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Estado español :: 17/04/2004

El Tema de la Vivienda y la Especulación del suelo

Crespo-La Haine
Entrevista a Javier Porro; anarcosindicalista e ingeniero de caminos que en esta conversación deja claro muchos de los entresijos del tema vivienda. ¿Qué está pasando para que no podamos acceder a una vivienda digna?

C: ¿Qué está pasando en la vivienda española para que se estén alquilando y vendiendo pisos-mas bien zulos- a precios tan desorbitados?

J: Lo que está pasando es lo que viene pasando ya durante varios años; lo que pasa es que ahora hemos llegado a un agravamiento del problema, aunque es un problema que viene de lejos y es el tema de la especulación.

C: ¿Podrías definir lo que es la especulación?

J: La especulación es efectuar operaciones comerciales con la esperanza de obtener beneficios con la variación en el precio. En este tema, la especulación en el caso de la vivienda, es comprar un suelo y esperar a que ese suelo se recalifique para que después al pasar de rústico a urbano el incremento de precio sea enorme. Ese incremento de precio no sería tan enorme si no fuese por la escasez de viviendas. Lo que pasa es que la especulación en el sistema capitalista es habitual y dentro de la normativa y las leyes capitalistas es legal. Pero en este caso la especulación no se produce desde una dinámica propiamente capitalista sino que se produce desde una dinámica en donde la especulación necesita el apoyo del estado en su conjunto (comunidades autónomas, ayuntamientos, instituciones) para que esa especulación se pueda producir; ya que en el caso del suelo, el que tiene la potestad de calificar y decir lo que se puede hacer con ese suelo es el Estado. Por lo tanto es una especulación que está realizando el propio estado, cuando es "teóricamente" la constitución española la que debería evitar esa especulación según dice en artículo 47 de la constitución española, que afirma textualmente: "Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación". Es decir, que precisamente el mandato de la constitución a los poderes públicos es que impidan la especulación. Sin embargo hacen lo contrario; la promueven.

C: ¿Cómo se reparte el suelo desde el estado, cómo esta organizado?

J: El estado lo que hace, ayuntamientos y comunidades, es recalificar el suelo. Es decir coge un terreno rústico y se recalifica. Pero ese terreno no es del ayuntamiento, normalmente es de un privado pero éste ya no es el típico agricultor que tiene un terreno y se lo recalifican. Ese terreno es, a través de información privilegiada y "por casualidad’ de grandes constructoras o promotoras. Estas constructoras o promotoras que compran este terreno rústico -no urbanizable- lo negocian con los ayuntamientos y comunidades para que lo recalifiquen; en realidad esa recalificación va toda a las promotoras y constructoras.

C:¿Entonces estamos ante algo que se nos vende como un derecho y en realidad es un bien intercambiable para que unxs pocxs se enriquezcan?

J: El tema es que la constitución, los derechos, la exigencia de ellos y demás parece que les interesa a lxs politicxs sólo para cuestiones de los independentismos, de la defensa de la patria, de los ejércitos. Pero después hay otros derechos que parecen no importarles y que los olvidan. Yo creo que la causa no es que les importe sino que las constituciones y los estados están para defender los intereses privados. En los sistemas capitalistas están para eso, son como una pantalla donde se recogen unos derechos civiles y sociales que se reconocerán siempre que la sociedad los exija y consiga. No se puede pensar que porque la constitución tenga reconocido un derecho, en este caso el de la vivienda, ya nos lo vayan a dar. O se lucha por ello o no se va tener.

C: ¿Cómo esta la vivienda publica? ¿Destina algo la administración para ella como nos hacen creer?

J: En absoluto. En concreto en estos momentos el Gobierno lleva unos años sin sacar V.P.O (Vivienda de Promoción Oficial). Hay que diferenciar dos cosas: la vivienda de promoción pública, propiamente pública, es la que hacen los ayuntamientos directamente; en general son para gente con recursos muy escasos (chabolistas por ejemplo). De este tipo de vivienda hace ya varios años que no se saca nada por lo que la vivienda pública es prácticamente inexistente. Lo que sacan es la vivienda de V.P.O que tiene ánimo de lucro, aunque no sea abusivamente. En esa V.P.O. se marcan unas normas, teóricamente estrictas para acceder a ellas. Estas normas se dejan en manos de promotores privados. Es decir, se adjudican a personas que no corresponden; no es la primera vez que salta un escándalo en la que una persona tiene más de una vivienda de V.P.O, cuando la ley eso lo prohíbe taxativamente. Lo que está pasando es que se defiende a las constructoras y promotoras a ultranza. Si en realidad hubiera una libre competencia del sistema capitalista, que ya de por sí es malo, podría haber un desarrollo urbanístico libre de cooperativas y que las cooperativas compitieran con las propias empresas. Pero eso no tiene cabida ya que las cooperativas no tienen acceso al terreno. La empresa privada nunca va a poner en el mercado, ni se va a acercar si quiera, a la demanda real de vivienda que se necesita; se queda muy por debajo. Como la vivienda es una necesidad primaria la gente exige o solicita esa vivienda al precio que sea hipotecándose de cabeza para 20 o 30 años. Con esto consiguen, a parte del beneficio atroz para las empresas, que un trabajador/a que se empeña cuando es joven, cuando su rebeldía es mayor, vaya a ser un trabajador/a sumiso durante 30 años porque tiene que pagar su hipoteca.

C: ¿Cómo se organizan las inmobiliarias y qué es lo que hacen con la vivienda?

J: Las inmobiliarias es a lo que yo antes me refería como promotoras. Lo que pasa es que la economía española, hoy día, se está basando en el desarrollo de la construcción; se está basando en la especulación del suelo y el aumento de su precio. Esto es un negocio boyante. Por ejemplo, no es un negocio como el de la construcción la fabricación de coches. Éste último tiene competencia con otros países, hay una clara competencia y los precios se tienen que sujetar, pero la competencia urbana no es totalmente libre. El suelo de las grandes ciudades es escaso, las inmobiliarias están haciendo su agosto, crecen desmesuradamente.

C: Es práctica habitual en las ciudades del estado español las zonas céntricas y cascos históricos se estén reconvirtiendo de casas viejas a casas de lujo, consiguiendo así que la gente con menos poder adquisitivo esté condenada a vivir en la periferia ¿Es cierto esto? ¿Cómo se desarrolla este proceso?

J: Sí, es algo que está pasando en todas las ciudades. Las ciudades tienen un núcleo que los políticxs y constructores definen que debe ser para la clase pudiente o adinerada y se expulsa de las ciudades a las clases desfavorecidas. En barrios, bajo la escusa de que las casas ya son muy antiguas o que hay que mejorarlas por el aspecto de la ciudad se recalifica, se tira o se mejora y lo que se crean son casas de lujo que sólo los ricos pueden pagar. Se tiende a pensar que la clase trabajadora y gente marginal no puede estar en el centro, deben ir a las afueras o ciudades dormitorio. Lo que realmente pasa es que el suelo del centro es muy valioso y hay que especular con él. Esto es lo que está pasando en Madrid con el "Plan Chamartín" u otros proyectos; otros se consiguieron parar como el "plan del barrio de Malasaña" que intento derribar el barrio entero para hacer el centro comercial-economico de Madrid en el centro de la ciudad. Eso se paró, pero siempre se tiene que parar a causa de la movilización popular y de presión social.

C: ¿Cómo ves el movimiento okupación? ¿Lo ves legítimo?

J: El movimiento de ocupación es una denuncia del sistema que se está produciendo en la vivienda que es un derecho constitucional y que lo deberían obtener todas las personas. Es una denuncia de la falta de este derecho. Yo lo veo fenomenal como denuncia pero insuficiente para cambiar, por sí solo, el sistema. Para eso hace falta la concienciación de la gente y una organización más amplia que abarque en conjunto muchos más problemas de la sociedad. Pero el papel de la ocupación es una denuncia sangrante. Desde luego que no es un atentado contra la propiedad, el atentado es el precio de la vivienda que supone una vulneración total de los derechos de las personas; y las personas están -o deben estar- por encima de la propiedad privada. En este sistema capitalista se reconoce
constitucionalmente ese derecho pero no es factible llevarlo a la práctica. Una propiedad privada que está sin utilizar y no está haciendo el servicio que legalmente tiene que hacer esta en perfecto derecho de ser okupada.

C: Muchas gracias Javier por tu tiempo. Añade lo que quieras

J:Muchas gracias.
Decir a los jóvenes que tengan claro que los derechos hay que pelearlos aunque estén reconocidos. Los derechos de sanidad, educación y vivienda están reconocidos en la constitución no porque lxs politicxs hayan querido reconocerlos (ya sean de un signo u otro). Se reconocen en la constitución por una lucha social. En estos momentos esa lucha es escasa y esos derechos están quedando en agua de borrajas. Eso a la larga se pagará muy caro.
¡Salud!

crespez@hotmail.com

 

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