El periodista Pablo González cumple 1 año de prisión en Polonia con complicidad del Gobierno español
Este martes se cumple un año de la detención del periodista por las autoridades polacas. Se encuentra en prisión preventiva y bajo un estricto régimen carcelario. Todavía hoy no hay fecha de juicio ni acusación formal. Un escandaloso ataque a la libertad de prensa con el Gobierno español mirando para otro lado.
En la madrugada del 28 de febrero del 2022, agentes de los servicios de seguridad polacos detuvieron al periodista freelance Pablo González en el hotel donde se alojaba. Se encontraba por aquel entonces en la localidad polaca de Rzeszow, cerca de la frontera con Ucrania, realizando la cobertura de la llegada de personas refugiadas de la guerra que recientemente comenzaba.
El periodista fue acusado de “prorruso”, de espionaje y de “actividades contra el Estado polaco", bajo el pretexto de su dominio del idioma ruso y su doble nacionalidad rusa y española [nieto de exiliados, nació en Moscú y se mudo al Estado español con su madre siendo él un niño]. Los servicios secretos ucranianos le requirieron para que se abstuviera de informar con una línea que consideraban demasiado prorrusa, lo que ni siquiera se sostiene atendiendo a sus últimos reportajes y tuits previos a su detención.
Tras un año, sigue sin haber fecha de juicio ni acusación formal. La Fiscalía polaca sigue sin presentar pruebas que avalen un supuesto delito de espionaje y alargando sucesivamente la prisión preventiva, que el pasado 15 de febrero se prorrogó de nuevo, hasta el próximo 24 de mayo 2023 y que podría seguir durante años con total impunidad.
Un caso escandaloso de vulneración a las libertades de prensa y comunicación ante el que el Gobierno español mira para otro lado. El propio Ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, decía hace unas semanas en el programa “Al Rojo Vivo” de La Sexta que Pablo González se encuentra asistido conforme a la legislación polaca, que se respetan sus derechos y que se cumplen los plazos legales. Un gesto de complicidad liberticida con su aliado polaco en la OTAN.
Hace tan sólo unos días que la Justicia polaca enviaba a la Audiencia Nacional una comisión rogatoria para preguntar si Pablo González cuenta con la nacionalidad española. Dato que es una obviedad cuando ha sido asistido por el propio consulado español.
Esta desidia claramente intencionada del Gobierno español con las autoridades polacas respecto al proceso judicial, pisotea incluso los derechos básicos de Pablo como preso, como no se cansan de denunciar la familia y compañeros del periodista. En un régimen carcelario estricto, aislado 23 horas al día en una celda sin luz.
Su mujer, Ohiana Goiriena, pudo visitar por primera vez al periodista el pasado 21 de noviembre, un encuentro con apenas dos horas de conversación, donde pudo constatar las malas condiciones en las que se encontraba, empezando por la alimentación. Había perdido 20kg.
Dejar a su suerte al periodista es la posición del “Gobierno progresista” de PSOE y Unidas Podemos. Con este caso de Pablo González se rompe una vez más no sólo el discurso “progresista” del Gobierno, sino también el relato del “jardín” democrático que representa la Unión Europea y que nos quiso vender Josep Borrell. Por el contrario se muestra la verdadera cara del imperialismo europeo y la degeneración de estas democracias para ricos subidas al carro belicista y del rearme militar, mientras refuerzan la represión, la censura previa, el cierre de medios de comunicación y la detención de periodistas.
Hoy más que nunca mostramos toda la solidaridad con Pablo González ¡Libertad ya!
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izquierdadiario.es