra. Ambos optaron por no acudir a dichas citaciones, solicitando declarar en Madrid.
Las investigaciones continúan, y se espera las declaraciones de los dos líderes ultraderechistas, que todavía no se han producido. La Fiscalía de Barcelona también ha solicitado al Ministerio de Interior que facilite los estatutos tanto de FE Falange como de Alianza Nacional, con el fin de certificar que Peña y Andrino constan como miembros de dichas organizaciones. Por las declaraciones vertidas, así como por la organización del acto, ambos pueden ser condenados por delitos de provocación al odio, violencia o discriminación, así como de injurias graves con publicidad dirigidas contra Instituciones del Estado.
Detención de miembros de Liga Joven y MSR en Madrid
La semana pasada fueron detenidos en sus domicilios doce miembros de Liga Joven, organización estudiantil vinculada al Movimiento Social Republicano. Los detenidos están acusados del ataque a la Universidad Autónoma de Madrid, en la que entraron encapuchados, golpeando a una persona, así como de reventar otros cuatro actos organizados por colectivos de estudiantes. Todos los detenidos quedaron en libertad con cargos, pero se les acusa de supuestos delitos contra los derechos fundamentales, así como de asociación ilícita, aunque esta segunda acusación será desestimada pues tanto el Movimiento Social Republicano como Liga Joven, son asociaciones legalizadas, siendo públicos sus estatutos.
Las detenciones han sido impulsadas por la denuncia efectuada por desde el Sindicato de Estudiantes, tras el último ataque sufrido, en el que el portavoz del sindicato, Tohil Delgado, fue uno de los agredidos. Así mismo, según informó eldiario.es, Izquierda Unida también había expresado su preocupación a la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, por lo que consideraba una campaña de violencia orquestada contra el Sindicato de Estudiantes.
Estos ataques no son un caso aislado de las universidades madrileñas, sino que en el último curso, se han producido en diversas ciudades del estado español. Aragón no ha estado exento de este tipo de agresiones, y son varios ya los actos promovidos por diversos colectivos estudiantiles que han sido interrumpidos por acciones organizadas por miembros de Liga Joven o Respuesta Estudiantil.
Este tipo de organizaciones, así como los ataques hacia otro tipo de organizaciones de estudiantes, reflejan el aumento de este tipo de movimientos juveniles, ante los que no se puede mirar a otro lado. Estas organizaciones han adquirido cierto protagonismo en las universidades, lo que ha provocado situaciones de tensión y violencia en manifestaciones y actos estudiantiles.
Vigilar y no olvidar
El crecimiento de asociaciones y partidos, así como las acciones violentas cometidas por los mismos, aunque todavía no es comparable a lo que sucede en otros territorios europeos, no es desdeñable. En las elecciones europeas del pasado mes de mayo, organizaciones españolas de carácter ultranacionalista y xenófobo han recibido decenas de miles de votos.
La competencia que mantienen los líderes de los partidos de ultraderecha en el estado español genera una división del voto, que le resta poder. Sin embargo, el crecimiento de este tipo de organizaciones, así como el número de seguidores, sobre todo jóvenes, debe hacer mantener la vigilancia ante estos comportamientos.
Parece obligado recordar que quienes fomentan estas organizaciones, camuflan sus verdaderas motivaciones ultranacionalistas y xenófobas en mensajes populistas y pseudo-revolucionarios, que pueden ser de gran atractivo, sobre todo en ciertos sectores de la juventud. Desenmascarar estas organizaciones debe ser prioridad de las asociaciones estudiantiles de todo tipo, pues es la mejor manera de desmantelar este tipo de grupos.
Pese a que la situación en el estado español del fascismo no parezca alarmante, el más leve crecimiento del mismo merece nuestra vigilancia. El panorama que han arrojado las urnas en las elecciones europeas es altamente preocupante, nos obliga a encender todas las alarmas. No debemos olvidar que el Parlamento Europeo, queramos o no, dirige las decisiones de nuestros políticos más cercanos. El repaso a la historia del continente nos obliga a no cejar en la vigilancia del fascismo. El antifascismo, ahora más que nunca, debe ser una obligación.