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Estado español, Medio Oriente :: 25/08/2011

El Estado palestino

Miguel Ángel Llana
En respuesta al artículo de Fernando Villalonga, Cónsul General de España en Nueva York

Así se titula el artículo [ver abajo] que este Cónsul, funcionario del Estado español a cargo de los impuestos de todos, que ha tenido la osadía de escribir y la no menos de que se lo publicaran.

Desmenuzar cada una de las ocurrencias, por no decir barbaridades, que expone en lo que pretende que sea un análisis o juicio de la situación, sería una tarea demasiado fácil por simple.

Sólo unas observaciones.

1.¿Cómo es que un diplomático al servicio del Estado se permite sentar doctrina y posición suplantando al Gobierno, a las Cortes, etc? También es grave que ni desde un lado ni de otro nadie lo llame a capítulo.

2. Resulta que la preocupación de este Cónsul es la cautividad de un soldado, mientras que se olvida de los 11.000 palestinos en poder del ejército sionista desde hace décadas muchos de ellos. El soldado pertenece al ejército ocupante, mientras que los once mil, además de ocupados son presos entre los que se incluyen niños, mujeres y ancianos, pero esto el Cónsul ni siquiera lo menciona.

3. El Cónsul afirma que sólo se fía del Consejo de Seguridad de la ONU, controlado por cinco países con poder de veto, mientras que en su opinión, la Asamblea General de la ONU, formada por 193 países, no le merece confianza alguna, sino al contrario, ya que de entrada y sin más califica a la "Asamblea general con mayoría de Estados poco parciales ante el conflicto" (sic). Es decir, viva la democracia del veto y abajo la Asamblea General.

Por otra parte no deja de ser un grave insulto a los palestinos llamar “conflicto” a lo que es una ocupación, acompañada de expulsión, destierro y de expropiación de todos sus bienes.

4. El nivel de conocimientos de historia de este Cónsul, de la historia de Oriente Medio en concreto y en especial de la de Palestina, tiene tanto de pobre como de sesgada. Pero más allá de caer en la ingenuidad diría que su historia es sobre todo interesada, o dicho de otro modo, no da puntada sin hilo.

Ah, la parte más poblada de Palestina no es Gaza, sino Cisjordania, salvo que este Cónsul considere que los asentamientos sionistas y las expropiaciones salvajes ya hayan finalizado y ahora todo sea territorio bajo el imperio del apartheid.

5. Occidente y sus instituciones "exigieron" unas elecciones en Palestina. Allí acudieron observadores de todo el mundo y todos coincidieron en que habían sido limpias, a pesar de los impedimentos de todo tipo urdidos por el Israel. Pero sucedió lo inesperado, es decir, los palestinos se "equivocaron" y votaron a quien no debían, a Hamás, quien cometió un grave error: no se avino a pactar la ocupación y mucho menos el exterminio que el sionismo israelí pretendía y pretende consumar.

6. Señor Cónsul, cansado de rebatir a defensores ultras del sionismo y del apartheid como usted y, aunque sólo sea para terminar, dígame por favor si el Estado al que usted tanto defiende y considera víctima ha cumplido una sola Resolución de la ONU, una cualquiera de tantas como le han impuesto. Y, por el contrario, por otra parte, dígame si se ha cumplido una sola de las resoluciones dictadas por la ONU a favor de Palestina, a favor del Estado que ni siquiera lo es por decisión de gente como usted.

Señor Cónsul, sólo le deseo a usted que no le suceda lo mismo que a los que al parecer usted tanto odia y denigra, que no le suceda que nadie entre en su casa violentamente, le arrebate sus pertenencias, le eche a la puta calle o al destierro y encima y además le llamen terrorista por protestar.

En lugar de continuar con más consideraciones, con gente como usted, la mejor reflexión en detrimento de sus propios argumentos es, sin duda, la lectura de su propio artículo, porque usted mismo se delata, tanto en la forma como en el contenido. Porque como funcionario entiendo que debería ser más recatado y como ciudadano no puede convertir a las víctimas de la ocupación en terroristas y a los ocupantes en víctimas, salvo que quiera ser cómplice de varios crímenes, el primero de ellos el de genocidio.

Señor Cónsul, usted a mi no me representa ni en Nueva York ni en ninguna parte por mucho que cobre de los impuestos del Estado, porque usted defiende y representa la ocupación, porque usted lidera el sionismo y el apartheid que es a lo que realmente está propiciando y, por ello, de quiénes debiera cobrar porque, simplemente, es a los que usted está sirviendo.

La Haine
www.asturbulla.org


El Estado palestino

Las trabas al proceso de paz que puede provocar el reconocimiento de Palestina.

A la vuelta del verano, la ANP (Autoridad Nacional Palestina) ha anunciado que va a solicitar a las Naciones Unidas su reconocimiento como Estado. Muchos de ustedes y gran parte de la comunidad internacional pueden simpatizar con la idea, no es mi caso, como forma de compensar a un pueblo desposeído de parte de su tierra y compelido desde la creación del Estado de Israel a la diáspora y a la miseria. Hasta ahí nada que objetar si la cosa fuese así de sencilla. La simpleza del planteamiento se extiende a argumentos como el que incluso Israel contempla como base de solución del conflicto el concepto de dos Estados y que éste reconocimiento por el «cuerpo democrático del planeta», que se cree es la ONU, ayudará a retomar unas negociaciones por demasiado tiempo estancadas ... por culpa de Israel. (Así piensan, no se engañen, quienes creen en la solución ONU para el Estado palestino.)

Pero la realidad, por mucho que nos disguste, dista mucho de acompañar esta idea tan altruista. Por lo pronto el Estado que se quiere reconocer es un engendro que en su mayor parte, al menos en el territorio más poblado y con autonomía real que es el de Gaza, es regido por un grupo terrorista llamado Hamas (la categoría, como a ETA, se la da incluso el Parlamento europeo), que no reconoce ni siquiera el derecho a existir del Estado de Israel. Un grupo que tiene secuestrado, que no preso, desde hace 5 años a un pobre soldadito enfermo llamado Guilad Shalit. A Guilad no lo ha podido visitar ni la Cruz Roja Internacional. Un grupo facineroso que hasta hace dos días no reconocía a la ANP ni a su líder Mahmoud Habbas -la cara moderada de los palestinos, pero que no manda ya ni en la Mutaka- y que acaba de romper una supuesta tregua que había mantenido desde hace casi dos años asesinando otra vez a soldados israelíes y lanzando cohetes «Qassam» y misiles «Grab» contra poblaciones civiles del sur de Israel.

Hamas y su universo de facciones yihadistas ha seguido impunemente cotrabandeando armas desde el Sinaí en todo este tiempo y con ello ha puesto en peligro, como acabamos de ver, a uno de los pocos pilares sobre los que se debe construir la paz como es la colaboración egipcio-israelí que tanto costó forjar en Camp David. ¿Es este el contexto de avance que deseamos? Yo no.

Hamas sigue dirigiendo Gaza con mano de hierro sin permitir la disidencia -democracia para nosotros- e imponiendo una ley islámica intolerable a las mujeres en la calle y en el hogar y a los niños en las escuelas. ¿Es este el Estado palestino que usted quiere reconocer ? Yo no.

Además la vía onusiana por la que se plantea ese reconocimiento del Estado palestino tiene tantos inconvenientes que puede dejar el proceso de paz hecho jirones y en más que en evidencia a los verdaderos simpatizantes de una Palestina libre y democrática. Por lo pronto, el reconocimiento de un Estado en la ONU sólo lo puede realizar el Consejo de Seguridad y planteadas las cosas así, a lo machote, se imaginarán ustedes que los EE UU tendrán que vetar una resolución que dejaría aislado al Estado de Israel para que la Asamblea general con mayoría de Estados poco parciales ante el conflicto acabe decidiendo lo contrario y otorgue un estatuto de observador, que es lo que puede, a Palestina. ¿Es eso lo que se pretende, dejar en evidencia a la Administración Obama que es la mayor aliada que la causa palestina ha tenido en décadas en Washington? Flaco favor a la causa.

¿Y Europa? Si algo le faltaba a nuestra Unión Europea ahora es una mayor desunión en temas internacionales. El Tratado de Lisboa se nos impuso con calzador repitiendo los referenda allí donde fracasaban hasta conseguir el sí en aras de una política exterior unida y una voz fuerte en el mundo. El jarro de agua fría vino cuando se nombró para guiarla a políticos sin experiencia ni liderazgo, pero sumisos. O sea, que ni tan fuerte ni tan unida. Ahora el reconocimiento del Estado palestino, al que tan alegremente parece que se ha unido España, va a traer más desunión si cabe en Europa, que se volverá a expresar en la ONU como una jaula de grillos con diferentes posturas y no con una posición común y coherente que es lo que en teoría perseguía el Tratado de Lisboa. Con el euro al borde del abismo, Grecia, Irlanda, España e Italia con grave peligro de suspender pagos, el desempleo rampante por doquier y el fantasma de la recesión amenazando violentamente en la Puerta del Sol, en Tottenham o en Berlín, ¿a quién quieren distraer ahora con Palestina? A mi, no.

Y en fin, conseguido el estatus de observador, con Hamas envalentonada, Washington humillada, Israel más aislado y la Unión Europea dividida, ¿creen que el proceso de paz avanzará en esas condiciones? Yo no. De lo que sí estoy seguro es que los dictadores del mundo, con Irán a la cabeza, se frotarán las manos en la creencia de que ya habrán dado un paso más para lanzar a los judíos al mar. El proceso de paz, créanme, les importa un bledo. A mi, no.

FERNANDO VILLALONGA CÓNSUL GENERAL DE ESPAÑA EN NUEVA YORK

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